Las cartas sobre la mesa ya han sido reveladas por diferentes sectores económicos para el aumento del salario mínimo en Colombia, una de la más esperada fue la de la Central Unitario de Trabajadores (CUT), que reúne a los principales sindicatos del país.

Por su parte, Francisco Maltés, el presidente de la CUT, dijo en entrevista con Radio Nacional de Colombia que, para llegar a pensar en la propuesta se basaron sobre el porcentaje de la inflación en Colombia, que alcanzó niveles históricos; nada más el Dane manifestó que la cifra en el mes de noviembre quedó en 12,5 %, un porcentaje que no se registraba desde hace 23 años.

“El costo de vida para los sectores más vulnerables, que son los que devengan un salario mínimo, está casi en el 14 %; la productividad que acordamos en las comisiones es 1,24, daría 15,24 y 4,76 para poder recuperar el poder adquisitivo que se ha perdido durante el presente año”, indicó Maltés en el canal institucional.

La CUT dice que el aumento debería ser del 20 %, esto significa que el aumento solicitado sería de 200.000 pesos. Con la propuesta, el nuevo salario mínimo llegaría a 1′200.000 pesos en Colombia para el 2023.

Reunión Subcomisión de Productividad Ministerio de Trabajo | Foto: Ministerio de trabajo

Además, Maltés dice que no entiende a Fedesarrollo, quienes indicaron días atrás que el aumento debe ser de 13 %. El presidente de la CUT dice que incluso hay un video en el que el Fedesarrollo dice que el aumento debe ser entre el 20 % y 25 % y luego se pegan un “bajonazo”.

Sobre la amenaza de recesión global, el presidente de los sindicatos también se refirió, y dijo que la mejor forma para combatir la recesión es el gasto público, el aumento en los ingresos de los trabajadores, “eso lo demostró muy claro el economista John Keynes a finales de los años 29, cuando se dio la gran recesión en Estados Unidos, para evitar las crisis de las recesiones hay que meterse la mano al dril, los empresarios y el gobierno, creo que esa es la mejor fórmula para enfrentar la crisis, es un buen aumento en el salario mínimo y el gasto público que ya comenzó a hacer el gobierno del presidente Gustavo Petro”, puntualizó Maltés.

Por su parte, gremios como Fenalco, que agrupa al sector del comercio, están entre los que más defienden la idea de un salario diferencial por regiones y establecer en Colombia el pago por horas. Así se promueve la llegada de nuevas empresas y, además, se ataca la informalidad, que en la medición más reciente fue de 57,8 %, lo que indica que seis de cada diez colombianos trabajan sin recibir apoyo empresarial para cubrir su seguridad social.

La idea de aplicar diferencias con el salario mínimo de una región a otra históricamente ha sido rechazada por las centrales obreras. Además, para la negociación del incremento en 2023 ponen en el debate otros temas coyunturales, como el posible impacto inflacionario del aumento de la gasolina y de la reforma tributaria con la comida ultraprocesada. No en vano, la inflación de los alimentos se ha posicionado durante meses por encima del 27 % y afecta más a pobres y vulnerables, que son los que destinan casi todo su ingreso en comprar comida. Asimismo, con un salario diferencial, se teme que a los trabajadores ubicados en zonas menos productivas les apliquen rangos de sueldos más bajos.

Por el lado del empresariado, la clave está en la productividad y la inflación. Para ser más productivo se requieren condiciones, como la tecnología, algo que ya está solucionado en países como Estados Unidos, pero no en Colombia.