Desde las 0:00 horas del próximo miércoles -1 de febrero- empezará a regir en todo el país el nuevo ajuste de tasas de usura anunciado la semana pasada por la Superintendencia Financiera, en respuesta a la subida de tasas de interés ordenada por el Banco de la República. Con ello, los colombianos se deben preparar para los nuevos montos que podrán cobrar los bancos y entidades financieras por las diferentes modalidades de crédito que ofrecen a sus usuarios.
Según lo dicho por este ente de control y vigilancia del sistema financiero, el incremento será de 201 puntos básicos en la tasa de usura para la modalidad de crédito de consumo y ordinario. Esto significa que por el uso de tarjetas de crédito o solicitud de préstamos bancarios que se realicen para el siguiente mes tendrá un costo mayor, debido a que las entidades financieras podrán cobrar hasta 45,27 %, respecto al 43,26 % establecido para enero.
Lo anterior se encuentra establecido en la Resolución No. 0100 del 27 de enero de 2023, donde también la Superfinanciera ajustó el interés bancario corriente efectivo anual para la modalidad de crédito de consumo y ordinario, pasando de 28,84 % a 30,18 % para el próximo mes. Es decir, el incremento fue de 134 puntos básicos de un mes a otro.
En cuanto al interés bancario corriente para otras modalidades, en lo relacionado con el microcrédito, la nueva tasa máxima y que irá hasta el 31 de marzo es de 39,20 %. Mientras que para consumos de bajo plazo, quedó en 29,37 %. Esta estará vigente hasta el 30 de septiembre del presente año.
Estos ajustes inciden principalmente en las tarjetas de crédito, uno de los medios de pago más usados por las personas actualmente y que, de acuerdo con los expertos, en muchas ocasiones no son vistas como lo que realmente son, créditos de consumo, sino que se toman con una forma para vivir por encima de las capacidades salariales que se tienen y esto termina traduciéndose en un sobreendeudamiento que golpea con fuerza el bolsillo.
SEMANA se puso en la tarea de analizar los diferentes cobros que realizan actualmente las diferentes entidades financieras y bancos por este concepto, analizando cómo quedarán a partir del miércoles primero de febrero, y encontró que algunas de estas cobran intereses de hasta el 43 %, muy cerca de lo ordenado por la SuperFinanciera.
Así las cosas, el primer lugar de las tarjetas de crédito más caras es para Falabella, que cobra un 43,193 % por este concepto, seguida por Citibank (43,16 %), Tuya -que pertenece al Grupo Éxito- (43,075 %), Juriscoop (41,14 %) y Bancolombia (41,01 %). Todo esto en efectivo anual a un año.
En diálogo con SEMANA, el asesor financiero y experto en temas económicos, Andrés Moreno, explicó que la coyuntura actual de tasas de interés que atraviesa el país hace que las personas terminen pagando mucho más de lo que quisieran por los préstamos que adquieren, como el de las tarjetas, que no son otra cosa que un crédito de consumo en el bolsillo que se debe usar con inteligencia.
“Lo primero es que el buen uso de los productos financieros no es culpa de los bancos, sino de uno mismo como consumidor financiero. Las altas tasas de interés en el mundo tienen que leerse como un cambio en el comportamiento de las personas a la hora de gastar, si bien hace un año o dos habían muy buenas tasas para comprar vivienda, para financiarse o para pedir un crédito, eso no es una realidad hoy en día”, dijo Andrés Moreno.
Algo que, según Moreno Jaramillo, no se entiende del todo entre la gente es el rango de intereses que se debe cancelar por cada crédito que se adquiere, ya que muchas veces se piensa que es devolver el dinero y ya, pero no toman como referencia todas las obligaciones adicionales que se adquieren.
“Por temas de inflación, los bancos centrales han aumentado las tasas de interés para controlar el costo de vida, entonces encontramos tasas de interés tan altas, para temas que quizás no veíamos hace 20 años, tasa de usura al 45 % efectivo anual... qué quiere decir eso, que si usted pide un crédito a un año de 10 millones de pesos, a final de año usted ya ha pagado intereses por casi 4,5 millones de pesos. Eso es algo que no tiene sentido y no es financieramente viable”, agregó este experto.
De esta forma, queda claro que este no es el mejor momento para acudir a este medio de pago, ya que los intereses lo convierten en una alternativa muy costosa. No obstante, si la necesidad apremia y es necesario acudir a estas para pagar, lo mejor es que las cuotas a las que se difieran los pagos no excedan el periodo de entre uno a tres meses, para que los intereses a pagar no sean tan altos.