Para mover fichas necesarias y abordar las variables más desafiantes que tiene el gobierno electo de Gustavo Petro se requiere plata, y mucha. El Estado tiene que hacerles frente al desempleo, la pobreza, el déficit, la deuda, entre otros. Por esa razón, se requiere una reforma tributaria poderosa, no solo que logre conseguir los recursos suficientes, sino que recomponga el sistema tributario en Colombia, el cual ha sido catalogado como inequitativo.
Durante esta semana, han sido muchas las cartas tributarias destapadas, o por lo menos mostradas, con mayor nitidez. Pero sigue la expectativa con el gabinete ministerial que tendrá esta administración, pues de su receptividad dependerán las posibilidades de lograr acuerdos y llegar a realidades.
Ricardo Bonilla, quien fuera asesor económico del presidente electo en la etapa previa a la llegada a la Casa de Nariño, ha dado puntadas nuevas sobre lo que será el rompecabezas tributario. Conseguir recursos y equilibrar las cargas de los ciudadanos y las empresas con los impuestos parecen ser los ejes transversales de la primera reforma tributaria en esta administración, filosofía que siempre acompaña los paquetes impositivos de los gobiernos nuevos, pero que pocas veces se materializa.
En este caso, la expectativa con el aumento del recaudo es más que ambiciosa y, si se honran las propuestas de campaña, estaría centrada en los más ricos y en poner a pagar impuestos a los que, teniendo ingresos suficientes, se hacen los de la vista gorda.
Durante la campaña electoral se habló de la necesidad de obtener 5,5 por ciento del PIB como monto mínimo adicional, lo que implica conseguir más de 55 billones de pesos, mientras que el máximo de ingresos obtenidos con tributarias en Colombia es de 15 billones.
¿A quién clavarán?
Las cartas están echadas. La eliminación de exenciones tributarias será la médula de la reforma. Implica “suprimir beneficios tributarios que actualmente existen en el ordenamiento tributario y que permiten que el sistema no sea progresivo. También se eliminarán tratamientos diferenciales que puedan estar beneficiando un sector de contribuyentes que probablemente ya no necesiten apoyos.
En general, se eliminará cualquier tipo de concesión en materia de impuesto de renta de personas naturales”, según análisis de Jeisson Ramírez, director de la firma de contadores Touché Asesores.
En el caso de los beneficios que si ve necesarios el asesor económico de Petro, se ha hablado de favorecer sectores industriales como metalmecánico, textil, farmacéutico y petroquímico.
Es mucha la letra menuda que falta por exponer, pero con lo destapado hasta ahora, se sabe que serán las personas naturales de altos ingresos las que verán subir su impuesto de renta, mientras las empresas, que son las que generan empleo, tendrán disminuciones en la carga.
Si no habrá incremento en la base de contribuyentes de renta como persona natural, como lo ha dicho Bonilla, implica que los que no están aportando, porque su nivel de ingresos no les da, seguirán igual. Pero esas 40.000 personas más ricas (los más ricos del grupo de los ricos) que se han mencionado, van a ser de gran relevancia en materia de recaudo.
Desde la perspectiva de Bonilla, esas personas hoy tienen parte de sus activos e ingresos a nombre de empresas (de las que ellos son dueños), por lo cual no pagan el impuesto que deberían. Con la propuesta tributaria del nuevo gobierno, se pretende identificar con mayor certeza qué activos e ingresos son realmente de las personas naturales y cuáles, de sus empresas.
¿Qué dicen los expertos?
Para Marcela Eslava, decana de la facultad de Economía de la Universidad de los Andes, si bien dice que la reforma tributaria de Petro está bien encaminada, las cuentas con los aportes esperados de los ricos no le dan.
“Según la base de datos de inequidad mundial, el 0,1 % de mayores ingresos del país (más o menos esos 40.000 contribuyentes) gana un poco más del 6 % de los ingresos del país. Para levantar 5 % del PIB, solo poniendo a tributar el ingreso de esos contribuyentes y bajando los impuestos a las empresas, habría que someterlos a una tasa de 100 %. Es decir, es indispensable unir otras fuentes a esos ingresos”, asegura.
Por ahí pasó la cuenta de los ‘clavados’
Eliminación del Día sin IVA, porque favorece más la venta de productos importados, y fortalecimiento de las finanzas territoriales a partir del impuesto predial, lo que se logrará aproximando el avalúo catastral al comercial, son otras de las propuestas tributarias reafirmadas durante esta semana, al igual que la idea de bajar el umbral del impuesto al patrimonio, desde los 5.000 millones donde está hoy, a 1.000 millones.
La ruta para conseguir ingresos, en general, no es con incremento de impuestos, sino con identificación de los que no los pagan en relación con su poder adquisitivo. En el caso de los profesionales independientes, dueños de empresas o negocios, rentistas de capital, comerciantes, tendrán un cierre del cerco. En la actualidad no utilizan aún la factura electrónica o no facturan todo su ingreso porque manejan transacciones en efectivo, por lo que pueden llegar a no incluir la totalidad de sus rentas en la declaración de renta o, simplemente, no declaran nada.
No obstante, una cosa son las propuestas que entren al Congreso de la República y otra, lo que salga de ahí. Desde la perspectiva de Ramírez, de la firma Touché Asesores, “se ve venir una batalla jurídico-tributaria en caso de que el gobierno del presidente electo pretenda modificar exenciones o beneficios tributarios que involucran varios períodos fiscales o que por su naturaleza ya tienen una condición jurídico-tributaria inmodificable, como el caso del beneficio de auditoría”.
¿Qué tanto se logrará?
Para Ramírez, “la identificación de ingresos y activos de las personas naturales va a requerir unos esfuerzos de fiscalización significativos, porque al final esto se irá al terreno probatorio, lo que a su vez generará controversias entre los contribuyentes y la Dian, lo cual desencadenará posiblemente en litigio”.
En medio de las complejidades que puede traer la reforma tributaria de Petro, según lo destapado hasta ahora, lo que finalmente podría suceder, según los estimativos de Ramírez, es que -como siempre- sea la clase media la que continúe cargando con el peso de los impuestos.
“Las personas de ingresos medios (especialmente asalariados que trabajan para empresas formales) serán los más afectados al revisar la proporción del impuesto, en relación con el ingreso, toda vez que sus ingresos están plenamente identificados por la Dian (gracias a los mecanismos como nómina electrónica, información exógena y demás. Por tanto, serán quienes se metan la mano al bolsillo para aportar los faltantes de recaudo”, sentencia.