Todo el país está encendido con el debate sobre los nuevos impuestos que son necesarios para cubrir el déficit originado por la pandemia y pagar el gasto social, que busca equilibrarles la cancha a los más vulnerables.Las críticas al proyecto han sido demoledoras. Todos a una les dicen no al impuesto a las pensiones; a pasar de exentos a excluidos a un grupo importante de productos; al IVA a los servicios públicos para los estratos 4, 5 y 6; a aumentar la base de declarantes y contribuyentes del impuesto a la renta para las personas naturales, entre otros que generan rechazo.
En el Congreso ya se anticipa una mayoría calificada para decirle no al paquete completo de propuestas.Pero es claro que el país necesita aumentar su recaudo tributario para cubrir el hueco que deja la pandemia. El déficit del Gobierno central este año puede acercarse a los 9 puntos del PIB, según las estimaciones consignadas en la exposición de motivos del proyecto de reforma tributaria. Así que ni por las curvas el país puede evitar este debate; sería pegarse un tiro en el pie, como ya lo han advertido expertos y autoridades. Si se hace la vista gorda, las finanzas públicas se descuadernarán.
Personas naturales
El Gobierno estima recaudar al año 2,3 puntos del PIB con esta propuesta. Eso significa 28 billones de pesos de 2022. La distribución de esos ingresos sería así: 7,3 billones de pesos mediante las modificaciones al IVA; 3,7 billones de pesos por los cambios a la renta de las personas jurídicas y 17 billones en los ajustes en personas naturales. A esto hay que quitarle lo que corresponde por ley al Sistema General de Participaciones (SGP), que equivale a 4,6 billones. Así, el recaudo neto que iría para el Gobierno central sería de 23,4 billones de pesos.
En ese contexto, es posible afirmar que más del 60 por ciento del recaudo por esta reforma provendrá de las modificaciones a la normativa de impuestos para las personas naturales. Ahí es donde está la carga de profundidad de la propuesta del equipo del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla. ¿Cuáles son los cambios al sistema de recaudo de impuesto de renta para las personas naturales? Los rubros de la reforma que terminan afectando la renta de las personas son cinco: 1) todas las modificaciones a la fórmula para calcular el impuesto año tras año, 2) el impuesto al patrimonio o la riqueza, 3) el impuesto a los dividendos, 4) la normalización de activos y 5) el impuesto temporal y solidario a los ingresos altos, que se cobrará durante el segundo semestre de este año.
Todos ellos van a afectar la caja de las personas naturales y en todos los niveles de ingreso. Pero el impuesto al patrimonio está pensado para un horizonte de dos años y es deducible del impuesto de renta, mientras que el gravamen para los ingresos altos será descontable directamente del impuesto de renta. La normalización de activos operará solo en 2022 y el impuesto a los dividendos apenas se espera que genere un ingreso por algo más de 0,02 por ciento del PIB.
En consecuencia, el golpe estructural está en las medidas que buscan aumentar la base de contribuyentes y la tarifa efectiva en el impuesto de renta a las personas naturales. El primer objetivo se logra reduciendo la cifra de ingresos a partir de la cual una persona natural en Colombia empieza a declarar y a pagar impuestos. A la segunda meta se llega eliminando casi todas las exenciones y deducciones de las que gozan hoy los ingresos laborales.
Carolina Rozo, socia de Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría (PPU) y vicepresidenta del Instituto de Derecho Tributario, explicó que esas exenciones que desaparecen son los pagos por crédito de vivienda, los pagos a salud prepagada, los gastos por dependientes y los pagos de intereses por préstamos educativos del Icetex.Además, desaparecen las rentas exentas correspondientes a los aportes voluntarios a los fondos de pensiones y los aportes a cuentas AFC.
“En la práctica solo queda la exención del 25 por ciento de las rentas de trabajo que actualmente está vigente”, señaló la experta.
A partir de este escenario, los tributaristas de PPU proyectaron tres escenarios para ilustrar cómo les va con la reforma tributaria a tres clases de colombianos: uno que gana 3 millones de pesos, uno que devenga 7 millones y uno cuyo salario es de 15 millones al mes.La reforma tributaria implica una transición de tres años, después de los cuales se aplicaría plenamente la nueva normativa para personas naturales. Estos escenarios corresponden, en consecuencia, a las normas vigentes de manera permanente a partir de 2024 y que impactarían en las declaraciones de 2025.
Los que Ganan 3 millones
De acuerdo con la proyección de los expertos de PPU, para una persona que gana 3 millones de pesos prácticamente el único cambio es que tendría que empezar a llenar el formulario de renta todos los años, sin necesidad de pagar.Las modificaciones de la reforma implican reducir el monto a partir del cual los colombianos deben declarar renta. Así es como se captura la información de un grupo de ciudadanos que hoy no está bajo el radar de las autoridades tributarias. Según la norma actual, quienes tienen ingresos mensuales de 3,9 millones de pesos deben declarar renta. Si se aprueba la propuesta del Gobierno, ese límite baja a 2,4 millones de pesos, con lo cual se incorporarán más personas al universo tributario. “A pesar de que la reforma extendería la base de contribuyentes a personas con ingresos gravados superiores a 29.046.000 pesos anuales –2.420.000 mensuales–, la aplicación del beneficio de renta exenta sobre el 25 por ciento del ingreso (que se mantendría con la reforma) le permitiría a esa misma persona conservar su condición de no contribuyente del impuesto a la renta. Actualmente, no son contribuyentes de renta quienes tienen ingresos gravados menores a 39.575.000 pesos anuales”, explicaron los tributaristas de PPU.
Así, en la parte baja del ingreso los cambios no serían drásticos. Una persona empezaría a pagar impuestos, gracias a la nueva reforma, con un ingreso de 3,2 millones de pesos. Pero en total pagaría 3.000 pesos al año por esa renta.En este sentido, el Gobierno tiene la razón cuando asegura que las personas naturales de ingresos bajos no se verían afectadas por la reforma.
El ingreso de 7 millones
La historia no es tan positiva para quien gana hoy 7 millones de pesos mensuales.
“Esta persona se verá fuertemente impactada si la reforma es aprobada. De acuerdo con la legislación actual, si este asalariado hiciera uso de los alivios disponibles (medicina prepagada, aportes voluntarios a pensiones, cuentas AFC, deducciones por dependientes, etcétera) pagaría un impuesto anual de alrededor de 1.350.000 pesos. La reforma eliminaría la mayoría de esos alivios y solo mantendría la renta exenta del 25 por ciento del ingreso neto. Bajo este escenario, ese mismo asalariado pagaría alrededor de 5.550.000 pesos anuales. Es decir, un incremento de más del 200 por ciento en su tributo”, señalan los expertos de PPU.
Aquí es donde hay que tener en consideración dos cosas: primero, el impacto ya evidenciado de la eliminación de exenciones y segundo, el aumento de las tarifas.“La razón por la cual el efecto es tan significativo es que se elimina un montón de beneficios. Pero, además, las tarifas aumentan para los que más ganan. Antes teníamos unos rangos de tarifas que iban de 0 a 19 por ciento. El que estaba en 7 millones de ingreso mensual estaba en una tarifa del 19 por ciento. Pero con la nueva propuesta, esa tarifa desaparece y se crean grupos de tarifas de 10 por ciento, 20 por ciento, 33 por ciento, 37 por ciento y una última de 41 por ciento. Así las cosas, la tarifa efectiva pasaría en ese ejemplo de 2,43 por ciento a 7,49 por ciento”, explicó Rozo.
El de 15 millones de pesos
El golpe es más duro para los contribuyentes de mayores ingresos. Según los expertos de PPU, “un asalariado que recibe 15 millones de pesos mensuales, y que actualmente paga un impuesto de renta anual de alrededor de 17.900.000 pesos, utilizando los alivios disponibles, pasaría con la reforma a pagar alrededor de 28.500.000 pesos. En otras palabras, tendría un incremento del impuesto a cargo de alrededor del 60 por ciento”.También hay que poner sobre la mesa lo que va a pasar con el sistema de retenciones en la fuente, que son un esquema de pago anticipado del impuesto y que afectan claramente el flujo de caja de las personas naturales.La reforma establece que las retenciones se harán con la tabla del impuesto: es decir el monto a retener dependerá de si al contribuyente se le aplica una tarifa de 10, 20, 28, 33, 37 o 41 por ciento.Así, una persona que gana 7 millones de pesos al mes pasará de una retención de 72.000 pesos mensuales a una de 480.000 pesos cada mes.
Equidad y progresividad
El argumento del Gobierno para esta propuesta es que los que más ganen, paguen un mayor valor de impuesto de renta.
“El régimen impositivo en Colombia supone una carga tributaria desproporcionada sobre las personas jurídicas, que son las encargadas de generar el valor agregado de la economía y el empleo, y una carga baja sobre personas naturales, que son los agentes económicos que acumulan riqueza”, señala el Gobierno en la exposición de motivos.Lo que el equipo del Ministerio de Hacienda ve es que hay una posibilidad de aumentar estos impuestos, pues en materia de aportes de las personas naturales, Colombia está en la mitad del promedio de la región y una proporción todavía menor si se compara con los países emergentes y los miembros de la Ocde.
La exposición de motivos de la reforma dice que “la contribución de las personas naturales al fisco nacional es de 1,2 por ciento del PIB, esto es la mitad cuando se compara con la región latinoamericana (2,3 por ciento del PIB), cerca de un tercio respecto a los países en vías de desarrollo (3 por ciento del PIB) y un séptimo del promedio de los países que integran la Ocde (8,3 por ciento del PIB)”.
El otro argumento es superar un estado de inequidad tributaria. Esto se ve, según el Gobierno, en las bajas tasas efectivas de tributación en la renta de personas naturales. Las cuentas del proyecto de ley muestran que en 2015 la tasa efectiva de tributación en Colombia para personas naturales fue de apenas 2,6 por ciento. Esta “es significativamente inferior al contrastarla con la de otros países en vías de desarrollo como México (3,5 por ciento), Rusia (4,6 por ciento) y Polonia (5,5 por ciento). Entre las razones que explican esta cifra se encuentra el bajo aprovechamiento de la base tributaria, ya que actualmente solo contribuyen cerca de 1,5 millones de personas, lo que corresponde a menos del 8 por ciento de los ocupados que hay en el país, y las exenciones tributarias benefician desproporcionadamente a las personas naturales con ingresos más altos”.
Pero quienes han argumentado en contra de la propuesta señalan que si se suman todos los impactos arriba señalados (impuesto al patrimonio, dividendos, impuesto temporal a los ingresos altos y modificaciones a la renta) muchos colombianos van a tener problemas de caja y esto se vería reflejado en una caída del consumo, que es más del 60 por ciento de la economía colombiana.
A esto se le suma una situación que podría ser muy problemática: el desincentivo al ahorro al eliminar los beneficios por AFC y pensiones voluntarias, y aumentar el impuesto a los dividendos.Este parece ser el tema central de discusión en el Congreso, porque de lo que ocurra con las medidas del impuesto a la renta para personas naturales dependerá el 60 por ciento del alcance de la reforma.No será un debate sencillo, pero tampoco puede ser abordado desde los lugares comunes porque, a pesar de toda la polémica, lo cierto es que la reforma hace pagar más a los que más tienen en el país. El Congreso tiene la palabra.