En contra de lo que esperaban los analistas, la producción industrial estadounidense disminuyó en junio, según los datos publicados esta semana por el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Las cifras también revelaron un segundo descenso consecutivo de la producción manufacturera. La producción total se contrajo un -0,2 % respecto a mayo. La revisión de los datos mostró finalmente un estancamiento en el 0,0 % tras una estimación inicial del +0,2 %, cifra que contaba con el consenso de los analistas.
Después de cuatro meses de fuerte crecimiento del +0,8 % o más, mayo registró una ralentización de la producción industrial. Los datos de junio muestran, por lo tanto, un descenso mensual del sector. En términos anuales, el crecimiento de la producción industrial fue del 6,1 % en el segundo trimestre.
Por segundo mes consecutivo, la producción manufacturera se contrajo un 0,5 %, aunque su tasa de crecimiento anual en el segundo trimestre fue del 4,2 %. La producción del sector minero aumentó un 1,7 % en junio, mientras que la de servicios públicos (agua y electricidad) cayó un 1,4 %.
Estos resultados reviven una vez más el temor, entre analistas, inversionistas y expertos, por una posible recesión económica en este país, donde los diferentes indicadores dan muestras de desaceleración o crecimientos muy pequeños.
Recientemente, el gobernador de la Reserva Federal (Fed) Christopher Waller, señaló un posible aumento de un punto porcentual de las tasas de interés, una medida inédita en más de 30 años y otra indicación de la determinación para frenar la alta inflación.
Waller también dijo creer que Estados Unidos puede evitar una recesión gracias a la solidez de su mercado laboral. En marzo, la Fed comenzó a subir agresivamente los tipos de interés para enfriar la demanda en medio del impacto de la guerra en Ucrania y los confinamientos por la covid-19 en China.
No obstante, los datos hasta ahora no han mostrado signos significativos de relajación e informes de inflación de esta semana mostraron que los precios al consumo repuntaron en junio un 9,1 % anual.
No todo es tan malo
Pese a esto, no todas las noticias son malas para la economía de Estados Unidos, ya que las ventas minoristas aumentaron más de lo previsto en junio, tras un pequeño descenso en mayo cuando los consumidores se enfrentan a la mayor inflación de los últimos 40 años.
El total de ventas ascendió a 680.600 millones de dólares, un 1 % más que en mayo, según los datos publicados por el Departamento de Comercio. Esta cifra es superior a la prevista por los analistas, que esperaban un aumento del 0,8 %.
Las gasolineras registraron la mayor subida en un mes (+3,6 %), cuando el precio medio del galón de gasolina (unos 3,8 litros) superó por primera vez el umbral de los 5 dólares, antes de retroceder en las últimas semanas.
Dejando al margen los precios de la gasolina, las ventas al por menor aumentaron un 0,7 % con respecto a mayo. Los estadounidenses gastaron más en restaurantes (+1 %), muebles y decoración (+1,4 %), artículos deportivos, instrumentos musicales y libros (+0,8 %).
Las ventas de automóviles subieron un 0,9 % en junio, tras una caída del 3,4 % en mayo. Por su parte, las ventas en línea ganaron un 2,2 %. Las tiendas de ropa, construcción y jardinería fueron de las pocas categorías que registraron descensos, según los datos. La evolución de estas ventas no tiene en cuenta la subida de los precios, que volvió a acelerarse en junio.
La inflación ascendió al 9,1 % interanual, frente al 8,6 % del mes anterior, según el Índice de Precios de Consumo (IPC) publicado el miércoles por el Departamento de Trabajo. Por lo tanto, el aumento de las ventas al por menor significa, al menos en parte, que los consumidores estadounidenses han tenido que gastar más dinero, sin comprar más bienes y servicios.
El Banco Central de Estados Unidos (Reserva Federal) observa de cerca este indicador e intenta frenar la elevada inflación subiendo los tipos de interés clave para aumentar el coste del crédito a particulares y empresas. El objetivo es frenar el consumo y reducir la presión sobre los precios.
*Con información de la AFP.