La sexualidad y la educación sexual aún hoy son dos temas tabúes dentro de la sociedad colombiana. Lamentablemente muchas comunidades han tenido que asumir algunas de las consecuencias de esta situación, que tiene graves implicaciones como altas tasas de embarazos adolescentes.
Se reconoce como un embarazo adolescente a aquellos que se presentan entre los 15 y los 19 años. En algunas ocasiones se analizan las dificultades que esta situación trae para las comunidades, sin embargo, se ignora a las principales afectadas: las madres de estos hijos. Entre las consecuencias que estas jóvenes viven se encuentran: deserción escolar, así como afectación de su salud física y mental.
Unido a esto, algunas ni siquiera pueden permitirse sostener los gastos que requieren sus bebés, especialmente en momentos como los actuales, con un costo de vida tan alto. De hecho, según un estudio realizado por la Universidad EAN, en Bogotá, el sostenimiento de un hijo puede llegar a generar costos por 2.447 salarios mínimos mensuales legales vigentes (SMMLV), desde el momento en que nace hasta los 18 años o hasta que tenga independencia financiera.
Esta situación se ha vuelto cada vez más preocupante para los líderes de América Latina y el Caribe, debido a que estas regiones poseen la segunda tasa más alta del mundo en embarazos adolescentes con 61,18 %, de acuerdo con datos de la OCDE, el Banco Mundial y las Naciones Unidas.
Entre dichos países sobresalen México y Colombia, los cuales hasta 2022 poseían las tasas más altas de embarazo adolescente de los países pertenecientes a la OCDE. Esto además conlleva dificultades económicas, pues según el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) esta situación cuesta en promedio un 0,38 % del Producto Interno Bruto (PIB) de una nación, pero en el caso de Colombia llega a 0,58 %.
Otro impacto social del embarazo adolescente se evidencia en el hecho de que muchas de estas mujeres no pueden acceder a estudios universitarios, dado que deben hacerse cargo del cuidado de sus hijos, lo que les impide progresar, en especial, porque una parte importante de estos casos se dan en familias de bajos recursos. Es decir, se suele perpetuar el círculo de la pobreza.
Si se compara esta tasa con el resto de los países de la OCDE, en 2022 Costa Rica tenía un dato de 21,5 % y Chile de 19 %, en Medio Oriente y África del Norte es de 39,39 % y en la Unión Europea es del 8,74 %.
El estudio MILENA de la UNFPA en Colombia, con datos a 2020, evidencia que los costos del embarazo en la adolescencia llevan a una mayor tasa de desempleo entre las mujeres que se volvieron mamás a una edad temprana. Su tasa de desocupación en ese año fue de 16,5%, frente a 11,9% de quienes postergaron su maternidad. Así mismo, se estima que cerca de 1,1 billones de pesos fueron dejados de recibir por las madres adolescentes debido a su menor participación laboral. Además, las mujeres que tuvieron un hijo/a en la adolescencia recibieron 23,5% menos ingresos frente a las mujeres que postergaron su maternidad.
Ante esta preocupante situación, algunas organizaciones sociales colombianas se propusieron la meta de dar a conocer esta coyuntura con el fin de generar conciencia. Una de ellas es “Tirando X Colombia”, la cual posee el slogan “Lo Embarazoso es No Hablarlo”.
Como solución a esta problemática, estas entidades proponen promover la educación sexual dentro de las instituciones educativas, dado que según datos recolectados por Tirando X Colombia, de 1.556 colegios oficiales y privados del país, apenas el 16% considera la educación sobre sexualidad como la principal prioridad en materia de bienestar, lo que no permite transmitir un mensaje de conciencia y preocupación en un tema que a la Colombia de hoy le está costando mucho más que implicaciones sociales.