Este jueves se cumple un mes desde que comenzó el trámite de la reforma tributaria del presidente Gustavo Petro en el Congreso de la República, luego de la radicación por parte del ministro José Antonio Ocampo. Pese a que mucho ya se ha dicho al respecto, siguen surgiendo inquietudes y opiniones frente al cambio de impuestos que propone la normativa.

Cabe recordar que tanto desde la Casa de Nariño como del Ministerio de Hacienda se ha advertido que la nueva estructura de pago de tributos en Colombia no afectará el bolsillo de la clase media y que los $ 25 billones que busca recaudar saldrán de los sectores de mayores ingresos en el país y acabando con muchas exenciones a grandes empresas.

Empresarios, comerciantes e industriales han sido algunos de los que han hablado por ahora, advirtiendo que un aumento desmedido de la carga tributaria espantará la inversión, local y extranjera, puesto que Colombia quedará como uno de los países en el mundo donde se pagarán los impuestos más altos y no será rentable invertir.

Así mismo, desde el sector de la construcción, diferentes voceros del gremio señalaron que esta normativa se convertirá en su ‘talón de Aquiles’, puesto que impactará el costo de los insumos que usan para desarrollar sus proyectos y se verá reflejado en un aumento del precio de la vivienda nueva en el país.

Ahora, el más reciente pronunciamiento corrió por cuenta de la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo), que presentó un informe sobre cómo va el crecimiento económico en Colombia, en el cual incluyó varias observaciones sobre la reforma tributaria, indicando que no daría los resultados esperados el próximo año.

De acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Social de esta fundación, es necesario que el presidente Gustavo Petro y el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, empiecen a tomar nota de todas las recomendaciones que están llegando desde los diferentes sectores de la economía nacional, si quieren que la reforma no afecte el buen ritmo que trae la reactivación.

“El cálculo del impacto en el recaudo en 2023 luce sobreestimado, puesto que el grueso de la reforma viene por modificaciones al impuesto de renta para empresas y personas, por lo que el impacto pleno debería verse solo hasta 2024″, dice el informe.

Entre las observaciones presentadas, destaca que hace falta un análisis más profundo del impacto fiscal, ya que si bien se hace un estimativo de cuánto sería el impacto en recaudo, no es claro cuánto de lo recaudado sería gastado y cuánto sería usado para reducir el déficit fiscal. Es decir, no se sabe cuál es el tamaño del ajuste.

Así mismo, le recordó al Gobierno que la necesidad de cumplir con la regla fiscal implica que también es necesario incluir los efectos esperados sobre el gasto y el déficit fiscal, al tiempo que recordó que gran parte de la reducción de la pobreza lograda en los últimos años, se ha podido gracias a la generación de nuevos puestos de trabajo.

“No es prudente incorporar como un ingreso permanente (10 años) el impuesto a las exportaciones de petróleo y carbón, que están sujetos a variaciones abruptas en los precios. En nuestros cálculos preliminares, esta es una reforma que recaudaría cerca de 1 % del PIB”, agregó.

Ante esto, Fedesarrollo propuso cosas como reducir gradualmente la tarifa de renta para las empresas del 35 % al 30 % en una vigencia de cuatro años, permitir que, para propósitos del pago del impuesto a los dividendos, se pueda deducir el impuesto pagado en cabeza de la sociedad.

“Esto implica que los ingresos de capital en cabeza del inversionista serían gravados a las mismas tasas progresivas que los ingresos laborales (equidad horizontal), pero eliminaría el problema de la doble tributación”, explicó.

Por último, aseguró que se podría sustituir el impuesto a las exportaciones al petróleo y carbón por una sobretasa de renta a esas actividades, al tiempo que advirtió que la combinación de limitación en deducciones, impuesto a dividendos e impuesto al patrimonio podría llevar a tarifas eventualmente muy altas para las personas naturales, razón por la cual “sería interesante pensar en introducir tasas máximas de tributación efectiva”.