La dinámicas positivas en materia económica continúan generando novedades de provecho para la sociedad colombiana, en esta ocasión son generadas en materia de alimentación, uno de los campos más afectados por la inflación durante este inicio de año.
Cabe destacar que esta problemática se ha presentado a lo largo de todo el continente e incluso el mundo; las preocupaciones son globales, a causa de las consecuencias económicas que implicó la pandemia y que han ocasionado fuertes presiones para los mandatarios en todas las regiones.
De hecho, según un estudio realizado por la firma Kantar, estos efectos son compartidos en países como El Salvador, México, Chile, Perú, Argentina y más naciones, que fueron analizadas de acuerdo a las tendencias sociales que se vienen presenciando en estas regiones.
Los precios de alimentos en América Latina han registrado un aumento de hasta el 43,9 % en promedio. Sin embargo, la llegada de ligeras correcciones por parte del comportamiento inflacionario en el continente, han permitido cierto alivio financiero para los comerciantes, y también para los compradores.
El Dane reveló que la inflación de los últimos 12 meses, hasta mayo, fue de 12,36 %, con lo cual, por segundo mes consecutivo, el indicador sigue por una senda reduccionista, lo que podría llevar a que el Banco de la República inicie también la reducción de las tasas de interés de referencia.
Aunque algunos hogares aseguran que no sienten el descenso de la inflación, durante el mes de mayo, algunos alimentos ya empezaron a mostrar disminuciones en su precio como por ejemplo, la papa criolla, las papas negras, el plátano, los huevos, el queso doble crema, y el café molido, entre otros.
Esto ha permitido cierto alivio en el costo de alimentación, que ya durante el último tiempo venía poniendo en aprietos el bolsillo de los colombianos, entre estas mejorías, también destaca el descenso en los precios de los almuerzos ejecutivos, o también conocidos como “corrientazos” los cuales son bastante reconocidos en la sociedad colombiana, y han llegado a ser considerados un índice para medir el impacto económico en el valor de los productos.
Según cálculos realizados por La República, a partir de los precios reportados por el Sistema de Información de Precios (Sipsa) del Dane, en algunas ciudades del país, preparar el corrientazo podría costar incluso 14,33 % menos frente a enero de este mismo año.
Esto teniendo en cuenta los costos de abastos en productos como carne de res, papa, arroz, frijol, cebolla, tomate, aguacate y zanahoria, alimentos utilizados comúnmente durante la preparación de un almuerzo ejecutivo.
En el caso concreto de Bogotá, este descendió en un 10,35 %, mientras que en Barranquilla y Bucaramanga, la disminución fue de 10,65 % y 6,69 % respectivamente.
Frente a este escenario, Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda y Crédito Público, se pronunció respecto al descenso de precios:
“Hay un mejor abastecimiento en el país. Los productos como frutas y verduras vienen bajando de precio, hay más cosecha y están llegando a las centrales de abasto y a las tiendas. El país está abastecido y los colombianos están comprando”, aseguró Bonilla de manera optimista.
De esta manera, se espera que la economía nacional siga generando dinámicas positivas, para continuar en el proceso de “desinflación” y que permita generar un mejor panorama monetario para la población en su abastecimiento, y el manejo de sus fondos en el día a día.