El Congreso aprobó en su totalidad la reforma tributaria del presidente Gustavo Petro, pero los textos de Senado y Cámara son diferentes, por lo que se deberá adelantar una conciliación en los próximos días.
Sin embargo, uno de los temas más álgidos fue el artículo 45, que trata sobre los denominados impuestos saludables para algunos alimentos. Por esa razón, la representante a la Cámara del partido de La U, Saray Robayo, tuvo una fuerte discusión con el Gobierno nacional al considerar que se estaban poniendo impuestos a la canasta familiar.
Durante el debate, la congresista señaló que los problemas de salud pública no se solucionan con impuestos, por lo que pidió que no se considerara que comer es un lujo en Colombia. “Se requieren planes integrales que garanticen una alimentación saludable para los colombianos. La responsabilidad de poder acceder a alimentos saludables también recae en el Gobierno nacional”, dijo la congresista.
Por esa razón, la congresista, que también fue ponente de la reforma tributaria, dijo que los impuestos aprobados no modificarán los hábitos alimentarios de los hogares de menores ingresos y que, por el contrario, al aumentar el costo de adquisición de los productos, se podría incrementar el número de colombianos que no comen tres veces al día. Durante el debate se expuso que eso generaría que se supere la cifra de 21 millones de colombianos que el Dane ha detectado.
“El Gobierno debe ofrecer alternativas saludables a los hogares de menores ingresos para complementar las medidas impositivas y no afectar la posibilidad que debe tener cada colombiano a una alimentación nutritiva y saludable”.
Agregó que “es vital que se adelanten los estudios y las investigaciones a que se ha comprometido el Gobierno, porque no podemos seguir permitiendo que comer para los colombianos sea un lujo, cuando millones no pueden alimentarse adecuadamente dada la pobreza monetaria”.
Otro de los argumentos que se entregó es que la recesión que se vivirá en 2023 afectaría directamente a los colombianos de todos los niveles sociales, pero mucho más a las clases menos favorecidas, por lo que quedó claro que, hasta el 1.° de septiembre del próximo año, no habrá impuesto saludable para la canasta familiar.
Después de dos días de cruentos debates en la Cámara de Representantes, en medio de fuertes polémicas, finalmente el proyecto de Ley de reforma tributaria del Gobierno de Gustavo Petro fue aprobado en segundo y último debate, con un contenido muy distinto al que quedó en el Senado, en donde la votación y aprobación de la iniciativa legislativa se cumplió el miércoles, 2 de noviembre, antes de la medianoche.
En consecuencia, será necesaria una conciliación para unificar los dos textos que fueron aprobados de manera aislada en cada una de las plenarias. Posteriormente, el documento llegará al escritorio del presidente, para la firma definitiva antes de ser Ley y empezar a aplicar esta desde el 1.° de enero de 2023.
La votación final fue mayoritaria: 125 representantes se fueron por el sí, contra 20 que dijeron no. No obstante, hubo momentos de complejidades, de resurrección de normas que ya eran del pasado, como el impuesto a las pensiones altas.
Finalmente, después de dos jornadas de debate, que en cada día se extendieron por más de 10 horas, la Cámara de Representantes les dio aval a medidas como: el impuesto al patrimonio, al de los dividendos, al de las bebidas azucaradas, a reglas de tributación en las zonas francas, y se ratificó lo que desde hace un par de meses, cuando fue radicado el proyecto original por el Gobierno, se dejó escrito en piedra: nadie que gane menos de $10 millones de pesos pagará impuestos.