Tal y como lo había prometido, el Ministerio de Hacienda radicó este lunes -8 de agosto- el proyecto de reforma tributaria con el que buscarán recaudar este año 25,9 billones de pesos, por medio de estrategias como la eliminación de muchos beneficios tributarios, el aumento de la base gravable en el país y la imposición de nuevos tributos a productos que antes no lo tenían.
Si bien durante la campaña Gustavo Petro había dicho que la intención era aumentar el recaudo tributario en Colombia hasta los 50 billones de pesos, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, explicó que esta es una meta de cara al 2026 y que se logrará principalmente gracias a la lucha contra la evasión.
Impuestos a las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados, así como al oro, petróleo y carbón (cuando se excedan ciertos límites), control a las importaciones y el impuesto de renta para quienes ganen más de 10 millones de pesos, tanto por salario, como por pensiones; son algunos de los cambios que llegan con este proyecto.
No obstante, uno de los puntos que más tenía al país en vilo era el de los días sin IVA, medida que nació como una estrategia para reactivar la economía en tiempos de pandemia, pero que, según el gobierno entrante, no genera mayores beneficios para los pequeños empresarios y beneficia únicamente a las grandes superficies.
Según el texto radicado ante el Congreso, “en principio, este tipo de medidas tiene efectos negativos sobre el recaudo fiscal, en la medida en que reduce los ingresos fiscales asociados al recaudo de este impuesto y genera dificultades administrativas en materia tributaria (Grundman, 2020), lo cual se traduce en una pérdida importante de recursos para el país”.
“Por otro lado, esta medida puede resultar altamente regresiva, dado que los hogares en los mayores deciles de distribución del ingreso son los que registran un mayor nivel de consumo. En general, de acuerdo con Grundman, este tipo de medidas, al ser una herramienta temporal y que no está correctamente focalizada, impide mejoras en términos de progresividad”, agrega esta reforma.
Así las cosas, y según lo explicado por el ministro Ocampo, la propuesta es acabar con estas tres jornadas de comercio especial, con las que se calcula que el país pierde más de 500 mil millones de pesos por año. No obstante, esto se compensaría con la decisión de no meterle mano a la canasta familiar, la cual quedaría libre de este tributo.
Sobre renta a personas
Es el caso del impuesto de renta para personas naturales, que no tocará a la clase media, sino que hará un apretón a los ingresos superiores a 10 millones de pesos. La expectativa está en las tarifas que se impondrán, las cuales deberán estar ajustadas al principio de progresividad. En la actualidad, dichas tarifas arrancan en cero y van incrementando, según los ingresos, a 19, 28, 33, 35, 37 y 39 %.
Pese a que la existencia de tantas tarifas da la idea de qué este impuesto se aplica de manera progresiva, en la práctica no es así, lo que obedece a la cantidad de exenciones, descuentos, exclusiones que están contempladas en el Estatuto Tributario. Por ello, una de las apuestas del ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, es la de quitar beneficios, lo que podría terminar tocando de manera indirecta a la clase media.
Si le llega una plata extra
En la reforma tributaria también estará incluido un mayor impuesto para la ganancia ocasional. Entrarían en esta medida los ingresos que se reciben por única vez, tipo remesa, premio de lotería, herencia y utilidad por una inversión en acciones (si no es la actividad económica principal del receptor).