Juana Téllez, Alejandro Reyes y Mauricio Hernández, economistas de BBVA Research para Colombia, presentaron este jueves 14 de julio la actualización de las proyecciones económicas de la entidad para el resto de año.
En dicha presentación, tocaron temas como el crecimiento económico del país, el aumento del costo de vida, la disminución del ahorro de los colombianos, el alza del dólar y el escenario futuro.
Respecto a lo que se estima podría ser un panorama posible, el banco visualiza una inflación anual cercana al 5% para el fin del año 2023, con unas tendencias de consumo moderadas y un incremento en los porcentajes de ahorro, tanto familiares como nacionales. En este punto Hernández también se refiere a las condiciones que han hecho crecer la economía nacional en medio de lo que parece ser una crisis global.
El incremento de US$5 billones en remesas respecto al año anterior, especialmente provenientes de Estados Unidos, y la devaluación del peso colombiano han sido claves en el incremento del gasto, pero no se proyectan de la misma manera para el 2023. Esta situación se deriva de un proceso de recesión o crecimiento limitado de la economía global. Mientras que para 2021 el PIB mundial aumentó el 6.2%, se espera que en 2022 cierre con un crecimiento del 3.4% y siga a la baja en 2023, con un aumento a penas del 2.5%.
“La inflación actual eventualmente se reducirá”, dice Hernández. Esto, en la medida que los bancos centrales ejecuten sus medidas de contención, como mantener las tasas de interés en cifras altas. En el caso de Colombia, lo que ha determinado el crecimiento económico ha sido el incremento del consumo privado y la inversión, esta última llegando incluso a superar los niveles previos a la emergencia sanitaria.
Estas dinámicas de consumo, tanto personales como empresariales, se ven relacionadas con mejoras en el empleo formal, los altos flujos de remesas y el aumento del crédito. Este último es especialmente importante, pues el crédito de consumo ha crecido constantemente, llegando a topes de $ 3,3 billones mensuales, un incremento de casi el 100% con respecto a las cifras de 2021 ($ 1,7 billones al mes).
A pesar de que el ritmo de crecimiento es bueno, que la base de este sea el incremento del consumo privado tiene efectos negativos en las tasas de ahorro de los colombianos. Por esto, la desaceleración económica que se ve venir tendría un efecto positivo en este aspecto.
“Para lograr controlar la inflación y lograr un crecimiento sostenible en el mediano plazo, el Banco de la República llevará su tasa de interés al 9%”, dice Juana Téllez.
Asimismo, se espera que para 2023 los sectores de la minería, la industria manufacturera y los servicios públicos crezcan por debajo de los niveles del PIB. La industria agropecuaria, los servicios financieros, inmobiliarios, de comunicaciones, y el sector de comercio, hoteles y restaurantes deberían crecer al ritmo previsto del PIB, mientas que la construcción, el entretenimiento, el sector gobierno y los servicios profesionales crecerán por encima de esta cifra.
Al momento de asumir como Presidente de la República, el gobierno de Gustavo Petro deberá materializar y consolidar avances en transición energética y sostenibilidad ambiental para debilitar la dependencia económica a las materias primas, puntualmente al petróleo.
Adicional a esto, deberá promover la inversión y el empleo formal para aumentar el crecimiento potencial de la economía y mejorar la calidad de vida de los colombianos.
Entre las proyecciones finales se mantiene que el marco fiscal del mediano plazo estima un menor desequilibrio fiscal y una deuda menor. Sin embargo, los retos para el gobierno entrante son importantes en materias como el gasto público, la inversión social y la devaluación del peso para la reducción de la deuda externa.
“Las decisiones del nuevo gobierno serán claves para definir los detalles de las finanzas públicas en los próximos años”, Juana Téllez.