La volatilidad parece no dar tregua en los mercados. El dólar sube y baja sin poder estabilizarse, la inflación crece a ritmos impactantes y el encarecimiento del costo de vida golpea a casi todos los sectores de la economía.
Con este panorama, los analistas y expertos han comenzado a ponerle la lupa al oro y a la plata. Según Ned Naylor-Leyland, analista responsable del área de oro y plata en Jupiter Asset Management, explicó el posible escenario que podría verse reflejado en los precios y los coletazos que recibiría la plata y las empresas que están encargadas de la explotación minera.
El oro ajustado por la inflación ha rondado su nivel actual cuatro veces desde 1971. Más recientemente, hace dos años, el precio nominal se aproximó a los 2.100 dólares por onza y ahora se sitúa en algo menos de 2.000 dólares por onza.
Según lo explica Naylor-Leyland, el panorama no pinta bien. Es probable que se produzca una disparada en el precio del oro, ya que este metal precioso va en contravía a los tipos de interés reales, que son los que se pagan al descontar la inflación.
Como afirma el experto, el oro despierta un interés porque crece la preocupación por el poder adquisitivo a futuro. Por ahora, afirma, el mercado sigue cuestionándose si la Reserva Federal de Estados Unidos podría llegar a subir los tipos de interés hasta siete veces este año y si es posible que la inflación comience a flaquear, debilitándose sustancialmente.
“En mi opinión, esa es la razón por la que todavía el oro no ha experimentado una verdadera ruptura: porque el endurecimiento de la política monetaria sigue dominando el ánimo del mercado. El detonante para el oro puede ser que la inflación suba por encima de las previsiones o que el mercado acepte que siete subidas de tipos en Estados Unidos son demasiadas. Eso daría lugar a una ruptura en el precio del oro”, insistió el experto.
Para Naylor-Leyland, el oro es dinero de “libre riesgo” y por eso los bancos centrales del mundo lo mantienen en reserva. En sus propias palabras, dicho metal precioso está determinando el futuro poder adquisitivo de las monedas que emiten los estados y esa es la razón por la que todas se degradan a diferentes velocidades frente al oro.
“Se afirma comúnmente que no se puede valorar el oro, pero yo creo que es el oro lo que asigna un valor a todo lo demás”, agregó.
Y es que, según este experto, la demanda por oro físico va en aumento. Existen dos razones principales: porque las personas quieren poseer oro físico para cubrirse del riesgo que implican otros activos y porque los bancos centrales compran cada vez más el metal precioso.
¿Y qué pasa con la plata?
Como dice el analista, el mercado de la plata es una décima parte del mercado del oro, pero el precio de la primera está fuertemente correlacionado con el del segundo.
“Cuando el precio del oro registre una ruptura, la plata también destacará; de hecho, pensamos que lo hará de forma espectacular. A diferencia de lo que ocurre con el oro, mientras que todo el metal amarillo que se ha extraído está disponible en el mercado, la plata no, ya que la industria la consume y los inversores la compran en pequeñas cantidades. Aunque el mercado de la plata suele ser más volátil que el del oro, en un sentido amplio, allí donde va el oro, la plata le sigue”, puntualizó Naylor-Leyland.
*Con información de Jupiter Asset Management.