En el escenario del Congreso colombiano se dice que la prueba más dura de un proyecto de ley se da en el Senado. Pues bien, los casos de Colombia y Chile suelen ser muy parecidos y es en ese contexto que hay que señalar que la Cámara baja del Legislativo chileno aprobó, de manera provisional, la reforma pensional propuesta por el gobierno izquierdista de Gabriel Boric, con la cual se busca modificar el sistema de pensiones actual, basado en el ahorro individual.
El panorama de las votaciones evidencia lo que sucede en el ambiente político alrededor del mandatario chileno. “Los representantes a la Cámara votaron 84 a 64 y tres abstenciones para impulsar el proyecto de ley que rediseñaría el sistema de pensiones”, dice un análisis publicado en el prestigioso medio británico Financial Times.
En el proceso, tal como suele pasar en el Congreso colombiano, los integrantes del cuerpo legislativo pidieron votación artículo por artículo y, así, “rechazaron varias de las propuestas del Gobierno”, dice la publicación. Con ello, la reforma “quedó en manos del Senado, que la abordará después de un receso en febrero”.
El panorama no está despejado para el paso de la reforma, como la presentó el Ejecutivo. En el momento, la coalición izquierdista de Boric tiene minoría en ambas cámaras del Congreso. Es decir, muy parecido a lo que sucede en Colombia, donde el proyecto de ley volverá a retomar su trámite, tras haber surtido uno de los cuatro debates que se requieren.
¿Cómo son las pensiones en Chile?
Las pensiones en Chile se basan en el esquema de cuentas individuales administradas exclusivamente por fondos de inversión privados.
El capital que manejan esos ahorros “constituye la columna vertebral de los mercados de capital que han ayudado al país a convertirse en una de las economías más desarrolladas de América Latina”, dice el informe de FT.
El problema, de acuerdo con lo que agrega el informe, es que el 72 % de pensionados recibe menos del salario mínimo, pese a que se habla de grandes ingresos. De hecho, la propuesta original de Boric buscaba la eliminación de los fondos privados.
Por el lado, los del Gobierno, tanto de derecha como de izquierda, quieren encontrar los caminos para proteger los beneficios del sistema de pensiones, en medio de un claro descontento social que lleva a protestas masivas.
Por el momento, la aprobación final del proyecto de ley, por parte del Senado, mantendría las cuentas individuales, añadiendo un componente de redistribución, con lo cual, aumentaría de manera significativa la capacidad de ahorro nacional, manifiesta el informe del Financial Times.
La idea del mandatario chileno era el pago de una contribución adicional por parte de los empleadores, con lo cual la tarifa de ahorro quedaría en 16 % (el otro 10 % en cabeza de los trabajadores).
Entre tanto, el gobierno también busca aumentar la pensión mínima garantizada, con el propósito de proteger en la vejez a la población más pobre. Además, la administración privada sería reemplazada por la pública.
En ese sentido, hay que recordar que, en Colombia, la reforma pensional incluye un esquema híbrido, en el que parte del ahorro lo administre Colpensiones, y el resto, los fondos privados, si así lo quiere el dueño de la cuenta.
No obstante, según el análisis del Financial Times, “los chilenos aún podrán elegir fondos privados para invertir sus pensiones, aunque también se creará una alternativa de inversión estatal”.
Polarización política
Al igual que en Colombia, en Chile se ha desatado una fuerte polarización política entre la izquierda y la derecha que, principalmente, ha frenado la meta de reescribir la constitución. En consecuencia, “Boric no ha logrado obtener la aprobación de los dos puntos centrales de su agenda: la reforma de las pensiones y los aumentos de impuestos para financiar programas sociales. Se vio obligado a dar marcha atrás en su propuesta original de enviar la contribución adicional del 6 por ciento al fondo de solidaridad”, dice el análisis de la publicación.
También, como en Colombia, la reforma pensional que salga del Congreso no sería la propuesta original. Con ella, se confirmaría el modelo de libre mercado, pero, eso sí, sería una reforma de las pensiones, algo que ninguno de los gobiernos anteriores había logrado en décadas. ¿Pasará lo mismo en Colombia?