La expectativa en torno a la nueva reforma laboral que impulsa el Gobierno Nacional en el Congreso de la República ha generado un gran interés entre empresarios y trabajadores en Colombia. Uno de los aspectos más debatidos es el futuro de los recargos dominicales y festivos, y cómo se pagarían en caso de que la reforma sea implementada.

Según el borrador de la reforma laboral, en caso de ser aprobada, los recargos dominicales y festivos experimentarían cambios significativos en cuanto a su remuneración. Actualmente, el pago por trabajar en estos días se basa en un recargo del 75 % sobre el salario ordinario y las horas laboradas. Sin embargo, la propuesta establece que el recargo sería del 100 %, es decir, se pagarían el doble del salario ordinario por las horas trabajadas en domingos y festivos.

Presentación simbólica de la Reforma Laboral del gobierno nacional en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño. | Foto: Presidencia de la República

En la actualidad, el pago por trabajar en días dominicales y festivos se calcula sumando el recargo del 75 % al salario ordinario, lo que equivale a una remuneración del 175 %. Con la nueva reforma laboral, el recargo sería del 100 % más un 25 % adicional, lo que resultaría en un pago total del 200 % sobre el salario ordinario.

La propuesta también contempla que los trabajadores puedan acordar con los empleadores cuál será su día de descanso obligatorio, ya sea los días sábados o domingos. Este descanso sería reconocido en todos sus aspectos como descanso dominical obligatorio institucionalizado.

Según el borrador de la reforma laboral, en caso de ser aprobada, los recargos dominicales y festivos experimentarían cambios significativos en cuanto a su remuneración. | Foto: Ministerio de Trabajo

Si se toma como referencia el salario mínimo vigente en el año 2023, que es de $ 1.160.000, y se considera una jornada de ocho horas, de lunes a sábado, se paga un valor de $ 38.666 por una hora de trabajo. En caso de trabajar un domingo o festivo, se sumaría al pago ordinario el recargo del 75 %, lo que equivaldría a un total de $ 67.656 por un día completo de trabajo.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos valores podrían variar en función de las modificaciones que se realicen al proyecto de reforma laboral durante su trámite en el Congreso.

Es importante tener en cuenta que estos valores podrían variar en función de las modificaciones que se realicen al proyecto de reforma laboral durante su trámite en el Congreso.

Expertos y gremios señalan que esta medida podría tener implicaciones ambiguas, ya que mientras sería beneficiosa para los trabajadores al recibir una remuneración más alta por los días dominicales y festivos, podría representar un desafío para las pequeñas empresas que no cuentan con los recursos suficientes para hacer frente a este incremento en los costos laborales.

“Es absurdo que se esté haciendo en este año complejo, cuando tantas familias, tantos colombianos podrían terminar quedando sin empleo o teniendo que irse al mundo de la informalidad. Es una gran irresponsabilidad. Me parece que por querer complacer a algunas personas que históricamente, desde las centrales de trabajadores o desde el mundo sindical, han pedido reivindicaciones en particular, terminemos poniendo a todos los colombianos a pagar las consecuencias de decisiones mal tomadas”, dijo recientemente Bruce Mac Master, presidente de la Andi, en entrevista con SEMANA.

En particular, sectores como restaurantes, tiendas de ropa y otros establecimientos de entretenimiento podrían verse obligados a replantear su capacidad para operar en días festivos, considerando los costos adicionales que esto implicaría en comparación con los ingresos que generan en dichas jornadas.

La reforma laboral también contempla cambios en los recargos nocturnos, los cuales comenzarían a partir de las 7 de la noche en lugar de las 9, como se establece actualmente. Esta modificación podría afectar a sectores como restaurantes, hoteles y bares, quienes tendrían que asumir mayores costos en concepto de recargos nocturnos para sus empleados. Además, la reforma laboral limitaría las horas extras a un máximo de 2 al día y 12 a la semana, lo cual reduciría la posibilidad de que los trabajadores generen ingresos adicionales al realizar jornadas laborales extendidas.

La reforma laboral también contempla cambios en los recargos nocturnos, los cuales comenzarían a partir de las 7 de la noche en lugar de las 9, como se establece actualmente.

Jorge Enrique Bedoya, quien es el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), y señaló a Vanguardia que “si bien el gobierno incorpora algunos de los temas que propusimos en el contrato agropecuario, no se está reconociendo la posibilidad de tener contratos por el tiempo efectivamente trabajado”.

El debate en torno a los recargos dominicales y festivos ha generado opiniones encontradas. Por un lado, los trabajadores ven con optimismo la posibilidad de recibir una remuneración más justa por trabajar en días de descanso, lo que contribuiría a mejorar sus condiciones económicas. Por otro lado, las empresas, especialmente las más pequeñas, expresan preocupación por el impacto que esto podría tener en sus finanzas y su capacidad para mantener la operación en días festivos.

El debate en torno a los recargos dominicales y festivos ha generado opiniones encontradas. Por un lado, los trabajadores ven con optimismo la posibilidad de recibir una remuneración más justa por trabajar en días de descanso, lo que contribuiría a mejorar sus condiciones económicas. | Foto: GUILLERMO TORRES REINA

La expectativa es alta en cuanto a los cambios que se avecinan con la nueva reforma laboral. Tanto empresarios como trabajadores están atentos a las discusiones y decisiones que se tomen en el Congreso de la República. Se espera que se encuentre un equilibrio entre la protección de los derechos de los trabajadores y la viabilidad de las empresas, buscando promover un ambiente laboral justo y sostenible.

A medida que avanza el proceso de aprobación de la reforma laboral, se espera que se realicen ajustes y se llegue a consensos para garantizar que las modificaciones propuestas sean beneficiosas para ambas partes. Es fundamental encontrar un balance que permita incentivar la generación de empleo y el desarrollo empresarial, al tiempo que se protegen los derechos y las condiciones laborales de los trabajadores.