Mientras Bogotá registra un puntaje de 9,03 en adopción de TIC (tecnologías de la información y comunicaciones), el del Chocó es como para ponerse a llorar: de 0,67 y el de Vaupés de 1,57. De ese tamaño es la distancia en este punto clave para la competitividad de las regiones colombianas, cuyas realidades se evidenciaron el el Índice Departamental de Competitividad 2022 presentado por el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario.
Las diferencias de las regiones más avanzadas frente a las rezagadas son casi estructurales, según destacó José Leibovich, uno de los expertos que intervino en la presentación del informe, en el cual, sin embargo, se puso de presente el impacto de la crisis derivada de la covid-19.
Si bien es cierto que hubo un efecto negativo sobre el nivel de bienestar de las personas por cuenta de la crisis sanitaria, es bien sabido que el atraso regional de departamentos como Chocó, Guajira, Vaupés, Vichada, Guainía, y otros similares, ha sido histórico.
En esos lugares están todas las ‘plagas’ que atacan a una sociedad y no la dejan levantarse: los índices más altos de desempleo, pobreza, escasez de vías e infraestructura; poco acceso a la educación y todo un listado de falencias que, aunque se vieron más exacerbadas con la pandemia, ya venían ganando terreno en territorios que, desde hace años, están en la cola de los estándares de desarrollo y competitividad entre departamentos.
Según el Índice Departamental de Competitividad, las últimas 5 posiciones, dentro de un escalafón que incluyó a 33 departamentos, contando a Bogotá, están ocupadas por:
- Amazonas (puesto 29 y puntaje de 3,05).
- Chocó (puesto 30 y puntaje de 2,99).
- Guainía (puesto 31 y puntaje de 2,94).
- Vaupés (puesto 32 y puntaje de 2,53).
- Vichada (puesto 33 y puntaje de 2,28).
Cabe recordar que, en 2019, antes de que los niveles de pobreza monetaria llegaran al 42,5% en el que están, previo a que el Dane revele las estadísticas de ese flagelo en 2021, los departamentos de Chocó, La Guajira, Cauca, Córdoba, Magdalena, Norte de Santander, Cesar, Huila, Nariño y Sucre se ubicaban entre los más pobres, inclusive, con la mitad de su población en condiciones precarias de ingresos.
Por esas razones, varios analistas han expresado la inoperancia del crecimiento económico, el cual, no parece ir de la mano con un mejor vivir de la población, lo que a todas luces indica que hay una fuerte concentración de la riqueza.
Así, en el pilar de la infraestructura, principalmente de las vías, tema que es uno de los que analiza el informe de competitividad, mientras Bogotá obtiene un puntaje de 8,52, Guainía se ubicó entre los que aparecen por debajo de 3. Su puntaje en infraestructura fue de 1,63 y el de Vichada, de 1,76.
¿Y los aplicados?
Con las dificultades de competitividad que tienen los departamentos colombianos que están en la cola del escalafón, sucede lo mismo que con la falta de oportunidades para la gente: son unos pocos los que salen en las primeras casillas.
Es así como, según el informe, en las primeras cinco posiciones del índice presentado se ubican Bogotá, Antioquia, Santander, Risaralda y Atlántico. Unos tuvieron bajas notas, pero conservaron su posición, como Bogotá.
Otros, en cambio, retrocedieron de manera visible, como San Andrés, que perdió 3 posiciones frente a la medición anterior; o Atlántico y Valle, que descendieron dos posiciones. Magdalena, Nariño, Córdoba, Caquetá, La Guajira y Guainía registran una caída de un lugar frente al año anterior. Por el contrario, Santander escala tres posiciones y Risaralda una.
Para la construcción del Índice Departamental de Competitividad se toman en cuenta 106 indicadores que son parte de 13 pilares. Allí entra, entre otros, la salud, la educación en diversos niveles, el mercado laboral, el entorno para los negocios, el sistema financiero. Así que, sin tener muchos números, se puede hacer el retrato de cómo están Chocó, Vaupés, Vichada, Guaviare y los demás que ocupan los últimos lugares en competitividad: con la gente pidiendo un SOS.