Esta semana será decisiva para definir el futuro de la reforma tributaria en Colombia, puesto que se dará el debate final por parte de las plenarias de Senado y Cámara de Representantes, luego de los ajustes incluidos por el Gobierno nacional que eliminaron, entre otras cosas, el impuesto para las pensiones y modificaron el articulado que grava las bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados.

De acuerdo con el cronograma que contempla el Ministerio de Hacienda para lo que viene de cara a lograr la aprobación de esta iniciativa, los ponentes iniciaron este lunes 31 de octubre las discusiones finales, para que este mismo día se radique el articulado final y entre mañana martes y el resto de la semana se adelanten los debates y posteriores aprobaciones de cada uno de los artículos que contiene esta normativa.

Según las cuentas de algunos expertos, el Gobierno nacional bajó de 25 billones a 20 sus aspiraciones de recaudo para el otro año, luego de acceder a realizar varios cambios propuestos desde diferentes sectores políticos y económicos. No obstante, sigue el inconformismo de parte de los gremios empresariales, que advierten que este cambio de los impuestos es inconveniente en tiempos en los que la inflación ha llevado al mundo a un panorama de crisis en 2023.

Las regalías del sector minero y petrolero ha sido una de las manzanas de la discordia, ya que según los empresarios no se puede generar un error metodológico que conduzca a que todos los beneficios que tanto han acompañado al Estado y han ayudado a las finanzas públicas, se pierdan. Esto en referencia a la importancia de estas rentas para la economía del país.

El varillazo de Fedesarrollo

Este lunes 31 de octubre se unió a las conversaciones la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo), centro de pensamiento que dio a conocer un estudio en el que advierte que esta iniciativa pone en riesgo la inversión en el sector minero-energético, afectando el crecimiento, el empleo y los recursos de regalías de las regiones.

Según Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, la conclusión principal del estudio es que, “si bien compartimos la necesidad de aumentar la tasa de tributación efectiva del sector con el objetivo de continuar un necesario proceso de transición energética y fortalecer las finanzas públicas”, la versión actual de la reforma generaría un aumento excesivo de la tasa efectiva de tributación del sector, incidiendo en el costo de uso del capital, y con ello desincentivando la inversión.

“Esto generaría un impacto negativo en la producción del sector, que además de tener efectos en los agregados macroeconómicos, también tendría incidencia en la economía local, a través principalmente de la reducción en la producción de petróleo y la consecuente disminución de las regalías provenientes de estos recursos”, dijo Mejía.

Esta fundación publicó un estudio titulado “efectos económicos del impacto de la reforma tributaria sobre el sector minero-energético”, en el cual se concentró en los impactos que tendrá esta normativa sobre la tarifa efectiva de tributación de las empresas del sector, así como en la producción de petróleo y los principales agregados macroeconómicos, y frente a una eventual reducción en la producción de petróleo, con su consecuente impacto en empleo y producción.

“Los resultados indican que, en su versión actual, la reforma prácticamente duplicaría la tasa efectiva de tributación del sector, aumentándola del 36,0 % al 70,3 %, un aumento de 34,3 puntos porcentuales. Como resultado, la reforma podría reducir la producción de petróleo en 82 mil barriles-día en promedio cada año, aumentar el déficit comercial en 1 punto porcentual y, vía la reducción en la producción, generar un impacto fiscal de 0,12 % del PIB”, dice el estudio.

Ante esto, proponen mantener la deducción de las regalías para propósitos del pago en el impuesto de renta, ya que “técnicamente, las regalías no son un ingreso para las empresas del sector, son una contraprestación al estado por la explotación de los recursos naturales no renovables”.

También hablan de introducir una sobretasa en el impuesto de renta para el sector minero-energético de cinco puntos porcentuales por cuatro años. “Una sobretasa de renta de 10 o 15 puntos porcentuales es excesivamente alta, con efectos negativos grandes en el costo de uso del capital, la producción y los recursos de regalías para las regiones. Por el contrario, una sobretasa de renta de cinco puntos transitoria permitiría continuar incentivando las necesarias inversiones en el sector”.

“Con estos tres ajustes, consideramos que la reforma podría mejorar sustancialmente desde el punto de vista de impactos en el costo de uso del capital, pues mantendría los incentivos adecuados para la inversión, al tiempo que aumentaría la tasa de tributación del sector minero-energético de una manera razonable”, concluyó el director de Fedesarrollo.

Por último, afirman que es necesario permitir la deducción del impuesto pagado en cabeza de la sociedad para propósitos del impuesto a los dividendos, ya que esta medida movería la tributación colombiana hacia un esquema integrado de tributación sociedad-socio eliminando el problema actual de doble tributación, que se agrava con la subida de la tarifa máxima del 10 al 20 %.