Con pinzas tendrá que hacerse el nuevo texto de la reforma tributaria que el Gobierno llevará al Congreso, luego del retiro de la propuesta que se iba a tramitar desde hace más de un mes, previo a todo el halo de protestas sociales que se han suscitado en el país.
En el Congreso de la República, donde finalmente llegará el contenido de la reforma, se realizó este miércoles el segundo de 4 foros previstos, y la lluvia de propuestas es tan abundante como la de las alertas.
Exministros de hacienda y académicos tuvieron la ocasión de expresar sus puntos de vista. Cada uno de esos aportes tiene un peso en lo que será el nuevo proyecto, alrededor del cual, hay discusión hasta en la fecha adecuada para presentarla.
¿Ahora o luego?
Por ejemplo, el exministro Juan Camilo Restrepo es partidario de que se deje la tarea para el inicio de la nueva legislatura, en julio, de manera que el equipo económico se pueda concentrar ahora en la elaboración del Marco Fiscal de Mediano Plazo, documento que debe definir con claridad la hoja de ruta, no solo de este y el siguiente año, sino de toda una década. De las cifras que allí se incluyan podría depender la decisión que tomen las calificadoras, acerca de la estabilidad que podría lograr Colombia en sus finanzas.
El exministro Restrepo agrega que también está a la vista la tarea de construir el presupuesto general 2022, otra misión que requiere dedicación en este momento.
Por el contrario, Óscar Iván Zuluaga, quien fuera ministro en el segundo periodo de gobierno de Álvaro Uribe, enfatizó en que el proyecto debe ser presentado de manera inmediata, ya que se trata de algo inaplazable.
De $7 a $14 billones
Entre tanto, en el monto de los recursos a obtener parece haber un consenso, en el sentido de que la reforma tributaria no debe ser tan ambiciosa. Por lo tanto, con una cifra de alrededor de $14 billones, se podría solventar la necesidad urgente de recursos, de manera que se pueda honrar la promesa de no imponer más carga tributaria a la clase media, y simplemente aceptar la iniciativa de solidaridad del sector privado en la actual coyuntura, en la cual, una crisis inesperada afectó la estabilidad económica de casi todo el mundo.
Ojo con los subsidios
Aunque en Colombia, tradicionalmente ha sido difícil tramitar una reforma tributaria, en esta ocasión la complejidad se multiplica, debido a que se juntan dos circunstancias adversas: una pandemia cuya atención sigue demandando recursos y una crisis generalizada que deja a todos sin posibilidades de pagar más impuestos.
Por esa razón, el exministro de hacienda, Juan Carlos Echeverry, advierte que se requiere buscar ingresos permanentes y completar la ecuación con gastos transitorios. En ese sentido, llamó la atención sobre el hecho de que un subsidio de $350.000 para 18 millones de personas, demandaría recursos por $12 billones y se trata de un tema que no está resuelto, pues no existe la fuente de financiamiento para seguir ese camino que estaba trazado en la reforma tributaria retirada. “El país no se puede arriesgar a gastar lo que no tenemos”.
Echeverry estima que se debe mantener la tasa del impuesto de renta de las empresas en 33%, además de utilizar los ingresos provenientes de la venta de ISA y seguir utilizando créditos de bonos nuevos.
Foco en el empleo
Otro de los exministros que intervino en el foro del Congreso fue el economista Mauricio Cárdenas, quien destacó que muchos de los problemas que el país tiene ahora pueden ser temporales, sin embargo, hay uno, el principal, es el empleo, puesto que de este dependen muchas otras variables, como la pobreza, la deserción académica y la seguridad. De esa manera, es clave que no se subestime la vacunación, la cual va en el 20% y se requiere que ojalá llegue al 60% en dos o tres meses, de manera que los ciudadanos puedan volver a usar el transporte, a los restaurantes, a las escuelas. “Eso mejoraría el panorama”, sostuvo.
Según sostiene el exministro Cárdenas, la reforma no va a ser creativa, sino para conseguir ingresos. $14 billones debería ser la cifra, la cual podría provenir de una moderación en el impuesto de industria y comercio (quitar el descuento) algo en lo que también coincide Echeverry, entre otras fuentes.
Lo clave, para los proponentes, es que Colombia tiene ahora 2,5 millones de personas que eran de clase media y pasaron a ser pobres, y otros 2,5 millones que eran vulnerables y pasaron a pobreza extrema, y eso es algo que hay que enfrentar con urgentes medidas.