En general, se sabe que de la seguridad alimentaria depende la paz. No es cómodo para el que tiene hambre ver desperdiciar la comida sin que todo mundo pueda tener acceso a ella. Pero en esta oportunidad, además de las desigualdades, la OCDE y la FAO advirtieron que es imperativo parar la guerra en Ucrania para poder frenar las fuertes alzas en el precio de los alimentos, las cuales amenazan hasta con reducir las posibilidades alimentarias hasta para el que tiene con qué comprar la comida.
Por esa razón, la OCDE y la FAO destacan la importancia de la paz y la transformación de los sistemas agroalimentarios para garantizar el acceso a los alimentos, principalmente, de los más pobres en el mundo.
Las alertas lanzadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aparecen en el informe Perspectivas Agrícolas 2022-2031, presentadas este miércoles.
En ellas, centran la atención en el desproporcionado aumento que están teniendo los precios de los productos agrícolas, lo que está impulsado por múltiples factores, como la recuperación de la demanda tras la pandemia de covid-19 y los consiguientes trastornos en el suministro y el comercio. Como un vendaval inclemente, luego de esos fuertes golpes que azotaron a la humanidad, han seguido, de manera sucesiva, las malas condiciones meteorológicas (un invierno que no da tregua) en los principales países proveedores y el incremento de los costos de producción y transporte.
Pero no es todo, el alza de los precios fue acentuado por la incertidumbre respecto de las exportaciones agrícolas de Ucrania y Rusia, que son grandes proveedores de cereales. Y ni qué decir del papel de Rusia en los mercados de fertilizantes, que son determinantes para la producción agrícola.
Todo eso en conjunto ha causado una presión sobre los precios, lo que ha llevado a la inflación global que tiene contra las cuerdas hasta las economías más poderosas.
Y no es para menos. Los precios de productos básicos, como el trigo, que son esenciales para una gran cantidad de alimentos que hacen parte de la gastronomía cotidiana de los seres humanos, podrían subir 19 % respecto de los niveles anteriores al conflicto si Ucrania perdiera por completo su capacidad de exportación. Pero si las exportaciones rusas bajaran en un 50 %, el panorama de los precios de ese tipo de alimentos sería aún peor: subirían en un 34 %.
En ese escenario, lo que ven venir los dos organismos es escasez, algo que, inclusive, pronostican que se mantendría a largo plazo, hacia 2023-2024, dependiendo del rumbo que tome el conflicto.
“Sin paz en Ucrania, los problemas de seguridad alimentaria que el mundo afronta seguirán empeorando, sobre todo para los más pobres del planeta”, declaró el Secretario General de la OCDE, Mathias Cormann.
El líder de la OCDE agregó que, “un rápido fin de la guerra sería el mejor resultado tanto para la gente de Rusia y Ucrania, así como también para un gran número de hogares que más sufren la fuerte alza de precios”. En otras palabras: paren la guerra ya.