La economía de los Estados Unidos ha estado en el “ojo del huracán” debido a que su comportamiento determinará, en gran medida, si se materializa o no el fantasma de la recesión, que ha vuelto a resurgir tras los impactos que ha ocasionado la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank.
Aunque todavía las probabilidades de decrecimiento suscitan preocupación, desde el Gobierno Biden se estima que, a pesar de las complejidades que se vislumbran en el corto plazo, la economía de los Estados Unidos seguirá creciendo y que esto se verá reflejado en fortalecimiento del mercado laboral y disminución en la inflación.
Esto lo sostuvo la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, considerando también que frente a la crisis del sector bancario, tanto su dependencia como la Reserva Federal (Fed) han tomado las medidas pertinentes para evitar un efecto contagio. “Sigo anticipando que la economía estadounidense crecerá, que el mercado laboral se mantendrá sólido y que la inflación bajará”, afirmó Yellen.
La respuesta de la funcionaria se da en réplica a lo expresado por el presidente ejecutivo de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, quien advirtió que la crisis actual aún no ha terminado y se notará en los próximos años; por lo que sostuvo que la reciente agitación que se presentó en el sistema financiero estadounidense aumenta las probabilidades de recesión económica.
Señaló que las condiciones actuales no se parecen en nada a las de la crisis financiera de 2008, pero agregó que no está claro cuándo terminarán los problemas. Sin embargo, sobre este tema, Yellen insistió en que hará cuanto pueda por garantizar que todos los depósitos estén seguros y monitorear las condiciones del sistema bancario.
Afirmó además que los funcionarios también están “preparados para usar todas nuestras herramientas según sea necesario para instituciones de cualquier tamaño con el fin de mantener el sistema sano y salvo”, dijo.
Vale la pena destacar que, después de la quiebra de SVB, las autoridades estadounidenses reaccionaron para garantizar que los clientes pudieran acceder a los depósitos e hicieron lo mismo con Signature Bank. Posteriormente, la Fed y otros bancos centrales importantes se coordinaron para que los prestamistas tuvieran acceso a la liquidez.
“Nuestro sistema bancario es sólido y resistente”, dijo Yellen y añadió que las iniciativas tomadas tienen como objetivo “reforzar eso y garantizar una amplia confianza pública”.
A pesar de que la situación se ha calmado en los Estados Unidos y que el inicio del segundo trimestre del año genera un mayor optimismo para las autoridades del país norteamericano, los analistas consideran que aún no se puede asegurar que el periodo “turbulento” ha cesado, sino que, por el contrario, advierten que las consecuencias de la inestabilidad reciente podrían continuar, dado que los bancos endurecen los estándares crediticios, reduciendo el crédito disponible para los hogares y las empresas.
Vale la pena destacar que parte de las medidas que han tomado las entidades financieras en torno al otorgamiento de créditos, son consecuencia de los ajustes que ha hecho el Banco Central de los Estados Unidos a las tasas de interés, que si bien en la última decisión se moderó, con respecto a los anteriores meses, todavía se encuentran en niveles que no facilitan a los bancos flexibilizar sus condiciones frente a nuevos préstamos, lo que está contribuyendo a que el ritmo de crecimiento de la economía siga en un terreno poco alentador para los expertos, que han considerado que el Producto Interno Bruto (PIB) no supere el 0,5 % para este año, 1,9 puntos porcentuales por debajo de los pronósticos anteriores y el desempeño más deficiente fuera de las recesiones oficiales desde 1970; según indicó el Banco Mundial.
*Con información de AFP