De cara a las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en los próximos meses en Colombia para decidir quién llegará a la Casa de Nariño el próximo 7 de agosto, la comisionista Casa de Bolsa se dio a la tarea de analizar el comportamiento que ha presentado el dólar, acciones y deuda soberana en moneda local de Perú, Chile y México, países que han pasado por un proceso de elecciones en que un candidato adverso al mercado es electo.
La más reciente encuesta del Centro Nacional de Consultoría para SEMANA reveló que Gustavo Petro lidera la intención de voto de parte de los colombianos con 27 %. Le siguen Rodolfo Hernández (14 %), Íngrid Betancourt (7 %) y Sergio Fajardo (6 %). Las propuestas de Petro de reformar el Banco de la República y acabar con la industria de hidrocarburos son las que más revuelo han generado en el país.
De acuerdo con Casa de Bolsa, las elecciones presidenciales generan periodos de estrés en todos los activos financieros en diferentes momentos de los comicios. En algunos países se ha presentado previo a la primera vuelta (en Colombia será el 29 de mayo); en otros entre primera y segunda vuelta (será 19 de junio en Colombia), y en algunos permanece posterior a la segunda vuelta.
En cuanto a magnitud, en los momentos más intensos las monedas alcanzaron una devaluación del 11 %, las acciones descendieron 25 % y la deuda soberana de largo plazo en moneda local se desvalorizó hasta 187 puntos básicos, en todos los casos, respecto al promedio del desempeño del mercado de la región.
Sin embargo, la comisionista advierte que cada proceso electoral es diferente y los activos financieros fluctúan en función de la posición del candidato que lidera el proceso. Es así como el mercado de Perú ha sido el más castigado entre estos tres países, debido a la posición extrema de su presidente.
En el caso de Chile, los mercados presentaron momentos de estrés entre la primera y segunda vuelta, sin embargo, 60 días después de finalizado el proceso electoral los activos se recuperaron debido a que el presidente electo moderó su tono. En cuanto a México, los activos financieros no presentaron grandes cambios ante la fortaleza de las instituciones democráticas.
Efectos sobre la deuda soberana
Los bonos peruanos se desvalorizaron más que los bonos de la región entre la primera y segunda vuelta (+50 pbs). El mal desempeño se profundizó 60 días después de finalizadas las elecciones (+90 pbs).
El momento de máximo estrés en los bonos chilenos se dio 60 días antes de la primera vuelta, con una desvalorización de 187 pbs sobre los bonos de la región. Posteriormente, se recuperaron a niveles cercanos en los que se encontraban los bonos de la región.
Mientras que los bonos mexicanos en la mayoría del tiempo presentaron un mejor desempeño frente a los bonos de la región (entre -50 pbs y -33 pbs).
Reacción de las monedas
El sol peruano comenzó a presentar un peor desempeño respecto a las demás monedas de la región después de la primera vuelta. Mantuvo una devaluación de 11 % superior al mercado, 60 días después de finalizada la segunda vuelta.
El peso chileno alcanzó una devaluación del 6 % sobre el mercado entre la primera y segunda vuelta, no obstante, a partir de ese momento recuperó lo perdido en el proceso electoral.
En el caso del peso mexicano, se devaluó 2 % respecto al mercado previo a la primera vuelta, sin embargo, posterior al fin del proceso electoral recuperó y superó el desempeño de las monedas de la región.
Reacción de las acciones en bolsas
Las acciones peruanas empezaron a presentar un desempeño más débil frente a la región entre la primera y segunda vuelta, movimiento que se acentuó después del resultado electoral (-25 %).
En Chile, durante la época preelectoral, se observó algo de nerviosismo en el mercado, el cual no duró mucho dado que la bolsa chilena presentó un mejor desempeño en comparación con la región a pesar del ruido político (+9 %).
Por su parte, el mercado accionario mexicano en general presentó un desempeño muy favorable comparado con lo que fue el resto de la región y se vio afectado levemente por el ruido electoral (+14 %).