Falta poco para que se acabe 2023 y desde ya se empieza a poner sobre la mesa la discusión sobre el incremento del salario mínimo en el país, uno de los aumentos más esperados por los trabajadores colombianos y que les permite enfrentar la cifra de inflación y los altos costos de los bienes y servicios en el país.
Normalmente, la discusión sobre el incremento se realiza entre el Gobierno y diferentes agremiaciones de trabajadores y empresarios, a través de una concertación que logre mejorar los ingresos de los colombianos a la par de mantener un aumento responsable con la economía y que no aumente de forma desmesurada, para evitar incrementos en alimentos y otros rubros.
Los aumentos de los dos últimos años han sido los más elevados en la época reciente. En 2022, el presidente Iván Duque decidió fijar el salario mínimo en un millón de pesos, lo que significó un aumento del 10 %. Para 2023, el presidente Gustavo Petro definió un aumento mayor, que fue del 16 % y dejó fijado el salario mínimo en $ 1.160.000.
Nueva propuesta para aumentar el salario mínimo a $2 millones
Ante un escenario económico complicado, es importante manejar con cuidado el aumento del salario mínimo en Colombia, pues un incremento elevado podría golpear el poder adquisitivo de los colombianos e incluso incrementar la cifra de inflación, que quedó en 10,48 % en octubre y se ha mantenido en una tendencia a la baja los últimos meses.
Una nueva propuesta para este ajuste se conoció recientemente y fue hecha por el director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, Oliver Pardo, quien a través de su cuenta de X aseguró que el salario en Colombia para 2024 debería ser de $ 2.000.000, pero teniendo en cuenta varios aspectos.
Pardo propone que, si se fija la cifra sobre los $ 2 millones, sea el empleador quien haga la contribución a las pensiones a través de un descuento automático en la nómina. “De esta forma, el empleado tendría que contribuir un total de $ 320 mil mensuales (16 % de un salario mínimo)”.
También se modificaría la contribución de salud, que sería igualmente descontada automáticamente y el empleado contribuiría con el 4 % de un salario mínimo, que serían unos $ 80.000 mensuales. Además de ello, también establece una modificación en la entrega de dotación por parte de los empleadores.
Con la modificación, la empresa ya no tendrá la obligación de suministrar ni calzado ni vestido al empleado cada cuatro meses, tal como la ley lo estipula. Respecto a la contribución a la caja de compensación, esta debería pasar a ser voluntaria y recaería directamente sobre el empleado, que debería pagar 4 % del salario mínimo, que equivale a unos $ 80.000, aproximadamente.
Finalmente, el último punto de la propuesta asegura que se deberían eliminar las primas de mitad y fin de año, que corresponden a medio salario mínimo cada una, además de la eliminación del subsidio de transporte.
“El salario mínimo para 2023 es de $ 1.160.000 mensuales. Pero al sumar todos los costos que asume el empleador, el costo de contratar a un empleado de salario mínimo puede ascender a casi $ 1.800.000 mensuales”, precisa en la publicación.
Finalmente, precisa que con las modificaciones propuestas el costo para el empleador aumentaría cerca de $ 200 mil mensuales, lo cual corresponde a un aumento no mayor del 12 % para 2024, cifra que sería más alta que la inflación proyectada.
Con esta estrategia, no se daría un impacto tan elevado sobre la generación de empleo formal, trasladando al empleado los costos y las contribuciones que debe hacer la compañía, a la par de brindar mayor autonomía al empleado, para que este maneje su remuneración de la mejor forma.