No es un secreto que el costo de vida en Colombia se ha disparado por cuenta de la inflación, que es un fenómeno de carácter económico que está asociado al aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios.
De acuerdo con los datos entregados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), al cierre de 2012 este indicador se ubicó en 13,12 %, siendo uno de los niveles más altos que se hayan registrado en las últimas décadas. Este patrón alcista se ha mantenido constante en las variaciones anuales de los tres primeros meses del año, pasando del 13,25 % en enero, luego al 13,28 % en febrero y ubicándose 13,34 % en marzo.
Sin embargo, si se observa la variación mensual, se logra constatar una disminución consecutiva que es muy diciente. Para el primer mes del año, la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 1,85 %, pero al mes siguiente estuvo en 1,66 % y para el último mes del primer trimestre se situó en 1,05 %. Y es en esta tendencia en la que hace hincapié el presidente Gustavo Petro, asegurando que la inflación en Colombia viene cayendo, pese que aún no se materializa en un menor impacto en el bolsillo de los hogares colombianos.
En un reciente trino sobre el tema, el mandatario nacional destacó dos cuadros relacionados con la inflación. En uno, se aprecia la curva descendente a nivel general, donde la caída más significativa se registró en marzo pasado. Es decir, menos de 0,8 puntos porcentuales, si se compara con enero, y al igual que inferior en 0,61 puntos porcentuales frente a febrero. En cambio, en el segundo cuadro, se muestra la cuesta abajo que vienen presentando los precios de los alimentos, pasando de una variación mensual cercana al 2,5 % a no superar el 1 %.
Esto motivó al jefe de Estado a afirmar que “vamos bien” frente al comportamiento descendente de la inflación, complementando su defensa con otro trino que sigue el hilo del mensaje inicial, asegurando que, “cuando hablamos de caída de la inflación no decimos caída de precios, sino que la tasa de ascenso de los mismos ha caído sustancialmente, en alimentos del 2,46 mensual en enero a 0,95 en marzo”.
Lo que llevó a expresar, con total convicción, que de mantenerse esa senda decreciente “volvemos a inflación de un dígito” y que esto a su vez incidirá en un fortalecimiento del poder adquisitivo, debido a que “el salario mínimo crecerá realmente”.
Aunque todavía para los analistas no se logra ver con claridad una tendencia que lleve a pensar que se tocó techo frente a la inflación, debido a que sigue en niveles altos. En lo que sí coinciden, y en esto también atina el presidente Petro, es que al bajar el precio de los alimentos, se generará una menor presión en el costo de vida de los colombianos, por lo que los resultados que se comiencen a presentar en este segundo trimestre del año serán los que aclaren u oscurezcan el panorama.
Por consiguiente, el dato que arroje este mes de abril y que se dará a conocer a principios de mayo, determinará si ya en marzo se llegó o no a ese punto máximo del ciclo inflacionario. Esto incidirá en proyecciones menos marcadas por la especulación, y que contribuirían a identificar si efectivamente, tal y como lo ha vaticinado el presidente Petro, se cerrará 2023 en niveles por debajo del 10 %, donde incluso los mismos analistas y expertos en el tema concuerdan en que ese escenario es factible, siempre y cuando, las condiciones económicas actuales empiecen a reaccionar positivamente hacia ese objetivo.