El proceso económico que rige la compra y venta de viviendas en el país sigue enfrentando desafíos significativos, según las últimas cifras entregadas por la Cámara Colombiana de Construcción (Camacol).
El desplome de la comercialización de viviendas se mantiene en una tendencia preocupante, con una caída del 54,4 % en el séptimo mes del año en comparación con el mismo periodo anterior. Además, el segmento de Vivienda de Interés Social (VIS) experimenta una situación aún más alarmante, con una baja del 61,6 %.
Estos números no pueden pasarse por alto. La comercialización descendió a 8.571 unidades en julio, contrastando con las 18.819 unidades vendidas en el mismo mes del año previo. El impacto es profundo y, de no revertirse, podría tener implicaciones significativas en el bienestar económico del país.
Las causas detrás del declive
La ministra de Vivienda, Ciudad y Territorio, Catalina Velasco, en su red social X, ha llamado la atención sobre la necesidad de que las empresas de construcción cobren los subsidios pendientes del programa Mi Casa Ya. A pesar de los esfuerzos gubernamentales para reactivar la economía, la crisis en el sector de vivienda persiste.
En el año en curso, las cifras son igualmente desalentadoras. Las ventas han experimentado una disminución acumulada de más del 51 %, lo que refleja una realidad inquieta en el mercado inmobiliario colombiano. La incertidumbre económica, la variabilidad de la tasa de interés y las preocupaciones sobre el balance presupuestal son solo algunos de los factores que han contribuido a este declive.
Reflexiones desde Camacol
Guillermo Herrera, presidente de Camacol, lamenta la situación y expresa su preocupación sobre el impacto económico que esta caída en la comercialización de viviendas tiene en los hogares colombianos. En sus palabras, “En la VIS pasamos de vender 112.700 a 55.000 unidades este año, es decir, que se dejaron de invertir $14 billones por parte de los hogares colombianos.”
El presidente de Camacol destaca la constante tendencia negativa en todos los indicadores de actividad del sector y menciona que la caída no se limita solo a la comercialización de viviendas, sino que también se observa en iniciaciones y lanzamientos de proyectos. El número de iniciaciones cayó 37,2 %, mientras que los lanzamientos descendieron 59,9 %.
El segmento VIS es particularmente vulnerable en este panorama. Los lanzamientos de Vivienda de Interés Social han caído un 76,3 %, lo que podría tener repercusiones en la oferta de viviendas en el mercado en los próximos años.
¿Qué viene para el sector?
Esta situación ha llamado la atención del Gobierno. El presidente de Camacol, Herrera, ha sostenido conversaciones con el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, para abordar la creación de un “plan contracíclico” que mitigue los estragos en el sector. El objetivo es impulsar la reactivación económica y evitar más consecuencias negativas.
Herrera hace hincapié en que, más allá de las iniciativas como el programa Mi Casa Ya, es fundamental considerar el balance presupuestal que requiere el sector de la vivienda. La asignación de subsidios es un paso importante, pero es necesario asegurarse de que haya suficiente cobertura y recursos disponibles para desembolsarlos efectivamente.
La ministra Catalina Velasco ha instado a las empresas de construcción a agilizar el proceso de cobro de los subsidios pendientes del programa Mi Casa Ya. Sin embargo, Guillermo Herrera aclara que este proceso no es rápido ni sencillo. La ley brinda un plazo de hasta 12 meses para cobrar los subsidios, y además, hay procesos que deben ejecutarse antes de poder desembolsar un subsidio.
La situación en el mercado de vivienda en Colombia es un asunto complejo y multifacético. Factores económicos, presupuestales y de oferta y demanda se entrelazan para dar forma a la actual crisis. La cooperación entre el Gobierno, las empresas de construcción y otros actores relevantes serán cruciales para encontrar soluciones efectivas que impulsen la reactivación económica y permitan que el sector inmobiliario recupere su vitalidad.