El último incendio que tuvo que apagar el gobierno de Gustavo Petro fue uno de los más complicados durante su segundo año de Gobierno. Este se dio luego de que el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, anunciara el pasado 30 de agosto una nueva alza de combustibles, que esta vez tocaría el diésel, uno de los hidrocarburos más utilizados en Colombia, generalmente por automotores de transporte público y de carga.
El planteamiento inicial buscaba que ese combustible subiera cerca de $ 1.940 pesos por galón. Sin embargo, ante ese escenario, los transportadores del país se opusieron y organizaron un paro nacional camionero, que obligó al Gobierno a modificar el valor del alza, con el fin de evitar un mayor golpe para este sector.
Finalmente, la decisión del Gobierno fue de subir $ 800 pesos el galón del combustible, que sería cerca de la mitad de lo inicialmente planteado. Tras un acuerdo, el gremio decidió levantar las protestas y los bloqueos que realizaron en las entradas y salidas de diferentes ciudades. Sin embargo, con esta decisión no podrían evitar los efectos de dichos bloqueos, que seguramente se verán reflejados en los precios al consumidor y las cifras de inflación.
Durante este 13 de septiembre, el director de la cartera de Hacienda se refirió nuevamente a las movilizaciones de los camioneros que vivieron los colombianos por cinco días y sus efectos, en el marco del Congreso de Confecámaras que se lleva a cabo en Cartagena.
Una de las declaraciones que hizo más eco durante su intervención en el congreso fue en la que se refirió a los efectos del paro camionero. Este aseguró que en las próximas cifras de inflación se evidenciará un mayor impacto por el paro camionero que por el incremento que se hará en el diésel.
Además, dijo que, según las proyecciones, el impacto por el primer aumento del diésel no sería considerablemente elevado, frente al impacto generado por el desabastecimiento de alimentos en los cinco días de paro que se llevaron a cabo hace algunos días.
Respecto a las cifras, Bonilla declaró que este año la inflación podría cerrar entre un 5,3 % y 5,6 % y que, pese al alza de $ 800 en el combustible mencionado, la inflación seguirá bajando. También se refirió a los problemas con los que cuenta el sector transporte en su estructura.
Es importante recalcar que, según cifras de Hacienda, el ACPM llevaba cerca de 56 meses congelado en el país, por lo que el Gobierno aseguraba que era urgente un incremento en este combustible, con el fin de reducir el déficit del FEPC, que para esta referencia se encuentra sobre los 11 billones de pesos.
¿Cómo quedó el precio del diésel luego del ajuste?
En promedio, el precio del combustible en el territorio nacional será de $ 9.856, una reducción de 1.504 pesos, según las cuentas presentadas por el Ministerio de Hacienda, teniendo en cuenta que entre el 31 de agosto y el 6 de septiembre, el precio que aplicó era de $ 11.360.
De esa manera, de acuerdo con las cifras presentadas por la cartera de las finanzas públicas, el incremento neto solo será de $ 400 en comparación con el valor que se registró previo al aumento del mes pasado.
El Ministerio recordó que con base en el compromiso establecido con las bases del transporte de carga y pasajeros, “el incremento por galón de ACPM es de $ 800 al cierre de 2024. Dicho ajuste se repartirá entre $ 400 que entran a regir a partir del siete de septiembre y $ 400 que entran a regir a partir del primero de diciembre de 2024″.
De esa manera, el Gobierno procedió a modificar la Resolución 40350 del 29 de agosto de 2024, que había incrementado el combustible en 1.904 pesos en promedio. La ciudad donde será más costoso tanquear con diésel o ACPM será Cali. Por galón, cobrarán 10.292 pesos.