Ucrania y Rusia firmaron el viernes un acuerdo con Turquía y la ONU sobre la exportación de granos y productos agrícolas a través del mar Negro, en una ceremonia sin precedentes entre países enfrentados.
Kiev y Moscú firmaron dos textos idénticos pero separados, a petición de Ucrania que se negó a rubricar ningún documento con Rusia.
Las cuatro delegaciones se reunieron en el Palacio de Dolmabahçe, a orillas del Bósforo, en Estambul, en presencia del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres; el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan; los ministros de Defensa turco y ruso, y el ministro de Infraestructuras ucraniano.
La ceremonia tuvo lugar bajo banderas de Rusia y Ucrania, separadas por la bandera azul de la ONU y la roja de Turquía, que se ha ofrecido a mediar desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero.
El acuerdo, negociado desde abril bajo la dirección de Guterres, que llegó a Estambul el jueves, aliviará la carga de los países dependientes de los mercados ruso y ucraniano, que representan el 30 % del comercio mundial de trigo.
Según los términos del acuerdo, se crearán “corredores seguros” que permitirán la circulación de buques mercantes en el mar Negro que “ambas partes se comprometieron a no atacar”, dijo un funcionario de la ONU que pidió el anonimato.
La Unión Europea calificó este acuerdo como “un paso en la buena dirección” para desbloquear las exportaciones de grano ucraniano firmado en Estambul con Rusia, y pidió su “rápida aplicación”.
“El acuerdo de Estambul es un paso en la dirección correcta. Pedimos que se aplique rápidamente”, dijo el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, en Twitter.
Por otra parte, la Comisión Europea anunció que prorrogará las excepciones a las normas medioambientales sobre tierras y rotación de cultivos hasta 2023, con el objetivo de que los países del bloque puedan impulsar la producción de cereales ante el impacto de la guerra en Ucrania.
Una carrera contra la inflación
La actividad en la zona euro se contrajo en julio, según un indicador clave publicado este viernes, que mostró una importante caída en el sector manufacturero y del gasto de los consumidores debido a los altos precios.
El indicador PMI de gerentes de compras cayó a un nivel de 49,4, tocando un mínimo en 17 meses, frente un nivel de 52 alcanzado en junio y de 54,8 en mayo.
Cuando este marcador supera el 50 indica un aumento de la actividad, mientras que una cifra inferior indica una contracción.
“Si se excluye los periodos de confinamiento, es la primera vez que se ve una caída de la actividad global desde junio de 2013 (...) y las perspectivas de la actividad a doce meses retrocedieron a uno de los niveles más bajos de los últimos diez años “, destacó Chris Williamson, economista jefe de la calificadora S&P Global.
La contracción de la actividad en la zona euro en julio corresponde a una caída del PIB trimestral de cerca de 0,1 %, “es decir una contracción que por ahora es marginal, pero que teniendo en cuenta la fuerte disminución de los pedidos (...) y la degradación de las perspectivas, debería acelerarse en los próximos meses”, advirtió S&P Global.
Rusia baja sus tasas de interés
El Banco Central de Rusia recortó el viernes la tasa directriz de 9,5 % a 8 %, una decisión por encima de las previsiones que el emisor justificó por la desaceleración de la inflación. El emisor advirtió que “el entorno externo que enfrenta la economía rusa sigue siendo desafiante”.
Pocos días después de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, enviara tropas a Ucrania y que los países occidentales impusieran duras sanciones contra Ucrania en retaliación, el Banco Central Ruso subió los tipos de 9,5 % a 20 %, para luego proceder a un recorte progresivo.
“La tasa de alza de los precios al consumo sigue siendo baja, lo que contribuye a una desaceleración adicional de la inflación anual”, declaró el viernes el banco en un comunicado.
Con información de AFP.