Un aplauso solitario se escuchó cuando fue anunciada la entrada del presidente Gustavo Petro, que llegó luego de una espera de casi más de una hora, luego de la cual dio varias noticias poco alentadoras.
Lo esperaban los representantes de las empresas concesionarias que participan en el XX Congreso Nacional de Infraestructura, sector que es parte del freno en la economía, como se vio recientemente en los datos presentados por el Dane, en los que se evidenció la contracción de la inversión. También son los que se declaran afectados con el congelamiento de los peajes, estrategia que se utilizó al inicio del año, con el argumento de enfrentar el problema de la inflación que afecta a los colombianos, pero que es la fuente de financiación de las obras viales.
El mandatario intervino luego del discurso de Juan Martín Caicedo Ferrer, presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), quien argumentó lo que el país se estaría perdiendo si no existieran los privados poniendo plata en estas grandes obras que requieren monumentales inversiones.
El sablazo con el recorte de recursos
En el contexto de las dificultades que han surgido con el presupuesto de 2024, el cual, ya de por sí venía desfinanciado, según habían advertido algunos expertos, el mandatario insistió en el gran efecto que tendrá ahora la financiación de las necesidades del Estado.
Petro dijo que el país tiene que pagar una voluminosa deuda que se pactó a dos años, unn tiempo demasiado corto que lleva a hacer esfuerzos desmedidos con la inversión. Más aún si se caen los ingresos en 6,5 billones de pesos, por cuenta del fallo de la Corte Constitucional, que tumbó parte de la reforma tributaria. Hay que recordar que en el Alto Tribunal se cayó la prohibición de la deducibilidad de las regalías, lo que le iba a aportar al país los billonarios recursos que menciona el mandatario.
Tormenta económica y salarios
En ese sentido, habló de una “tormenta económica” que llevará al Estado a tener que recortar fuertemente el gasto y una de las primeras medidas será la del congelamiento de los salarios altos en el sector público. Allí entrarían altos funcionarios, tanto del gabinete como en cargos directivos de entidades.
De esa manera, el presidente expuso las cartas que tiene en mente para financiar obras de infraestructura, las cuales, no solo deben incluir megaobras viales sino también otro tipo de apuestas, como las relacionadas con la conectividad o con el transporte multimodal, dentro del cual, uno de los segmentos claves es el ferroviario.
Sin inversiones privadas se hubieran necesitado cinco reformas tributarias
La voz de los concesionarios, a través del vocero del gremio, Juan Martín Caicedo, hizo alusión a varios temas, uno de ellos, los peajes.
Caicedo expresó que sin los proyectos que son financiados con contratos con las concesionarias, “difícilmente habrían podido acometer las obras que han enmarcado esta revolución de 30 años”.
Es más, sin ese modelo de financiamiento de la infraestructura, “seguramente el Estado se habría visto obligado a hacer recortes en educación, salud, vivienda, seguridad o justicia”.
Caicedo agregó: “Lo más preocupante es que el país habría tenido que tramitar ―tal como lo ha establecido Fedesarrollo― no menos de cinco o seis reformas tributarias de 20 billones de pesos cada una” para realizar los proyectos.