El Ministerio de Hacienda se alista para presentar ante el Congreso de la República el proyecto económico más importante para el próximo año: el Presupuesto General de la Nacional, el cual, por demás, será el primero que el gobierno de Gustavo Petro realice arrancando desde cero.
Esto se debe a que el año pasado, la nueva administración llegó el 7 de agosto a la Casa de Nariño y ya la hoja de ruta para financiar al Estado en la presente vigencia (2023) la había tramitado el Gobierno saliente.
En ese sentido, la cartera económica reveló que en estos momentos continúan los técnicos del Ministerio de Hacienda puliendo el proyecto de presupuesto de 2024, que se había anunciado que sería presentado este viernes 28 de julio, pero que hasta el momento no ha sucedido.
Así mismo, las normas señalan que dicho proyecto de ley se debe llevar al Congreso de la República dentro de los diez primeros días de las sesiones del Congreso, que iniciaron el pasado 20 de julio. Esto da la posibilidad de llevarlo incluso hasta mañana sábado a media noche.
Así, el gobierno de Petro se la jugaría con 502 billones de pesos, los cuales, frente al presupuesto de la vigencia actual, que es de 405,6 billones de pesos, implicaría un incremento de casi 97 billones de pesos, es decir, 23,9 % más de lo que se está gastando en el presente.
En medio de un gran paquete de necesidades financieras, las cuales derivan de las promesas hechas por el presidente a sus electores, algunas ramas de la economía tendrán que tener prioridad, como es el caso de la educación, la vivienda y la salud.
No obstante, en el trámite del proyecto de ley es habitual que le hagan una profunda peluqueada, entre el Gobierno y los legisladores, a la carta financiera de 2024. Más aún en esta ocasión, en la que las cargas son grandes y la economía no tendrá el ritmo necesario para generar una mayor expansión.
Para 2024, el Gobierno espera un crecimiento de la economía de 1,5 %, según la versión más reciente del Marco Fiscal de Mediano Plazo. Además, las cuentas se hicieron partiendo de unos ingresos totales por 347,6 billones de pesos, de los cuales, la mayor parte provienen de los impuestos, con los cuales se aspira recaudar 315,8 billones de pesos.
Entre tanto, los gastos totales serán superiores, al alcanzar 424,3 billones de pesos, y la aspiración inicial es pagar 76,8 billones de pesos en el servicio de la deuda, que, en neto, llegó al 57,1 % del Producto Interno Bruto.
El petróleo, que sigue siendo una de las principales fuentes de financiación del Estado, tendría una producción de 787.000 barriles por día. Para el cálculo de lo que incluye en el presupuesto como ingreso, el ministerio, según lo anotó en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, contará con un precio promedio de 74,5 dólares y la tasa de cambio se moverá en el terreno de los 4.603 pesos.
En todo caso, la financiación de las necesidades del Estado en el próximo año demandará muchos recursos. No solo porque el Gobierno tiene que hacer un pago impajaritable, que es la deuda al Fondo Monetario Internacional, la cual fue pactada con un cortísimo tiempo de amortización, sino porque tendrá que poner en marcha buena parte del paquete de ayudas sociales prometidas. Una de ellas es la de la unificación de las transferencias monetarias, lo que no podrá ser aplazado, pues quedó incluido en el Plan de Desarrollo 2022-2026, que ya está aprobado en el Legislativo.
También está amarrada la financiación de programas de subsidios para vivienda, como Mi Casa Ya, que, además, es una de las apuestas para reactivar el gasto en obras civiles y, por esa vía, el empleo.