En Colombia aún resulta increíble pensar que la transición energética hacia energías alternativas, en vez del uso de hidrocarburos y productos de la industria extractiva, pueda darse prontamente.
La transición energética, como forma de enfrentar uno de los enemigos de la humanidad: el cambio climático, es algo de lo que se viene hablando desde hace rato y, de hecho, hay muchas experiencias, como se pudo evidenciar en la audiencia pública, pero todo suena demasiado micro para poder reemplazar el petróleo el carbón, que permiten encendidos instantáneos y a gran escala.
Durante la audiencia, fueron las comunidades las que tomaron la palabra, para exponer experiencias. En el Cauca, en Santander, en Antioquia y otras regiones hay experiencias que, además de una solución energética, también le ponen freno a otras problemáticas, principalmente ambientales.
Por lo general, las tareas son adelantadas como grupos étnicos, pero también hay estudiantes que ensayan alternativas y fueron expuestas en la audiencia.
Es así como, varias de las experiencias presentadas contaron la manera en la que han desarrollado y adoptado el llamado biogestor, un reactor hermético que recibe los desechos diarios que producen los animales del campo, los fermenta y el resultado final es el biogás que, cuando se obtiene con cierto grado de tecnología, se conduce a través de tuberías a los puntos de uso.
Como si fuera poco, del otro extremo del sistema sale un potente fertilizante orgánico llamado biol.
Frente a los congresistas Álvaro Rueda y Wilmer Castellano, los voceros comunitarios hablaron de la forma en que han dejado de utilizar leña y gas, lo que a su vez lleva a reducir la tala de árboles para obtener energía, es decir, con biogestores resuelven también un problema de contaminación, no solo con la disminución de la intervención en los bosques, sino con los residuos sólidos que deja la cría de cerdos en las fincas.
Cada movimiento con las instalaciones de las energías alternativas parecen tener un doble propósito. Una experiencia presentada desde el Cauca, por ejemplo, mencionó la instalación de 21 biodigestores en resguardos indígenas, 13 de los cuales se ubicaron en instituciones educativas, para sembrar la semilla de la transición energética.
A su turno, la viceministra de minas, quien actualmente está encargada de la cartera, destacó la existencia de un área específica de ‘comunidades energéticas’ en el Ministerio, con la cual promoverán la organización de cooperativas y asociaciones que resuelvan problemas sociales a través de lo energético.
Hablaron de uso de energía solar, de celdas fotovoltaicas, de lo que hay en materia organizativa, pero todo, con experiencias pequeñas, en casas y sectores del país donde ha habido poca oportunidad de otra fuente energética distinta a la verde.
A la pequeña escala que rodea el tema de las energías alternativas se suma el alto costo que demandará la transición.
Claro está, la gran ventaja es que se trata de una ola global en la que muchos quieren embarcarse. Por ejemplo, la institución financiera multilateral, anunció que tiene el objetivo de convertirse en “el banco verde de la región para fomentar el crecimiento verde (América Latina) a través de un mayor posicionamiento y financiamiento de proyectos ambientales, forestales, energéticos, agrícolas, climáticos y de agua.
En ese contexto, en el siguiente quinquenio tiene previsto disponer de 25.000 millones de dólares para el llamado financiamiento verde, con el fin de aumentar esa línea financiera, del 26 % actual al 40 % en 2026.
En el plan de desarrollo
Las conclusiones de la audiencia pública serán insumos que se aportarán a la construcción del plan de desarrollo y al compromiso que anunció la ministra de Minas, Irene Vélez, en la Cumbre climática que se adelanta en Egipto (COP27).