El dirigente gremial habló recientemente sobre el alto el precio de la carne en el país y explicó las razones por las que denuncia que “intermediarios ociosos” son los que mantienen alto el precio de la carne.
El dirigente gremial comenzó cuestionando “¿quién se quedó y hoy se queda con ese margen billonario?”, y culpó a los especuladores que, al amparo de la informalidad, se convierten en formadores efectivos de precios y verdaderos buitres que devoran el esfuerzo ganadero y el bolsillo del consumidor.
Así mismo, el alto ejecutivo destacó el aporte del gremio en la diversificación de las exportaciones agropecuarias, ya que tienen un efecto en la modernización productiva y sobre los precios y la rentabilidad, que redundan en bienestar al ganadero y mejoramiento de la vida rural.
Además, las ventas internacionales de carne, leche y otros productos del campo colombiano hacen parte de los planes de este y otros gobiernos que han planteado una menor dependencia de las rentas de la industria del petróleo dentro de la canasta exportadora.
De acuerdo con lo dicho por Lafaurie, el comercio internacional de carne colombiana ha tenido este año una reducción importante, afectando a miles de familias ganaderas y a las regiones que dependen de este renglón económico y social.
Es así, como en una columna de opinión, el dirigente gremial recordó que gracias al objetivo gremial exportador, que incluyó la recuperación del estatus de país libre de fiebre aftosa, el esfuerzo modernizador en producción sostenible y una intensa actividad comercial, las exportaciones de carne y animales crecían desde 2020, con ventas por 267,1 millones de dólares, una disparada en 2021 con 427,4, hasta 2022 con 502,4 millones, superando la meta de 500 millones en exportaciones cárnicas.
“No fue fácil, pues además del reto de los altos estándares de los mercados, enfrentamos las narrativas contra nuestra actividad. Hay que exportar, pero si exportamos animales, con estricto cumplimiento de protocolos de sanidad y bienestar, recibimos el ‘matoneo mediático’ de animalistas extremos; y si exportamos carne, somos causantes del alto precio al consumidor y de la inflación”, agregó.
Respecto al alto precio de la carne, contó que, en efecto, entre 2020 y 2022 el precio de la carne al consumidor aumentó a la par con las exportaciones, pero no por causa de estas últimas, sino del fenómeno inflacionario mundial que afectó a todos los productos.
“En 2023, sin embargo, esta tendencia positiva se detuvo, con exportaciones de carne y animales por 305,6 millones de dólares a noviembre, por debajo de las de 2021″, dijo.
Sucedió así:
Primero: La inflación mundial cedió y bajó el precio internacional.
Segundo: Mientras el peso se apreció en beneficio de los importadores, el real brasilero, la moneda del gran vendedor en la región, se devaluó y su carne alcanzó mayor competitividad-precio.
Tercero: Como lo que uno gana otro lo pierde, nuestra menor competitividad por tasa de cambio llevó al cierre, entre agosto y septiembre, de las dos plantas de la multinacional Minerva, responsable del 90 % de las exportaciones.
Por último, el presidente ejecutivo de Fedegán adelantó lo que será su próximo análisis: “Si por la carne llueve, por la leche no escampa”.
La situación no está nada fácil para un renglón económico y social que es dos veces el avícola, 3 veces el cafetero y el floricultor, 4,1 veces el porcícola, 5,2 veces el bananero y 7,2 veces el palmicultor.