Con la llegada de junio, los colombianos están a la espera de los nuevos ajustes en los precios de los combustibles anunciados por el Gobierno nacional. Desde octubre del año pasado, los precios de la gasolina no han dejado de aumentar, y parece que esta tendencia continuará en el corto plazo. El objetivo del Gobierno es sanear el déficit existente en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc) lo más pronto posible, para luego desmontarlo y eliminar los subsidios a la gasolina y al diésel.
Lo primero que hay que tener presente en todo esto es que desde el pasado 3 de mayo, el precio de la gasolina corriente tuvo un aumento promedio de 600 pesos por galón en todo el país. Por su parte, los precios del diésel se mantuvieron estables, situándose en más de 12 mil pesos por galón. Este último ajuste fue el más alto hasta ahora, ya que se inició con alzas de 200 pesos, luego aumentó a 400 pesos y, finalmente, llegó a los 600 pesos.
Antes de la implementación de la política de aumento escalonado del precio de la gasolina, el valor de este combustible en Bogotá rondaba los 9.523 pesos. En la actualidad, el precio de referencia se sitúa alrededor de los 12.173 pesos, lo que supone un aumento de aproximadamente 2.650 pesos.
Villavicencio encabeza la lista de ciudades con la gasolina más cara, con un precio de referencia de 12.273 pesos. Antes de octubre de 2022, el galón de combustible tenía un valor de 10.023 pesos en esta ciudad.
En cuanto a las ciudades con la gasolina más barata, destacan Pasto y Cúcuta, ubicadas en las fronteras con Ecuador y Venezuela, respectivamente. Después del aumento de mayo, el precio del galón de gasolina en Pasto se fijó en 9.916 pesos, mientras que en la capital de Norte de Santander alcanzó los 10.225 pesos.
El incremento gradual del precio de la gasolina ha sido considerado por el Ministerio de Minas y Energía como una medida responsable, aunque también se reconoce que se trata de una verdad incómoda para los ciudadanos. Expertos y gremios coinciden en que es necesario sanear el déficit del Fepc, el cual subsidiaba el precio de la gasolina cuando este era elevado a nivel internacional. Sin embargo, a este ritmo, lograr el objetivo de cubrir el hueco existente en el fondo llevará más tiempo del esperado.
Existe consenso en que el aumento en el precio de la gasolina debería ir de la mano con el del ACPM, pero hasta ahora el gobierno no ha tomado esta medida debido al impacto que podría tener en la inflación. Es importante tener en cuenta que el diésel tiene un peso significativo en el transporte de carga, lo que podría ocasionar un aumento en los precios de productos básicos, como los alimentos.
El Comité Autónomo de la Regla Fiscal ha expresado que es apropiado que el Gobierno Nacional continúe reduciendo la diferencia entre el precio de referencia de la gasolina y su precio regulado. Esta medida permitirá disminuir el déficit del Fepc de 36 billones de pesos en 2022 acerca de 26 billones de pesos en 2023. Aunque esta cifra sigue siendo alta para las finanzas del país, es un paso importante en la corrección de esta situación.
El Plan Financiero de 2023 contempla el pago total del déficit pendiente del Fepc causado en 2022, así como la programación del pago en 2024 de lo que se genere en 2023. Además, se prevé la reducción gradual de la diferencia en el precio de la gasolina corriente mediante aumentos mensuales.
Ante estos ajustes y la continua subida en el precio de la gasolina, los colombianos deben prepararse para un mayor impacto en sus bolsillos. Es importante considerar estos gastos adicionales al realizar la planificación financiera personal y familiar. Por otro lado, se espera que el Gobierno Nacional continúe implementando medidas para mejorar la eficiencia y transparencia en el uso de los recursos del Fepc, así como promover alternativas energéticas más sostenibles y amigables con el medio ambiente.
En conclusión, el precio de la gasolina seguirá siendo objeto de ajustes en el mes de junio y en el futuro cercano. El Gobierno nacional busca sanear el déficit del Fepc y eliminar los subsidios a los combustibles, lo que implica un aumento progresivo en su valor. Es fundamental que los colombianos estén preparados para estos cambios y realicen una adecuada planificación económica. Asimismo, se espera que se implementen medidas adicionales para mejorar la eficiencia en el uso de los recursos y promover fuentes de energía más sostenibles.