¿Parar o seguir con la subida de tasas de interés? El presidente de la Reserva Federal (Fed, banco central) estadounidense, Jerome Powell, dio un primer elemento de respuesta en su discurso de apertura de la reunión anual de banqueros centrales de Jackson Hole (Wyoming), al reiterar que la puerta está abierta para nuevos incrementos antes de fin de año.
En esta cita de culto de los principales bancos centrales mundiales, muy esperada por los mercados, el discurso del titular de la Fed no dejó casi lugar a dudas sobre la determinación del banco central de contener la inflación a través de una política de tasas “restrictiva”.
Hablando a un mes de la próxima reunión del Comité de Política Monetaria del organismo (FOMC), Powell señaló que si bien “la inflación cedió desde su pico”, igualmente, “sigue demasiado alta”, y enfatizó: “Estamos listos para aumentar aún más las tasas de interés si es necesario. Tenemos la intención de mantener una política monetaria restrictiva hasta que tengamos la certeza de que la inflación se orienta de forma duradera hacia nuestro objetivo”.
“Para llevar la inflación de forma duradera a 2 %, será necesario un período de crecimiento económico inferior a la tendencia (actual), así como una moderación de las condiciones del mercado laboral”, que sigue con tasas de desempleo muy bajas, de alrededor de 3,6 %, remarcó Powell, quien también advirtió que “todo indicio de un crecimiento superior a la tendencia podría bloquear futuros progresos en materia de inflación y exigir un ajuste monetario”.
Desde hace 18 meses, la Fed mantiene el norte: aumentar sus tasas rápidamente para impedir que las expectativas de una inflación duraderamente alta se consoliden, con riesgos importantes para la economía. Como resultado, desde marzo de 2022, la institución aumentó 11 veces sus tasas, a las que llevó, desde un nivel próximo a cero, a un rango de 5,25 % - 5,50 %.
Las tasas altas encarecen el crédito, y desestimulan por lo tanto el consumo y la inversión, bajando así la presión sobre los precios. La inflación tuvo un máximo en junio de 2022 cercano al 9 % anual, y luego viene cayendo de forma sostenida, para ubicarse en 3 % en junio, según el índice PCE, que es el más seguido por la Fed. Muchos economistas coinciden en que llevarla al 2 % podría ser la etapa más difícil.
No hay un consenso
En el caso del Banco Central Europeo (BCE), cuya presidenta Christine Lagarde hablará en Jackson Hole el viernes al inicio de la tarde, la cuestión es básicamente la misma. El BCE aumentó sus tasas por primera vez a mediados de julio de 2022, y lleva ocho alzas desde entonces, hasta el actual 3,75 %, un récord desde la primavera boreal de 2001.
La situación en la zona euro, sin embargo, es más complicada, con una inflación que se modera muy lentamente y se ubica todavía en 5,3 % en su medición a julio. Pero, sobre todo, se registra una gran disparidad entre los países de la Unión Europea. España está por debajo de 2 %, pero Alemania y Francia tienen registros más altos; Eslovaquia supera el 10 %.
Los miembros de la Fed tienen diferentes opiniones sobre la pertinencia de hacer una pausa o no en las subidas de tasas. Algunos consideran que el grueso del trabajo está ya hecho; otros, más ortodoxos, plantean continuar subiendo. En Estados Unidos, a pesar de la rápida y amplia subida de tasas, la economía se muestra resistente.
Los mercados anticipan, con un consenso del 78 % (era de 80 % antes del discurso), una nueva pausa en el ajuste monetario en la próxima reunión de la Fed el 20 de septiembre, según datos de CME Group.
*Con información de AFP.