Por estos días, el país conmemora 30 años de uno de los episodios más complejos y costosos en su historia: el apagón de 1992. Un intenso Fenómeno del Niño, acompañado también -como señaló el exministro Amílkar Acosta, en una columna en el diario La República-, de improvisación, imprevisión y corrupción, dejaron al país a oscuras.
Sin embargo, de esa gran crisis el sector salió fortalecido, con grandes cambios que ha realizado en estas tres décadas y que le han permitido durante este periodo superar crisis, pero especialmente no volverse a apagar. Pero ahora enfrenta retos significativos en el desarrollo de proyectos, el avance en energías renovables no convencionales y toda la transformación y transición energética.
Natalia Gutiérrez, presidenta de Acolgen, el gremio que representa al 85 % de generadores de energía del país, señala que Colombia aprendió que necesita estar lista para reaccionar a fenómenos extremos climáticos, como el Fenómeno del Niño. Y advierte que el modelo de confiabilidad del sector ha permitido que en los últimos 30 años el sistema no se apague.
Destaca que Colombia es uno de los pocos países en el mundo que en este momento no solo está prendido permanentemente, sino que es competitivo, tiene una matriz limpia, eficiente, moderna y que reacciona rápidamente a las coyunturas.
Considera que el desarrollo de las energías renovables no convencionales no tendrán un rezago, pero sí “una pausa” por cuenta de que muchos países en el mundo moverán sus agendas hacia estos proyectos, llevando los precios de insumos, generadores y turbinas al alza.
Gutiérrez anunció que las inversiones en el sector a 2025 ascienden a 13 billones de pesos. Sin embargo, cree que con el aumento de tasas, algunos proyectos que aún no han hecho su cierre financiero podrían ser inviables hacia el futuro, y explica qué es lo que está pasando con las tarifas de energía y el aumento en los precios.
En entrevista con SEMANA, Gutiérrez hace un balance del sector.
SEMANA: ¿cuáles fueron las lecciones que aprendió el país del racionamiento de 1992?
Natalia Gutiérrez (N. G): yo estaba en el colegio cuando tuvimos el apagón, pero creo que Colombia tiene que hacer un balance de este aprendizaje que le tocó a la fuerza hace 30 años. Y es que cambió todo su sistema, y en él se crearon unas nuevas leyes: la 142 y la 143, que permitieron varias cosas. Primero, inversión extranjera e inversión privada en el sector; y segundo, crear un cargo de confiabilidad, mercado de confiabilidad que durante los últimos 30 años ha permitido que no nos apaguemos.
SEMANA: ¿qué aprendimos?
N. G: lo más importante es que entendimos que un país como Colombia tenía que estar listo para reaccionar a fenómenos extremos climáticos, como el Fenómeno del Niño, y tenía que montar un sistema que nos permitiera entregar energía 24 por 24, no importa si estábamos en esas épocas de bajas lluvias o de veranos largos -veranos eléctricos, como llamamos en el sector. Creo que, en estos dos últimos años, además, como digo coloquialmente, el sector ha probado finura.
SEMANA: ¿por qué?
N. G: porque no solo no nos hemos apagado en los últimos 28 años, sino que entregamos energía durante toda la pandemia, 24 por 24. Y ahora en esta coyuntura internacional de la guerra entre Rusia y Ucrania somos de los pocos países que nos podemos dar el lujo de decir que tenemos autoabastecimiento de electricidad.
Eso no les pasa a casi todos los países del mundo, no les pasa a países vecinos como Chile, no les pasa a países vecinos como Brasil, y adicionalmente con ese mercado de confiabilidad, hemos superado varios veranos, veranos largos, y nos podemos comparar con otros sistemas que tienen un diseño de mercado diferente, y que desafortunadamente en los dos últimos años se han apagado. Se han apagado en Estados Unidos, por ejemplo, ciudades como Houston, que estuvieron apagadas seis días consecutivos, sin electricidad y sin gas. Tenemos países como España, como Francia, Alemania, China, que no solo han sufrido escasez de energía, sino que han tenido unas escaladas importantes en precios. Creo que el diseño de mercado que tiene Colombia ha probado que ha sido serio, que ha sido técnico y que hoy nos puede tener encendidos 24 por 24.
SEMANA: ¿qué cambió en la institucionalidad? ¿Qué teníamos antes y qué tenemos ahora?
N. G: creo que aparece una de las instituciones más importantes que es la Creg, nuestra comisión reguladora de energía y gas, que es un ente supremamente importante porque es responsable de hacer una señal, de hacer una planeación energética a mediano y largo plazo. Y en la medida que se da esa planeación energética, se dan señales para los inversionistas de si se debe crecer el parque técnico o no. Están siempre revisando el balance entre oferta y demanda a tres, a cinco y a diez años.
Eso ha sido fundamental, porque nosotros tenemos una planeación del sector, juiciosa y a largo plazo, y adicionalmente se complementó con la UPME, la Unidad de Planeación Minero Energética, que también está siempre revisando las señales entre oferta y demanda. Colombia, además de que creó instituciones importantes, dejó entrar a los privados a jugar en el sector, organizó toda una planeación que nos permite tener un colchón entre la oferta y la demanda de energía, para que el país pueda reaccionar a situaciones muy puntuales y podamos contar siempre con el suministro de energía.
SEMANA: además de 2016-2017, cuando se registraron serias dificultades en Guatapé, en una térmica muy importante y obviamente teníamos un Fenómeno del Niño bastante intenso, ¿recuerda algún otro momento de estrés en el sistema en que la hayamos ‘piloteado’ bien?
N. G: el sistema ha estado estresado varias veces, solamente que se ha manejado tan bien y está tan bien diseñado, que nadie se ha dado cuenta; ese es el balance. A principios de la pandemia, en el año 2020, en los primeros meses, tuvimos una demora en las lluvias, entre abril y mayo. Se retrasaron un poco más, a diferencia de lo que está pasando en este año que no ha parado de llover. En 2020 no había empezado a llover, no llegaron las lluvias de abril como estaba presupuestado y en ese momento el país no lo supo, pero tuvimos todo el parque térmico prendido, dándole energía y complementando a la capacidad hidráulica que tenemos para entregarle energía al país.
SEMANA: en medio de todas las dificultades que se están viendo en el mundo, en materia de energía y obviamente poder abastecerse, ¿cómo avanza en Colombia el proceso de transición energética? Ya países, particularmente en Europa, están prendiendo nuevamente las plantas de carbón…
N. G: Colombia inició un proceso de transición energética que nosotros celebramos. El Gobierno hizo un giro de política pública muy importante, para que estas nuevas energías en 2019 pudieran empezar a entrar a Colombia, la energía solar y la energía eólica. Se dieron grandes beneficios tributarios, arancelarios, se hicieron subastas dedicadas, las empresas de Acolgen se ganaron el 85 % de esas subastas, lo cual es un mensaje de que les estamos apostando a todas las tecnologías.
Sin embargo, uno entiende el proceso de transición energética como una conversación a nivel mundial y cuando miramos a nivel global qué está pasando, la transición energética está buscando dejar atrás el uso de combustibles fósiles. Ahora, cada país tiene una receta diferente, cada matriz energética tiene necesidades diferentes, la receta de Colombia no es la receta de Perú, ni la receta de Alemania, ni la receta de Francia, porque no todos los países contamos con los mismos recursos.
SEMANA: ¿qué pasa con la guerra y cómo afecta la transición energética?
N. G: a nivel de combustibles fósiles, Colombia, para generar energía eléctrica, solo depende del gas, y gracias a Dios tenemos autoabastecimiento de gas en Colombia. Y este es un llamado que le hemos hecho al Gobierno y al próximo que llegue, y es que tenemos que seguir con las campañas de exploración y de explotación de gas, porque de eso depende poder prender nuestras térmicas, la mayor parte de nuestras térmicas en Colombia. Y lo que se busca es que no dependamos o no tengamos situaciones en las que tengamos que comprar gas en el exterior.
En una coyuntura como la que estamos viviendo, pues tres cuartas partes de Europa viven del gas de Rusia, y muchos procesos productivos dependen de ese gas. En la medida en que esos flujos se afecten, se afectan todos los flujos del mundo, y obviamente vamos a ver afectación en precios. A uno lo que no le gustaría para el sector eléctrico colombiano es que eventualmente nos toque prender el parque térmico y no tengamos gas suficiente en Colombia. Eso nosotros lo hemos analizado, no lo vemos con una alta probabilidad, pero sí hacemos un llamado a que debemos trabajar fuertemente en abastecimiento de gas, del gas propio que tenemos, que además sabemos que tenemos, y tenemos es que incentivar la producción de ese gas.
SEMANA: ¿y la entrada de nuevas tecnologías?
N. G.: la transición energética, entendida como la entrada de estas nuevas tecnologías, tuvo una gran caída de precios en los últimos tres años. Esto le permitió, además, poder entrar a Colombia. Sin embargo, ahora que el mundo entero está tratando de no depender de combustibles fósiles, y en particular por esta coyuntura, de no depender del gas de Rusia, de no depender del petróleo de Rusia, pues están mirando qué vuelven a utilizar. Por ejemplo, están volviendo a iniciar programas de plantas nucleares, Francia retomó su programa de plantas nucleares, y también están mirando cómo incentivar la energía eólica, solar, costa adentro y eólica costa afuera.
SEMANA: ¿eso qué significa?
N. G: si vemos que países como Alemania, como Francia, como España, van a migrar de una forma fuerte a este tipo de tecnologías, vamos a tener una dificultad en la proveeduría de lo que necesitamos para nosotros en Colombia, seguir con esa transición energética. Seguramente va a haber pedidos muy altos de paneles solares y de turbinas para energía eólica y solar, y seguramente vamos a ver un alza en los precios.
No vamos a ver los precios que tuvimos en 2019 o en 2018, y todo esto gracias también a un movimiento inflacionario a nivel mundial, no solo en materias primas sino en transporte. Estamos en este momento en una dificultad logística de contenedores, que China por temas de pandemia todavía está funcionando de una manera intermitente, y de allá viene la gran parte de la proveeduría de lo que necesitamos para construir estos parques.
SEMANA: ¿qué representa esto en el desarrollo en Colombia?
N. G: creo que vamos a tener, no un rezago, pero de pronto sí una pausa en lo que veíamos en el año 2019, en 2020. Pero no va a ser un tema solo de Colombia, va a ser un tema a nivel mundial, y creo que estas coyunturas a final de cuentas también nos llevan a reevaluar con qué recursos cuenta cada matriz. Usted lo mencionaba, hay países que están volviendo a prender sus térmicas a carbón. Colombia es una gran productora de carbón, nosotros ya casi no tenemos muchas térmicas a carbón.
De la matriz colombiana tenemos, cuando están prendidas full, el 9 % de la matriz, generalmente es el 4 o 5 % de la matriz colombiana; pero hay otros países que su confiabilidad hoy sí dependen del carbón, y cada uno está mirando las decisiones no solo de transición, sino de confiabilidad de energía, o sea tener energía 24 por 24; y tercero, que la podamos pagar, porque habrá muchas tecnologías limpias que se puedan utilizar rápidamente, pero que sus precios todavía no alcanzan a ser competitivos para entrar de una forma masiva a un país como Colombia.
SEMANA: ¿qué reflexiones deja este panorama?
N. G: creo que esta crisis está haciendo reflexionar no solo el diseño de mercado que tiene cada país, sino los recursos con los que cuenta cada país, y cómo se transita en esa decisión de ir dejando combustibles fósiles para poder utilizar otras fuentes más limpias, pero es una transición. Son transiciones que justamente en este momento está demostrado que no se pueden tomar de la noche a la mañana, y que a veces resultan demasiado costosas y que toca devolverse.
Creo que lo que tiene Colombia es un gran sector, es un gran diseño de mercado, seguramente tenemos cosas que mejorar, pero somos de los pocos que en este momento no solo esté prendido 24 por 24, sino que es competitivo, tiene una matriz limpia, una matriz eficiente, una matriz moderna y una matriz que reacciona rápidamente a estas coyunturas.
SEMANA: las semanas pasadas se conoció que Hidroituango no iba a entrar en los tiempos que estaba previsto inicialmente. ¿Qué tensión se puede generar? ¿Hay alguna preocupación?
N. G: desde Acolgen siempre hemos resaltado y recalcado que Hidroituango es un proyecto sumamente importante para el país, y es un hito fundamental para la generación de energía. Tiene que ser del interés de todos, que salga lo más rápido posible, en los tiempos que están presupuestados. Ahora bien, nosotros siempre hemos confiado en los balances que hace el Gobierno, como dije, que hace la Upme y que hace la Creg.
Ellos deben estar revisando en este momento los balances entre oferta y demanda, para mirar si tienen que dar señales de corto, mediano y largo plazo de expansión del parque. Pero nosotros hemos revisado los últimos que ha presentado el Gobierno nacional y vemos que ese colchón del que hablaba todavía existe, vemos que se reduce un poco, pero estamos -como dije- esperando que el Gobierno nos cuente cómo están viendo los balances entre oferta y demanda.
SEMANA: uno ve que el Fenómeno del Niño, de una gran intensidad, todavía no ha llegado, pero podríamos estar cerca a uno de ellos. Sin Hidroituango, ¿eso se vuelve más complejo?
N. G: las estadísticas y las agencias internacionales son las que, con más o menos tres o cuatro meses de anticipación, son capaces de decirnos si estamos entrando a una temporada de Niño o a una temporada de Niña. Hasta donde nosotros hemos visto y la información que tenemos, todavía vemos temporadas de lluvias. Sin embargo, en la medida en que más se demore en volver a llegar un Niño, pues hay más probabilidades en el año siguiente de tenerlo, y para eso es para lo que se prepara Colombia, y para eso tiene el mercado de confiabilidad que tiene diseñado.
Uno esperaría que en efecto pueda entrar toda la energía en firme que se tiene prevista en ciertas fechas. Nosotros vemos que se puede bajar ese colchón, ese margen que tenemos entre la oferta y la demanda, pero no estamos viendo desabastecimiento. Creemos que con lo que se tiene somos capaces de responder; sin embargo, le hemos preguntado al Gobierno cómo está viendo los balances. Estamos esperando el último informe del Gobierno porque, finalmente, ellos son los que le dan la señal al parque de generación, si debe crecer, si debe reaccionar rápidamente.
SEMANA: en ese escenario, ¿deberíamos o no preocuparnos por un posible racionamiento?
N. G: lo que pasa es que a nosotros nos queda difícil hablar de racionamiento. Como dije, estamos viendo el último balance de oferta y demanda que nos presentó el Gobierno, estamos viendo que se puede reducir ese margen, de ese colchón que tenemos, pero no estamos viendo un escenario de desabastecimiento. Pero además esperamos que el retraso que tiene Hidroituango, no sea más que un par de semanas, como lo anunciaron ellos en su comunicado de prensa. Un proyecto de estos es difícil poner una fecha exacta, porque es una obra de ingeniería impresionante.
Nosotros hicimos una visita hace como mes y medio, y es impresionante el trabajo que se está haciendo allá, pero es una obra de ingeniería de una magnitud que yo creo que ponerle una fecha exacta de pronto se dificulta. El mismo gerente del proyecto dijo que las fechas del proyecto son las fechas del proyecto, pero también el mensaje que dieron es que ese retraso es de un par de semanas, entonces esperemos que puedan entrar lo más pronto posible con la energía que estamos esperando.
SEMANA: ¿cómo va el desarrollo de los proyectos de energía renovables no convencionales? ¿Qué dificultades han tenido los que se están adelantando en La Guajira y otras regiones del país?
N. G: en La Guajira se están desarrollando aproximadamente entre 2.500 y 3.000 megas, producto de la primera subasta de renovables no convencionales que hizo este Gobierno en 2019. ¿Hemos tenido dificultades? Sí, pero yo creo que, de parte del Ministerio de Minas, hemos tenido un gran acompañamiento. Surgieron dos cosas, desafortunadamente: nadie presupuestaba una pandemia y nadie sabía cómo íbamos a funcionar en esa pandemia. Y segundo, las consultas previas todavía siguen siendo un proceso crítico para la velocidad de los proyectos. Entonces, nosotros, del mundo de la generación, vamos a terminar las plantas a tiempo; sin embargo, tenemos preocupación por la línea de conexión, por la línea Colectora.
Le hemos hecho un llamado al Gobierno, tenemos que terminar el proceso de consulta previa rápido para poder avanzar con todo el licenciamiento ambiental, porque de nada nos sirve tener las plantas terminadas si no podemos entregar energía.
El Ministerio de Minas nos ha acompañado, dentro de lo que nos ha podido acompañar; entendemos que el Ministerio del Interior ha tomado unas medidas adicionales para reforzar todo su equipo de consulta previa, y para dedicar todo un capítulo especial de todo su equipo para La Guajira, porque sabemos que esa energía la está esperando el sistema y que necesitamos que entre en determinadas fechas.
Pero yo creo que si nos salimos del zoom de La Guajira, los proyectos de energía eólicos y solares que se están haciendo en todo Colombia, se han hecho de manera exitosa, se han hecho de manera eficiente, rápida, se han dado todas las señales para que se puedan construir rápido estos proyectos.
Tengo que reconocer, además, que la Anla, la autoridad de licencias ambientales, también ha abierto un capítulo especial para que nosotros podamos entregar energía en las fechas esperadas y se haga el licenciamiento ambiental de estos proyectos de la forma más eficiente posible.
Así como a veces nos quejamos de la consulta previa, hay que hacerle un reconocimiento especial a Anla porque, por lo menos en nuestro sector, nos ha resuelto muchos cuellos de botella, ha diseñado procesos mucho más eficientes para resolver inquietudes, para completar procesos, para completar documentación. Creo que, en general, los procesos en toda Colombia de la construcción de estos parques, en su mayoría de energía solar, han sido supremamente exitosos.
SEMANA: hay una gran preocupación por el tema de la inflación y la gente está mirando cómo el costo de la energía está presionando también al alza. ¿Qué es lo que está pasando con el precio de la energía?
N. G: esto hay que dividirlo como en dos capítulos. Hay dos formas de comprar energía, se compra energía en el spot, con el precio de bolsa, y se compra energía bajo la modalidad de contratos de energía (lo compran las empresas distribuidoras, comercializadoras y los grandes consumidores de energía).
Cuando vemos que se habla de alzas en el precio de energía, hay varios puntos que quiero tocar, para que entendamos bien la coyuntura. Primero, estos contratos de energía, la gran mayoría son contratos que fueron firmados hace dos años o más, a unos precios, digamos muy ponderados, no fueron precios, digamos los más altos, y nosotros, además, desde Acolgen, nos cuidamos mucho de hablar de precios, porque yo tengo sentada en mi junta directiva al 85 % de la generación del país.
Sin embargo, quiero hacer referencia a estos contratos porque, aunque no voy a hablar puntualmente del precio, lo que sí ha pasado es que hay un indicador que es el IPP (el índice de precios al productor), que es el indicador al que están amarrados la mayor parte de los contratos de energía.
Y este IPP ha tenido una presión inflacionaria no solo en Colombia. El IPP ha crecido en Estados Unidos, ha crecido en Europa, y estamos viendo unos aumentos del IPP entre el 18 y el 20 %. Ahora, otro punto muy importante que resaltar: en Colombia, la factura que les llega a todos los colombianos, la factura que les llega a las grandes empresas no solo se compone de generación, tienen un componente de distribución, de transmisión, de subsidio, de fondos y de comercialización.
Entonces en algunas regiones del país se ha autorizado, vía la Creg, hacer inversiones en transmisión, inversiones en distribución, que se ven reflejadas también en la factura de energía.
Creo que hay que entender que la factura también tiene varios componentes y no es solo el componente de generación el que en algunos momentos se incrementa. Ahora, en el sector regulado, los aumentos de energía, en general, para toda la factura, para distribución, transmisión, para la misma comercialización, los valores funcionan bajo una senda tarifaria. Entonces, digamos, los aumentos se hacen mucho más suaves a largo plazo, en el tiempo.
Pero yo creo que la mirada de los precios, y el comportamiento de los precios, no puede ser tan limitada solo al punto de generación. Están pasando varias cosas, estamos también teniendo presiones inflacionarias, como las están teniendo otros sectores, y también suben otros componentes de la factura. Entonces, yo creo que hay que hacer un análisis más en conjunto de todas las situaciones.
SEMANA: ¿el fenómeno de la inflación es estructural o coyuntural?
N. G: para nuestro sector creemos que es coyuntural, pero no es de corto plazo. Creemos que obedece a una coyuntura, pero va a demorar en normalizarse. No es normal tener un IPP en 20 %. Los generadores tuvimos épocas en que tuvimos el IPP negativo y así honramos los contratos. Pero, aunque creemos que es una cosa coyuntural, se va a tomar algún tiempo volver a una situación más normal.
SEMANA: ¿cómo está el ambiente de los inversionistas en el sector? Primero, por la incertidumbre política y, segundo, por el aumento de tasas…
N. G: tenemos presupuestados hasta 2025 inversiones por 13 billones de pesos en nuestro sector. Muchos de ellos en construcción, otros en compromiso de construirse y uno esperaría que en el corto plazo por lo menos los proyectos que están estructurados, cerrados y banqueados –como se dice en el argot financiero- no estuvieran afectados por este aumento en las tasas.
Pero sí es una realidad, los proyectos que aún no se han cerrado pueden resultar afectados por las tasas de interés. Esta es una cosa que tendremos que mirar muy de cerca. Por lo menos en el sector eléctrico vamos a tener que hacer una revisión de qué tecnologías van a ser más eficientes en precios en esta coyuntura.
Seguramente habrá algunos proyectos de unas tecnologías más fáciles de financiar que otras, y ya no solo el criterio es si son energías limpias o no, sino cuál va a ser el costo de generación, lo que seguramente va a influir en estas nuevas coyunturas en las que claramente no solo el Gobierno colombiano y el Banco de la República, sino en otros países, están tratando de atajar estas presiones inflacionarias con las subidas de las tasas de interés.
Tenemos que estar muy atentos porque sí, seguramente habrá proyectos que se puedan afectar, proyectos que habrá que replantear y eventualmente habrá proyectos que no van a ser viables.
SEMANA: qué nos podemos esperar de cara a la incertidumbre política y el papel de los inversionistas y lo que están pensando.
N. G: contamos con inversionistas nacionales y una gran cantidad de inversionistas extranjeros. Hemos tratado de darles un parte de tranquilidad. Nos hemos reunido con varias campañas, con la campaña del doctor Federico Gutiérrez, la campaña del doctor Gustavo Petro y la campaña del doctor Sergio Fajardo. En las tres encontramos puntos en común. Los tres quieren profundizar en la transición energética, algunos de una forma más agresiva que otra. Hemos hecho la tarea de levantarles las alarmas de estas transiciones que deben ser equilibradas.
En la campaña de Gustavo Petro vimos en su documento una posición un poco extrema sobre nuevas hidroeléctricas y nuevas plantas térmicas, conversamos sobre esa preocupación, ellos dicen que entienden que son fundamentales para poder entregarle energía confiable al país; sin embargo, hace un llamado por toda la revisión del tema social y ambiental alrededor de estos proyectos. Las tres campañas también hacen relación a temas de subsidios, unos pretenden entregarlos de una manera más directa que otros.
Hemos hecho un llamado sobre la entrega de esos subsidios y sobre el replanteamiento del modelo completo de subsidios, porque además tenemos el resultado del estudio de la misión energética que habla puntualmente del replanteamiento de estos subsidios y de rediseñar este esquema porque no estamos viendo un progreso importante en la entrega de los subsidios.
Pero creo que el parte es de tranquilidad. Aquí hay países inversionistas como Canadá, Estados Unidos, España, Francia, Portugal que no solo tienen grandes inversiones hoy, que les interesa seguir trabajando en el país con el gobierno que llegue, sino grandes inversionistas que están buscando entrar al país.
Por ejemplo, tenemos a Energía de Francia, Energía de Portugal, varias empresas españolas. Creo que ahí la señal para el nuevo gobernante es que hay que ser serios en las reglas de juego, señales de confianza inversionista, hay que dar tranquilidad sobre la normatividad que hay en la inversión extranjera. Y nosotros desde Acolgen se los hemos dicho a todas las campañas: trataremos de acompañar en lo que más nos dejen al nuevo gobernante, sobre todo que entienda que lo que tenemos en Colombia es un gran diseño de mercado, un parque de generación robusto que ha sido capaz de reaccionar a coyunturas no solo climáticas sino geopolíticas, como la que estamos viviendo hoy.