Cada día todo se pone más caro y para nadie es un secreto que con el paso del tiempo las personas están teniendo que hacer cada vez más piruetas para lograr que la plata alcance hasta fin de mes y poder comprar estrictamente lo necesario, puesto que, por lo menos en Colombia, los alimentos, el transporte y la vivienda; son los que más están presionando el bolsillo de los hogares, que en muchos casos ya suprimieron esos “gusticos” que se daban de vez en cuando y ahora le echan mano a sus ahorros.
Lo más preocupante es que las proyecciones actuales de los analistas y expertos no avizoran una caída en los indicadores y, por el contrario, prevén nuevas alzas para los meses que vienen. Muchos de estos análisis sostienen que el costo de vida seguirá alto por lo menos hasta el segundo trimestre de este año; lo cual es muy preocupante y tiene en alerta también a las autoridades económicas, que ya no saben qué más hacer para dar vuelta a esta mala racha que empezó a mediados del 2022.
Según la edición más reciente del informe Perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial, presentado la semana pasada, el crecimiento mundial se está desacelerando marcadamente debido, entre otras cosas, a la elevada inflación, el aumento de las tasas de interés, la reducción de las inversiones y las perturbaciones causadas por la invasión de Rusia a Ucrania.
“Dada la frágil situación económica, cualquier nuevo acontecimiento adverso —como una inflación más alta que la prevista, aumentos abruptos de las tasas de interés para contenerla, el resurgimiento de la pandemia de COVID‑19 o la intensificación de las tensiones geopolíticas— podría empujar a la economía mundial a la recesión. Sería la primera vez en más de 80 años que se producen dos recesiones mundiales en la misma década”, dice el informe.
Debido a esto, el Banco Mundial prevé que la economía mundial crecerá un 1,7 % en 2023 y un 2,7 % en 2024. La fuerte desaceleración del crecimiento será generalizada: los pronósticos se corregirán a la baja para el 95 % de las economías avanzadas y para casi el 70 % de los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED).
Así mismo, agrega que durante los próximos dos años, el ingreso per cápita de estos mercados se ubicará, en promedio, en el 2,8 %, un punto porcentual inferior al promedio registrado en el período 2010-19.
David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial, la crisis que enfrenta el desarrollo se está intensificando a medida que las perspectivas de crecimiento mundial se deterioran y resaltó que es necesario tomar medidas cuanto antes para evitar que los estragos a futuro sean mucho más severos y pueda incluso desatar una recesión en la que se pierdan los pocos avances que se lograron después de la pandemia.
“Los países emergentes y en desarrollo se enfrentan a un período de varios años de crecimiento lento, impulsado por una pesada carga de la deuda y escasas inversiones; al mismo tiempo, el capital mundial es absorbido por las economías avanzadas que enfrentan niveles de deuda pública extremadamente altos y tasas de interés crecientes”, agregó este vocero del BM.
Así las cosas, se prevé que el crecimiento de las economías avanzadas se desacelerará del 2,5 % en 2022 al 0,5 % en 2023. En Estados Unidos, el crecimiento caerá al 0,5 % en 2023, 1,9 puntos porcentuales por debajo de los pronósticos anteriores y el desempeño más deficiente fuera de las recesiones oficiales desde 1970. En 2023, se espera la zona del euro no registre crecimiento, lo que representa una revisión a la baja de 1,9 puntos porcentuales. China crecerá un 4,3 %, es decir, 0,9 puntos porcentuales por debajo de los pronósticos anteriores.
“La falta de inversiones genera gran preocupación porque está asociada con bajos niveles de productividad y de actividad comercial, y empeora las perspectivas económicas generales. Sin un crecimiento sólido y sostenido de las inversiones, es sencillamente imposible avanzar de manera significativa en la consecución de objetivos climáticos y de desarrollo más amplios”, manifestó Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial.
Por último, para el caso de América Latina y el Caribe se prevé que el crecimiento se reducirá al 1,3 % en 2023 y luego se recuperará hasta alcanzar el 2,4 % en 2024. Para obtener más información, consulte el panorama regional.
“Después de aumentar el año pasado, también se espera que el crecimiento en Colombia se desacelere marcadamente, hasta llegar el 1,3 % este año. Por otro lado, es probable que la economía de Chile se contraiga a lo largo del año, debido a que la baja en los ingresos reales erosionará el consumo. En Perú, la fuerte incertidumbre normativa y la disminución de los precios de los metales frenarán el crecimiento, que se proyecta en un 2,6 % para 2023″, concluye el informe.