Los carros eléctricos han sido un tema de análisis importante durante los últimos años en Colombia, especialmente para el rubro de la movilidad, hasta incluso llegar a ser una opción importante en el proceso de transición energética que propone el gobierno Petro.
Un informe del Registro Único Nacional de Tránsito (Runt) indica que en 2022 en Colombia existían 18 millones de vehículos, de los cuales más de 8.200 son eléctricos y aunque no es una cifra menor, sí muestra que el país avanza a paso más lento que otras regiones. Tan solo en España, país que posee un número de habitantes similar a Colombia, se vendieron 36.452 carros eléctricos el año pasado, mientras que en toda Europa existen 1,57 millones de unidades.
A lo largo del mundo, estos vehículos ya han empezado a convertirse en tendencia, de hecho durante el primer trimestre del año, la Unión Europea anunció medidas como la prohibición para la venta de vehículos a gasolina y diésel a partir del año 2035, con el fin de potenciar la utilización de los carros a eléctricidad.
Sin embargo, en Colombia este proceso ha sido un poco más lento, a causa de diferentes factores, liderados principalmente por el costo que poseen estos carros, los cuáles pueden ser de casi el doble respecto a los de combustión.
Esto volvió a ser tema de debate durante esta semana, precisamente a causa de este último factor, debido a un borrador de decreto, que sería expedido a través del Ministerio de Comercio y contando con el apoyo del Ministerio de Hacienda.
Este borrador dicta de la siguiente manera: “Artículo 15. Modificaciones y derogatorias. El presente Decreto modifica transitoriamente el Decreto 1881 de 2021 y deroga el artículo 3 del Decreto 2051 del 13 de noviembre de 2019 en su aplicación para los vehículos clasificados en las categorías M y N que corresponde a las subpartidas arancelarias 8702401000, 8702409010, 8702409090, 8703801000, 8703809000, 87046010 у 87046090″.
Lo que generaría que los vehículos eléctricos puedan aumentar incluso más su costo en el territorio nacional, a pesar de que aseguran que el objetivo de esto es potenciar la producción de estos.
Esto a su vez modificaría los beneficios para la industria establecidos en el Decreto 2051 de 2019 a la libre importación de vehículos eléctricos originarios de aquellos países con los cuales Colombia no cuenta con acuerdos comerciales como son China y Japón, lo que descendió sus aranceles hasta un 0 %.
Ante este escenario, algunas entidades como la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (ANDEMOS) se han pronunciado en contra de este posible decreto, debido a que significaría un retroceso en la transición energética y vehicular a la que apunta la nación.
“Si bien es necesario buscar soluciones innovadoras y sostenibles para promover el desarrollo económico y la reindustrialización, ANDEMOS considera que no se debe comprometer los avances alcanzados de transición energética del sector, en donde Colombia se ha convertido en un referente regional gracias a la política de incentivos a los vehículos híbridos y eléctricos. No obstante estos importantes logros, la penetración de vehículos híbridos y eléctricos no alcanza el 1% de la flota vehicular del país”, aseguró la Asociación, que también expresó que esta no parece ser una medida coherente con los planes iniciales que planteaba el Gobierno del Cambio.
Cabe aclarar, además, que el panorama actual no es positivo para la industria en el contexto nacional, de hecho en mayo del 2023 se registraron 2.586 matrículas de carros eléctricos, lo que representa una caída del 15,3 %, según las cifras reportadas por Fenalco, la Andi y ANDEMOS.
Por lo que de manera final y concreta, Oliverio García, Presidente de ANDEMOS aseguró que esperan un mejor análisis para esta medida: “Es esencial encontrar un equilibrio entre fortalecer la industria nacional y promover la transición energética hacia tecnologías limpias. Restringir los beneficios para importadores de vehículos eléctricos puede ser contraproducente, obstaculizando la adopción de vehículos más limpios y eficientes. Esto no solo contribuiría a reducir las emisiones contaminantes y mejorar la calidad del aire, sino que también podría generar empleo y desarrollo económico en el país. Es importante tener en cuenta que la transición energética es un proceso complejo que requiere una estrategia integral y coordinada entre diferentes ministerios y actores.”, puntualizó García.