El crecimiento de la economía colombiana durante el último año no ha sido el mejor. Las cifras reportadas por el Dane han dejado una preocupación en los principales sectores productivos del país, que han visto una fuerte desaceleración. De hecho, en el primer trimestre de 2024 se registró uno de los crecimientos más bajos desde 2020, cuando el país enfrentaba la pandemia por coronavirus.
Esta coyuntura ha sido un tema de conversación de los principales gremios del país y expertos, quienes aseguran que el Gobierno debe tomar medidas urgentes para reactivar la economía y así evitar graves efectos en los sectores productivos.
Este jueves, 12 de agosto, se llevó a cabo el primer día del congreso de Confecámaras, en donde se reunieron más de 1.200 asistentes, entre líderes empresariales, líderes de cámaras de comercio, entre otros. En el conversatorio ‘Superando barreras: Desafíos y oportunidades de la economía colombiana’, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, se refirió a algunos de los retos que debe asumir el país para reactivarse.
Los retos, según Mejía, son estructurales, pues la informalidad, por ejemplo, es una de las barreras para el crecimiento económico y el crecimiento de la productividad. En este término no solo se acuña la informalidad laboral, sino también la informalidad empresarial, que es la que se da cuando una empresa no se constituye como debería.
“Cuando hay informalidad empresarial, pues no hay acceso al crédito, no hay posibilidades de aumentar la escala de operación y eso termina generando lo que ya estudiábamos. Es una composición de una gran cantidad de pequeñas empresas con muy baja productividad que no crecen y que, por ende, no aumentan el crecimiento potencial”, indicó.
También se refirió a la tasa de inversión en el país, que es una preocupación que ha identificado Fedesarrollo. Este aclaró que la tasa de inversión en Colombia actualmente es del 17 % del PIB. Sin embargo, antes de la pandemia esta cifra se encontraba en un 24 % del PIB.
“Hemos tenido caídas de la inversión total, especialmente en los últimos dos años. Ahí hay varios factores que explican la caída de la inversión. Uno de ellos, naturalmente, el apretón de la política monetaria. Cuando sube la tasa de interés, pues encarece el costo de invertir y el costo de consumir. Y, obviamente, eso disminuye el incentivo a aumentar la capacidad productiva”, comentó.
Otro de los hechos que han impulsado una economía a la baja son los efectos de las últimas dos reformas tributarias aprobadas en el país. La de 2021 subió el impuesto de renta a las empresas al 35 % y la reforma de 2022 eliminó una vasta cantidad de exenciones y aumentó la tributación de dividendos, lo que a su vez aumentó el costo de uso de capital.
El último hecho que mencionó fue la incertidumbre en la política económica y, en particular, los anuncios y medidas que han implementado el Gobierno nacional, en el sector minero energético y de vivienda, los cuales son una barrera muy importante a la inversión y, por consiguiente, limitan la capacidad de la economía para crecer.
¿Qué debe hacer el Gobierno?
Mejía menciona que una de las estrategias para dar tranquilidad es aportar mayor claridad en las reglas de juego para que el sector privado haga su tarea de poder aumentar su capacidad productiva.
“Nuestros cálculos nos dicen que la economía tendrá un crecimiento potencial cercano al 2,3 % y eso es insuficiente. Los economistas nos preocupamos tanto por el crecimiento, porque el crecimiento per se sea una cosa buena; por supuesto que lo es, pero la razón fundamental es porque el crecimiento económico es el determinante fundamental de la generación de empleo, que al final es la fuente primordial de ingresos para los hogares del país”, indicó.
Apuntó además a que si la economía crece apenas un 2 %, va a ser muy difícil que Colombia empiece a reducir la tasa de desempleo y tenga una tasa de desempleo de un dígito, y eso va a dificultar las reducciones en la tasa de pobreza y pobreza extrema. Por ello, es importante hacer énfasis en el crecimiento.