Esta semana se conoció un particular error que cometió el Citibank en los Estados Unidos, pues transfirió cerca de US$500 millones por equivocación a unos prestamistas, a los que debía consignarles una cifra mucho menor.
Luego de cometer “uno de los mayores errores” de la historia bancaria del país, un juez de una Corte de Distrito de Estados Unidos dictaminó que no podrá recuperar el dinero transferido a prestamistas de Revlon.
El banco tenía la intención de consignar cerca de US$8 millones en pagos de intereses a los prestamistas la empresa en cuestión, pues Citibank figuraba como su agente de préstamos; sin embargo, transfirió accidentalmente una cantidad considerablemente superior, que buscó recuperar a través de demandas.
Según varios medios en Estados Unidos, Citi envió accidentalmente US$900 millones a los prestamistas de Revlon, entre los que están incluidos cerca de US$175 millones a un fondo de cobertura.
Al presentar la petición ante la justicia para que 10 firmas le devolvieran US$500 millones, el juez de Distrito decidió negar esta solicitud.
“Estamos sumamente complacidos con la decisión reflexiva, completa y detallada del juez (Jesse) Furman”, dijo Benjamin Finestone, quien representó a dos prestamistas, Brigade y HPS Investment Partners.
Según afirmaron los prestamistas, pensaron que el dinero depositado por el banco correspondía a la totalidad del crédito que le adeudaban, por lo que tomaron el pago como algo normal, ya que la ley en Estados Unidos castiga duramente a las personas que gastan recursos que se les consigna por error.
“Creer que Citibank, una de las instituciones financieras más sofisticadas del mundo, había cometido un error que nunca antes había sucedido, por una suma de casi US$1.000 millones, habría sido casi irracional”, dice el documento judicial, que además utilizó conversaciones de los empleados del banco para argumentar que los acreedores no sabían que la transferencia era un error.
Nueva directora ejecutiva del grupo
A finales del año pasado, la empresa anunció que, tras 15 años en la organización, Jane Fraser asumiría este año las riendas de uno de los grupos financieros más importantes del mundo.
La nueva directora ejecutiva del Citi es escocesa, tiene 53 años y fue socia de la consultora McKinsey. En 2004 dio el salto hacia el sector financiero porque no quería solo aconsejar a otras compañías, sino que quería “hacer”.
Fraser se graduó de la Escuela de Negocios de Harvard y de la Universidad de Cambridge, e inició su carrera en Goldman Sach. Es madre de dos hijos y como muchas mujeres alrededor del mundo ha tenido que buscar un balance como madre y ejecutiva, lo cual no es una tarea fácil.
En una entrevista en noviembre, Fraser reveló detalles sobre su carrera y dio su punto de vista sobre lo que viene para la economía del mundo, teniendo en cuenta el difícil panorama que generó la pandemia.
“Cuando me convertí en socia de McKinsey, trabajé a tiempo parcial todos los años de mi asociación. Los niños eran pequeños y mi esposo también estaba en la parte más alta del trabajo duro de su carrera. Es 11 años mayor que yo, como me gusta recordarle constantemente. En ese momento, los niños estaban en la escuela, se establecieron y yo estaba listo para regresar a tiempo completo. Amaba a McKinsey, pero quería ver si realmente podía hacer en lugar de simplemente escribir la presentación”, le dijo a Bloomberg.
Por otro lado, la ejecutiva conoce a la perfección la región latinoamericana, pues trabajó allí desde 2015 hasta 2019. En este periodo, tuvo que negociar con varios gobiernos, teniendo en cuenta las profundas crisis que se vivieron en ese momento.
“Cuando estuve en Latinoamérica, tuvimos la crisis venezolana. Negociar con el gobierno no fue fácil. Estábamos asegurándonos de que nuestra gente estuviera a salvo. Llevábamos un siglo en Venezuela y muchas multinacionales dependían de la presencia de Citi allí”, explicó en su momento.