América Latina está a punto de convertirse en un importante productor de energías renovables, con un equivalente a mil millones de paneles solares en proyectos a gran escala que entrarán en funcionamiento hasta 2030, según un informe publicado este jueves 9 de marzo.
En una buena noticia en la lucha contra el cambio climático, los investigadores señalaron que el continente lanzará proyectos de energía solar y eólica a gran escala para generar más de 319 gigavatios, equivalentes a cerca del 70 % de la capacidad regional de todas las fuentes de generación combinadas en la actualidad.
“Rica en recursos eólicos y solares, América Latina tiene el potencial de ser un líder mundial en energía renovable”, dice el informe de Global Energy Monitor (GEM), una organización sin fines de lucro basada en Estados Unidos que monitorea el desarrollo de energía limpia.
Los proyectos, que incluyen instalaciones planificadas y en construcción, expandirán en más de 460 % la producción de energía solar y eólica, indica el estudio.
Eso convertirá a la región en un “destacado” actor global en la producción de energías renovables, dijo Kasandra O’Malia, gerente de proyectos de GEM.
“Ya estamos viendo un gran repunte. Y con todos los proyectos planeados, será una explosión exponencial”, le dijo a la AFP.
Incluso si no se concretaran, la región parece estar en un punto de inflexión y es probable que se anuncien más proyectos en los próximos años, añadió.
Brasil, la mayor economía de América Latina, lidera el auge de la energía verde, con 27 gigavatios de plantas solares y eólicas a gran escala en funcionamiento, y otros 217 gigavatios esperados hasta 2030.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumió el poder en enero, prometió incrementar las energías limpias y recomponer el liderazgo del país en la cuestión climática, tras cuatro años de deterioro durante el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Pero este desarrollo se explica concretamente por una ley de 2012 que incentivó la energía solar en Brasil, al permitir que los productores privados vendieran electricidad directamente a la red, según Roberto Zilles, director del Instituto de Energía y Medio Ambiente de la Universidad de São Paulo.
“Hoy es más barato producir tu propia energía” que comprarla, le explicó a la AFP.
El informe también destaca los desarrollos en Chile, tradicionalmente importador de combustibles fósiles, donde la energía eólica y solar ya representan 37 % de la capacidad instalada.
De su lado, Colombia proyecta incorporar 37 gigavatios de energías solar y eólica hasta 2030.
Al contrario, México, la segunda economía latinoamericana, es un caso de preocupación.
El país, uno de los primeros en adoptar las energías renovables, alberga actualmente los mayores proyectos solares y eólicos de América Latina.
Pero los avances han disminuido desde las reformas energéticas de 2021 impulsadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, un defensor de los combustibles fósiles que hizo de la revitalización de la petrolera estatal Pemex una piedra angular de su administración.
“México se ha estancado”, dice el informe. “Incluso, si todos los proyectos potenciales se pusieran en marcha, el país solo alcanzaría un 70 % de su compromiso de generar 40 gigavatios de energía solar y eólica para 2030″, agrega.
Por otra parte, el informe destaca que América Latina tiene un potencial especialmente grande como productor de energía eólica offshore (marina).
Indica también que las exportaciones de energía verde podrían otorgarle una ganancia económica, ya sea exportando el excedente de electricidad o usando energías renovables para producir hidrógeno verde para afuera.
La producción de energías renovables se ha disparado en el mundo ante el descenso de los precios de los paneles solares y las turbinas eólicas, una tendencia acentuada en el último año por el aumento de los combustibles fósiles impulsado por la invasión rusa a Ucrania.