¿Qué tienen que ver el pan, la cerveza y hasta las arepas con la decisión de Vladimir Putin de invadir Ucrania?, aparentemente nada, pero en realidad están muy conectados debido a que Rusia y Ucrania son grandes proveedores mundiales de trigo, cebada y de maíz amarillo, materias primas fundamentales para las cadenas alimenticias y de bebidas del país.
Un análisis del grupo de investigaciones de Bancolombia explica que en lo que respecta al trigo, cuyos derivados pesan entre 4 % y 5 % de la canasta familiar nacional, Rusia es el principal proveedor de Colombia, aunque también se trate de Estados Unidos y de Canadá. Si se suma el trigo que se trae de ese país, así como el de Ucrania y el de Bielorrusia (nación aliada de Rusia y cuyas exportaciones podrían afectarse igualmente por el conflicto), se afectaría el 19 % de las importaciones de trigo de Colombia, con su consecuente impacto en el precio de productos derivados como el pan rollito, el calado o las mogollas, solo por mencionar algunos.
En el frente de la cebada y del maíz amarillo, que no se importan de Rusia y además se tiene producción nacional, el problema estaría en la formación de precios locales, los cuales a su vez dependen de los internacionales. Rusia y Ucrania responden por 24% de las exportaciones globales de cebada y 13% de las de maíz amarillo, así como 60% de las de aceite de girasol. En este caso Colombia tiene la ventaja de ser un gran productor de aceite de palma, con lo cual se puede remplazar el de girasol.
Si se suben las materias primas de las arepas y de la cerveza se le daría otro impacto a la creciente inflación que vive el país. Los analistas de Bancolombia también señalan que, aunque Rusia y Ucrania, son apenas 0,5% y 0,1%, respectivamente, de las exportaciones nacionales el cierre de esos mercados golpearía 18% de las ventas externas de leche en polvo colombiana y 16% de las de carne. Con este último producto el impacto sería mayor porque a Rusia no se envía ganado en pie, sino cortes, los cuales tienen más valor agregado.
Podría darse otro impacto al agro nacional por un desplazamiento de exportaciones de Ecuador, país para el cual Rusia tiene una gran relevancia, pues le vende bastante banano y flores. De llegarse a cerrar ese mercado para los ecuatorianos, ellos tendrían que buscar otros compradores, que pueden ser aquellos a los que Colombia les vende los mismos productos.
Los tambores de guerra no solo implican mayores precios de los alimentos, sino que también podrían complicar aún más las cadenas logísticas globales.
Petróleo, no por ahora
Otra de las materias primas, que de hecho ya está siendo impactada por el ataque ruso a Ucrania, es el petróleo, no en vano Rusia responde por 11,5% de la producción mundial y exporta 7,7 millones de barriles diarios. Sin embargo, aunque el precio ha subido, no se prevé que, por ahora, las sanciones contra el gobierno de Putin incluyan al petrolero. Esto porque Europa es uno de los continentes que más demanda combustible y no produce nada, al tiempo que China demanda 10 millones de barriles y solo produce 5 millones y en un mundo con inflación al alza por el tema de los combustibles, no se le puede echar más leña al fuego.
En Bancolombia explican que la ventaja de Colombia en ese frente es que internamente el precio del combustible es subsidiado, lo que frenaría las presiones inflacionarias por este lado. En lo que respecta a las exportaciones, el problema está en que entre 2013 y 2021 el país disminuyó a la mitad su capacidad de vender al exterior petróleo y productos refinados, lo cual se dio por una caída de la producción y por un incremento del consumo interno.
“Para que en 2021 se alcancen las cifras de 2013, el precio de Brent debería ser de 186 dólares por barril (hoy bordea los 100) y aunque claro un precio más alto genera beneficios fiscales, el problema está el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los combustibles, que es con el que se subsidia el precio interno de la gasolina. Ese déficit terminará este año en 11 billones de pesos, una cifra superior a los dividendos que el Gobierno va a recibir por parte de Ecopetrol (previstos en 7,7 billones)”, explicaron los expertos del banco, al tiempo que señalaron que Rusia y Ucrania también son grandes proveedores de gas, lo que afectará los precios internacionales, pero en Colombia eso no se sentirá, pues la producción se consume internamente y no hay capacidad exportadora, lo cual hace que el mercado local esté desligado de la dinámica externa.
Como consecuencia, los mayores precios del petróleo pueden ayudar a que no suba tanto el precio del dólar en Colombia. De hecho, las monedas latinoamericanas han sido de las menos afectadas por la actual coyuntura bélica en Europa del Este. Esto no quiere decir que la tasa de cambio no vaya a volver a los 4.000 pesos, pues la incertidumbre política seguirá presionando al alza, así como el cambio de política monetaria en Estados Unidos, sino que al menos a Rusia y a Ucrania no se les podrá achacar el alza del billete verde en el país.
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