Durante la última década, Colombia ha experimentado una tendencia decreciente en el número de nacimientos, una situación que plantea desafíos importantes para el país. Desde 2018, se ha observado un descenso continuo, siendo más notable en el año 2022, donde se registró una reducción del 7,5 % en comparación con el año anterior. Este marcado declive, el más pronunciado en los últimos diez años, representa una cifra histórica y refleja una disminución de 88.480 nacimientos en el país en comparación con 2013.
De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), el descenso en el volumen de nacimientos se ha manifestado en todos los meses del año 2022. En particular, septiembre, tradicionalmente reconocido por tener la mayor cantidad de nacimientos, registró una reducción del 14,0 % en comparación con el año anterior. Además, el mes de febrero de 2023 continúa la tendencia a la baja, alcanzando un nuevo mínimo con menos de 40.000 nacimientos, lo que representa una disminución del 9,6 % en comparación con 2022.
La distribución de nacimientos por sexo se mantiene constante a lo largo del tiempo, siendo el 51,1 % correspondiente a hombres y el 48,9 % a mujeres. Por otro lado, se observa una disminución en la participación de los nacimientos de madres inmigrantes de Venezuela y de aquellas que residen en ese país, pasando del 10,9 % en 2021 al 8,2 % en 2022.
Los datos también revelan diferencias regionales significativas en términos de nacimientos reconocidos por su origen étnico. Los departamentos de Vaupés, Guainía y Vichada, ubicados en la región de Orinoquía y Amazonía, presentan los mayores porcentajes de nacimientos reconocidos por sus padres como indígenas, con cifras que oscilan entre el 65,4 y el 89,6 %. Asimismo, los departamentos de Chocó, Nariño y Valle del Cauca, en la región Pacífica, tienen los mayores porcentajes de nacimientos reconocidos como afrocolombianos o afrodescendientes, con valores que van desde el 16,2 hasta el 62,7 %.
La reducción de la tasa bruta de natalidad en Colombia es otro aspecto preocupante. En 2022 la tasa alcanzó su nivel más bajo en el quinquenio, situándose en 11,0 nacimientos por cada mil habitantes. Este descenso se ha observado tanto en las áreas urbanas como en las rurales, con disminuciones del 7,7 y el 8,5 %, respectivamente. Los 32 departamentos del país, junto con la ciudad de Bogotá, han experimentado una reducción en la tasa bruta de natalidad, con la excepción de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
A pesar de la disminución generalizada en la tasa bruta de natalidad, el departamento de La Guajira continúa presentando la tasa más alta en el país, con 21,7 nacimientos por cada mil habitantes, a pesar de haber experimentado una reducción del 14,5 % en 2022. Estos datos resaltan la necesidad de abordar las causas detrás de esta tendencia y comprender las implicaciones que tiene para el país.
Otro aspecto relevante es el análisis por edad de las madres. Para el primer trimestre de 2023, las madres de 30 a 34 años representaron la mayor proporción de nacimientos, con un 18,8 % del total. En contraste, se observó una disminución del 14,2 % en los nacimientos de madres de 10 a 14 años en comparación con 2022. Es importante destacar que no se registraron nacimientos de madres de diez años en 2022, después de alcanzar la cifra más alta de la serie en el año anterior con 79 nacimientos.
En cuanto a la participación de los padres, se evidencia que, por cada diez nacimientos vivos de madres menores de 14 años, entre seis y siete son hijos de padres mayores de edad. Sin embargo, en 2022 se observó una reducción en la proporción de nacimientos de padres mayores de edad en comparación con 2021, pasando del 65,8 al 64,1 %.
La caída en el número de nacimientos en Colombia plantea diversos desafíos para el país. Uno de ellos es el envejecimiento de la población, ya que una menor cantidad de nacimientos implica una base demográfica más estrecha y un menor relevo generacional. Esto podría tener consecuencias en el futuro, como un desequilibrio en la pirámide poblacional y un impacto en la sostenibilidad del sistema de seguridad social.
Además, la reducción en el número de nacimientos también puede afectar la economía del país. Menos nacimientos implican una menor demanda de productos y servicios relacionados con la maternidad, como pañales, alimentos infantiles, ropa y cuidado infantil.
Asimismo, podría haber repercusiones en el sistema educativo y en la oferta laboral en el futuro, ya que habrá menos jóvenes ingresando al mercado de trabajo.
Ante esta situación, es fundamental que se implementen políticas públicas que promuevan la maternidad y paternidad responsables, así como medidas de apoyo a las familias y la conciliación entre la vida laboral y personal. Además, se requiere un enfoque integral que aborde los factores socioeconómicos, culturales y de acceso a servicios de salud que influyen en las decisiones reproductivas de las parejas.
La disminución en el número de nacimientos en Colombia durante los últimos años plantea desafíos importantes para el país en términos demográficos y económicos. Es necesario comprender las causas detrás de esta tendencia y tomar medidas para promover la maternidad y paternidad responsables, así como garantizar el acceso a servicios de salud y el bienestar de las familias. El futuro de Colombia depende de la capacidad de abordar estos desafíos y promover un crecimiento poblacional sostenible.