En Colombia los créditos gota a gota son un mecanismo financiero, no regulado ni autorizado, que llegó a casi todos los rincones del país, y que sus prácticas han dejado más de una tragedia. Quienes se encargan de dichos préstamos, casi siempre están asociados a actividades delictivas, que incluso, han sido procesadas en otros países de América Latina, y que tienen a las autoridades internacionales en un endurecimiento de sus medidas, para controlar estas actividades.
Para poner un poco de contexto, según DataCrédito Experian, durante el primer trimestre del 2023 se estima que se produjeron cerca de 2 millones de préstamos gota a gota, siendo sus clientes principales, personas de estratos 1 y 2, de la región Caribe, con condiciones de vulnerabilidad, o con falta de acceso y experiencia académica.
Muchas personas prefieren acceder a este crédito informal, principalmente, por los requisitos mínimos que se exigen para el préstamo, y aunque los intereses pueden ser iguales, incluso más altos que los del sistema financiero formal, los ciudadanos se decantan por la vía fácil, y que además brindan estos “servicios” para libre inversión, sin importar si es de un monto muy bajo, o muy alto.
El problema viene en las formas que se cobran esos créditos, donde los usuarios terminan siendo víctimas de agresiones, amenazas, incluso han llegado a registrarse homicidios, sin mencionar que la deuda aumenta diariamente, a diferencia de los bancos, donde las tasas son reguladas y fijadas mensualmente.
Además, los bancos si bien tienen sus formas de cobrar, en ningún caso se llega a la agresión o atentado contra la vida del acreedor. Esta práctica de los gota a gota al parecer ha sido muy rentable para los criminales, que incluso, estarían exportando sus operaciones, y en Latinoamérica varios países han denunciado los abusos por parte de los delincuentes, que en algunos casos ya han sido procesados judicialmente.
Por ejemplo, el pasado 19 de julio, el Ministerio de Relaciones Exteriores presentó un comunicado sobre la situación jurídica de algunos colombianos en El Salvador, que fueron detenidos y sindicados de pertenecer a organizaciones delictivas, y entre sus actividades, se destacan los préstamos gota a gota.
“La Sección Consular de la Embajada de Colombia en El Salvador ha sido informada por las autoridades competentes de la República de El Salvador sobre la detención de ciudadanos colombianos sindicados por pertenecer presuntamente a organizaciones delictivas dedicadas a préstamos ilegales de dinero, en modalidad “gota a gota”, en algunos casos en concurso con otros delitos de índole patrimonial (...) desde marzo de 2022 hasta la fecha (julio del 2023), la Sección Consular ha tenido conocimiento de un total de 63 detenciones de connacionales investigados por esta causa”.
De acuerdo con la plataforma de investigación Connectas, el fenómeno gota a gota tiene al menos unos 30 años de antigüedad, siendo Medellín la cuna de dicha modalidad, y que en la actualidad hace presencia en al menos 16 países de América Latina, siendo Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina, Brasil, México, Honduras, Chile y Panamá los que más se han visto afectados.
“Tres factores fueron fundamentales para la expansión del ‘gota a gota’ por la región: los altos índices de corrupción en los gobiernos de algunos países, la desigualdad social en el continente y la corrupción de algunas autoridades policiales en países como Colombia, Perú, Ecuador y México”, destaca la investigación de Connectas.
El Gobierno está buscando las maneras de contrarrestar esta práctica, que tiene una mayor incidencia en lo que se denomina como economía popular, ofreciendo líneas de crédito, como la Estrategia de Inclusión Financiera Crediticia para la Economía Popular, presentada por el Ministerio de Hacienda, o productos a través del Fondo Nacional de Garantías.
Pero, de acuerdo con lo que ha detallado el Gobierno colombiano, la inclusión financiera, y tasas de referencia más bajas serán las claves para acabar con los préstamos gota a gota.