El Congreso decidió no aprobar el proyecto que pretendía regular el uso adulto del cannabis en Colombia, una iniciativa que lleva años en el Legislativo, y a pesar de su gran avance, terminó hundiéndose. Esta derrota, más allá de lo que signifique en lo político, tiene unos costos sociales y económicos que para el país pueden traer grandes beneficios, los cuales se aprecian en naciones donde ya se ha aprobado la marihuana para mayores de edad.
SEMANA se contactó con Miguel Samper Strauss, presidente de la Asociación Colombiana de Industrias de Cannabis (Asocolcanna) . El conoce de primera mano cómo se ha manejado políticamente este tema, ya que se desempeñó como viceministro de Justicia, que entre otras cosas, permitió el uso de la marihuana para temas medicinales.
El dirigente gremial reveló detalles del hundimiento de la iniciativa parlamentaria, destacando que el debate está dejando de lado el argumento moral, y ahora se está aterrizando más con cifras y estadísticas comprobadas.
“A uno le quedan sinsabores, hay varios puntos importantes, el primero es que nunca antes el debate hoy había avanzado tanto, llegamos hasta octavo debate. Eso quiere decir que el Congreso de la República, en este momento, está discutiendo este tipo de proyectos más en el plano de la evidencia científica y menos en el plano moral. (...) Según el último estudio del Observatorio de Drogas, de 2019, hay una mayor prevalencia del consumo de cannabis en menores de 14 que de alcohol o de cigarrillo. ¿Eso qué quiere decir? Que los menores de 14 años en Colombia están accediendo de manera más fácil a un porro de marihuana, que a un cigarrillo de tabaco, o a una cerveza, eso ocurre porque el mercado de la cerveza es absolutamente regulado”, explicó Samper en entrevista con SEMANA.
Otro de los puntos más llamativos de la diligencia es que los congresistas que votaron para que no se regulara, y que públicamente dijeron estar en contra de la iniciativa, fuera del escenario político, manifestaron estar de acuerdo con su aprobación, reconociendo que Colombia necesita que se reglamente el cannabis.
El motivo principal por el que se hundió el proyecto habría sido que la oposición no quiere que la regulación se dé bajo el Gobierno del presidente Gustavo Petro: “Varios congresistas me decían: mire yo estoy absolutamente de acuerdo, es decir, las cifras que usted me está relatando y me está exponiendo son evidentes. Incluso, vino el jefe de gabinete del estado de Nueva York y mostró cómo ha funcionado la legalización allá, con todas las cifras y ellos decían: yo estoy absolutamente de acuerdo, pero algunos otros me decían: yo no le voy a dejar esta posibilidad de regular al gobierno de Gustavo Petro, porque me parece que lo va a hacer irresponsablemente. Otros me decían: yo estoy absolutamente de acuerdo, pero simplemente no puedo hacerlo por disciplina de partido”.
Según las cifras que manejan desde Asocolcanna, Canadá en el año 2018 aprobó la regulación del cannabis; desde entonces, ha generado 151 mil empleos, además de contribuirle a la economía de la nación norteamericana 40 billones de dólares, a lo que se suma la recaudación de 15 billones por concepto de impuestos.
Colombia, un país con muchos más habitantes, y que actualmente ya tiene una industria significativa, al menos en el ámbito medicinal y estético, tiene enormemente afectados a micro, pequeños y medianos empresarios, que son los que actualmente tienen un rótulo de ilegalidad por trabajar con el cannabis, para un uso diferente al estipulado por la ley.
Si bien no se puede tener un estimativo claro de cuanto dinero ha perdido el país, por el hundimiento de la regulación, los productos que ya están regularizados generan réditos multimillonarios, lo que demuestra que sí puede tener un positivo impacto en el mercado nacional.
“Yo tuve el privilegio de ser viceministro, cuando estábamos impulsando la Ley 1787, que fue la ley que autorizó el uso medicinal del cannabis; nos hemos enfrentado a una serie de trabas burocráticas, dentro de las distintas entidades, que no han permitido que esa industria florezca. En 2018 y 2019, yo me acuerdo que le llamaban el “oro verde” porque muchas empresas, sobre todo extranjeras, eran las que habían invertido grandes cantidades de dinero. Lo que terminó pasando fue que toda esa inversión se fue al lastre, porque hoy en día se han invertido 600 o 700 millones de dólares en el país, en obtención de licencias, en búsqueda de los asesores, en perfeccionamiento de los productos”.
Miguel Samper le aseguró a SEMANA que los emprendimientos que trabajan con estos productos están en crisis, precisamente por la falta de la regulación: “Esta industria está compuesta el 95 % por empresas que son categorizadas como microempresas, el 4,7 % son categorizadas como empresas pequeñas y solo el 0,3 % son categorizadas como empresas medianas. No existe en el país ninguna empresa que sea categorizada, según el decreto del Ministerio de Comercio, como una empresa grande, todos son emprendimientos. (...) Invirtieron un poco de dinero y hoy en día todas las industrias están cuidados intensivos”.
Colombia tiene una gran oportunidad para regular un mercado, que actualmente es ilegal, que es fácil de encontrar sus productos, y que tiene muchos clientes. En otras palabras, se le puede quitar el negocio al narcotráfico, y que el Estado se aproveche de todos los beneficios, tanto económicos, como sociales, que traería esta decisión.
“Existe el mercado ilegal de cannabis, venden brownies en cada esquina, venden gomitas en cada esquina, venden porros de marihuana en cada esquina, el impacto en donde se ve reflejado, no en las cifras de las compañías, se ve reflejado en que muchos más menores de edad están fumando hoy. Mi hija, por ejemplo, que tiene 8 años de edad, tiene mucho más fácil acceso a un porro de marihuana que a una cerveza. (...) la gente no sabe que lo que está consumiendo, muchas veces estos jíbaros callejeros para secar rápido la flor de cannabis, lo que hacen es orinarla. O sea, los consumidores lo que están haciendo es fumando metales pesados, están fumando pesticidas y están fumando orines humanos”.
La regulación tendría impactos positivos para disminuir los índices de violencia, algo que ya se ha demostrado en la frontera entre Estados Unidos y México, y que en Colombia podría ponerle el fin a los daños que le ha dejado el narcotráfico a la sociedad.
Miguel Samper concluyó en la entrevista con SEMANA que los congresistas se unan para presentar una iniciativa legislativa, basados en las cifras, dejando la moralidad, y que a pesar de la actualidad política, piensen en los beneficios que traerá para Colombia la regulación del uso adulto del cannabis. “Llegó la hora de regular”, afirmó el presidente de Ascolcanna.