Colombia empezó el segundo semestre de 2021 con una muy mala noticia: la calificadora Fitch se unió a la otra gran agencia Standard & Poor’s y le quitó el grado de inversión a la deuda soberana del país.
Eso significa que oficialmente las emisiones del país quedaron en grado especulativo, pues ya son dos de las tres más importantes calificadoras del mundo las que tienen a la nación en ese nivel.
Estas firmas están convencidas de que Colombia enfrenta demasiados desafíos desde una perspectiva fiscal y eso podría poner en riesgo su capacidad de pago. Sobre todo ha quedado en evidencia la dificultad para lograr los consensos políticos suficientes en torno de una reforma tributaria.
Si bien el mensaje es bastante fuerte y tuvo impactos inmediatos en el mercado del dólar y en el de las emisiones privadas de bonos, no es el acabose, aunque hay que actuar rápido y con inteligencia. Para entender esta situación hay que ir por partes.
La peor de las consecuencias es que el endeudamiento para Colombia, en general, se va a volver más caro. Esto es así, básicamente, porque los inversionistas van a percibir mayores riesgos para poner su dinero en activos financieros emitidos desde aquí. Incluso, otros van a tomar la decisión de no invertir en Colombia. Esos recursos son fundamentales para impulsar el crecimiento futuro del país.
El equipo de investigaciones económicas de Credicorp Capital, liderado por Daniel Velandia, realizó un informe analizando el impacto del anuncio y encontró que el mercado de divisas va a sentir un choque al alza porque algunos inversionistas institucionales deben sacar su dinero de Colombia por cuenta de los reglamentos fiduciarios que los rigen; básicamente no se permiten inversiones en mercados sin grado de inversión.
Este choque podría ser de entre 1.600 millones y 2.600 millones de dólares, lo que representa entre 5 y 10 por ciento de las posiciones de extranjeros en el mercado de deuda pública. Aun así, los expertos de Credicorp consideran que esto no representará un “impacto estructural sobre el mercado”.
Antes de que se conociera la noticia, y durante un evento con periodistas el pasado miércoles, Munir Jalil, economista jefe de BTG Pactual, ya había anunciado como inminente la decisión de Fitch y el poco impacto en los mercados, pues muchos ya habían descontado esa decisión.
Felipe Campos, director de Investigaciones de Alianza, dijo a su vez que “el tema había sido procesado ya con el antecedente del anuncio de Standard & Poor’s, el cual, de por sí, no tuvo tanto efecto en el mercado, pues no tardó más de tres días y no subió el dólar en más de 60 pesos”.
Para este economista era más dañino que se demorara la decisión de Fitch, pues “estaba generando más incertidumbre entre los inversionistas el hecho de que no llegara el anuncio. Si alguien estaba interesado en invertir en Colombia prefería esperar a que el país perdiera el grado de inversión, con la expectativa de poder encontrar niveles más atractivos para su inversión: mis dólares me los reciben a un precio más alto o mis acciones las puedo comprar más baratas”. Por esa razón, enfatiza que el hecho de que llegue el anuncio esperado de Fitch “nos quita esa variable de la cabeza”.
Sin embargo, es claro que la situación no está como para dormirse sobre los laureles.
Los desafíos que vienen
Es claro que la pérdida del grado de inversión tiene importancia y es una mala noticia para Colombia. Aunque no tiene un impacto devastador en el corto plazo, sí es un llamado de atención sobre lo que podría ocurrir si no se toman las medidas de ajuste necesarias.
La más importante de ellas es la reforma tributaria. Esa es la tarea más difícil que viene. Apenas conoció la decisión de Fitch, el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, explicó que el país debe avanzar en dos frentes. Primero, en consolidar la recuperación. Restrepo afirma –y las cifras le dan la razón– que el aparato productivo viene mostrando una gran resiliencia y cada vez que logra encender las máquinas responde con buenas cifras de crecimiento. En este frente hay que seguir trabajando duro.
“Pero de la misma manera (Fitch) nos invita a seguir trabajando en la presentación del proyecto de ley de inversión social, que es un camino a través del cual logramos sostenibilidad en lo social, sostenibilidad en lo fiscal, recuperación y crecimiento de la economía. Por eso presentaremos al Congreso de la República en las próximas semanas este proyecto de ley”, dijo el ministro.
La tarea no va a resultar fácil. Aunque el Gobierno está tratando de hacer el mejor trabajo con reuniones por todo el país para obtener todos los consensos posibles, lo cierto es que terminaron haciendo lo que no querían: discutir la tributaria justo antes de la campaña electoral. Eso significa que estamos en manos del Congreso y de una opinión pública que entienda la urgencia de obtener nuevos recursos para financiar el gasto social y estabilizar las finanzas públicas.
Por eso, el exministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, se mostró muy crítico con las decisiones del Gobierno en materia fiscal. Para el economista, al presentar su Plan Fiscal de Mediano Plazo, el Gobierno se mostró indeciso. “Las calificadoras Fitch y Moody’s estaban esperando una señal creíble de que el Gobierno iba a arreglar sus finanzas. En cambio, en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, de hace dos semanas, dejó una deuda altísima y unas metas fiscales que el propio Gobierno no sabe cómo cumplir”, dijo en sus redes sociales.Ese es el asunto central: Colombia pasó a ser, desde hace rato, un país de grado especulativo por cuenta de su enorme deuda y las enormes dudas sobre su capacidad para cumplir. Eso hay que resolverlo.
El asunto es más grave si se tiene en cuenta que una de las medicinas para enfrentar esta enfermedad es la discusión política en el Congreso sobre el estatuto tributario. Por eso, la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, María Claudia Lacouture, le pidió al Legislativo avanzar rápido y sin populismos en esta discusión.“En la próxima legislatura se requiere tramitar con responsabilidad y sin populismos el proyecto que está preparando el Ministerio de Hacienda para garantizar recursos a la población más vulnerable, apoyar a las empresas que mantienen y crean empleo, y garantizar la financiación estatal que permita contar con el capital que se necesita para estos proyectos”, dijo la dirigente gremial.
Otro que envió un mensaje de optimismo, pero haciendo énfasis en los difíciles momentos de discusión que se acercan, fue el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, quien dijo que “no podemos tirar la toalla. Hay que seguir trabajando, hay que seguir buscando anotar goles. Necesitamos producir reformas, tomar decisiones, generar consensos para pasar la página de la polarización. Esto no tiene una salida fácil: hay que trabajar, hay que esforzarse y retomar la tradición de Colombia: que en los peores momentos y los de las mayores adversidades, saca lo mejor de sí mismo para poder ganar los partidos, para volver a entrar a las grandes ligas”.
La decisión de las agencias calificadoras era inevitable. Es una mala noticia y pega fuerte en los costos del financiamiento para el país. No obstante, la guerra no está perdida y es necesario avanzar en las reformas necesarias para darles tranquilidad a los mercados de que Colombia mantendrá una de las más importantes tradiciones en materia económica: la de ser buena paga.