La argumentación del Gobierno con respecto a que es necesario reformar el actual papel de las EPS, pues estas a futuro se van a acabar, terminaría por convertirse en realidad si dichas entidades no reciben los recursos estatales que les deben girar por sus servicios. Esta alerta la emitió el exvicepresidente Germán Vargas Lleras en su columna dominical del periódico El Tiempo.
“Se ha hecho evidente que la estrategia de aprobación de la reforma de la salud de Petro en el Congreso incluía, en paralelo, la decisión de asfixiar el sistema. Prueba de ello es que, existiendo los recursos en 2022, deliberadamente no los hubieran girado”, asegura, y dice que, en la reciente adición presupuestal tramitada por el Ministerio de Hacienda, se esperaba que para el sector fueran aprobados 10,4 billones, pero solo fueron 2 billones.
Al finalizar la legislatura pasada, se aprobó una adición de 16,9 billones al Presupuesto General de la Nación (PGN) de 2023, inicialmente se buscaba un monto superior a los 20 billones de pesos, pero con la caída de los precios internacionales del petróleo, la cifra fue ajustada a la baja. Con esa adición el PGN asciende a 422,5 billones, cifra 4,2 % superior a la de 2022.
En el caso de las EPS, Vargas Lleras dice que se necesitaban 3,1 billones para gastos en salud, 3,4 para cubrir deudas atrasadas y 3,9 para los llamados presupuestos máximos, que son los tratamientos y medicamentos que no están en el Plan de Beneficios y que anteriormente era lo que se conocía como No POS. En su concepto, el dinero que quedó faltando, de no cubrirse, conducirá al marchitamiento del sistema.
“Ante esta situación el ministro Bonilla solo atina a decir que las EPS exageran. Por favor, ministro, usted y el Gobierno saben muy bien que el problema es de una gravedad extrema. Hasta la saciedad se ha advertido que el problema parte de un cálculo insuficiente del valor que se reconoce por cada afiliado al sistema o unidad de pago por capitación (UPC), pues este se calculó bajo unos supuestos hoy desbordados por la realidad”, asegura en la columna.
En efecto, en reciente entrevista con SEMANA, José Fernando Cardona, presidente de la Nueva EPS, que es la más grande del país, afirmó que la UPC hoy es insuficiente, porque cada vez más personas están usando los servicios de salud. Es decir, que tienen una alta siniestralidad hoy del 96 %. Esto implica, en su caso, que por cada 100 pesos que entran, deben pagar 96 por servicios de salud a las clínicas y hospitales que atendieron a sus pacientes.
Cardona insistió en que la UPC está estructurada para financiar el gasto en salud, pero no genera margen para poder constituir patrimonio. Por eso, dijo que, en la Nueva EPS, reinvierten todos los excedentes básicamente en tecnología, y son los accionistas (las cajas de compensación y el Gobierno) los que han tenido que capitalizar para fortalecer el patrimonio. El año pasado capitalizaron a la entidad con 110.000 millones de pesos.
En la columna, Vargas Lleras también señala que ha aumentado el uso de los servicios de las EPS por el temor a los cambios que podría traer la reforma a la salud, a lo cual se une el aumento de los gastos del sector por patologías como el denominado el poscovid.
Esto también lo confirmó Cardona, en su diálogo con este medio, pues el llamado long covid o covid de larga duración, hoy lo padecen muchas personas que sufrieron la enfermedad y en teoría la superaron, pero quedaron con temas respiratorios, cardiovasculares y de salud mental. “Son las secuelas de esa pandemia y el long covid se determina seis meses después de haber superado el cuadro agudo. En esa condición tenemos a numerosos afiliados con fibrosis respiratorias, arritmias o condiciones especiales”, dice.
Finalmente, Vargas Lleras insiste en que el desfinanciamiento estructural del sistema ya está afectando la viabilidad financiera de las EPS, que en 2022 acumularon pérdidas por 2,1 billones de pesos, lo que conlleva el aumento progresivo de la deuda que tienen con clínicas, hospitales, sus proveedores y personal.
“Por eso resulta urgente buscar un nuevo flujo de recursos que no se consiguió incorporar en el presupuesto ni en la adición por falta de voluntad política para buscar una solución. Este año todas las EPS seguirán acumulando pérdidas, y finalizado el año me temo que todos los indicadores financieros las colocarán en causal de intervención o liquidación. Se habrá cumplido lo que vaticinaron en tono amenazante, tanto Petro como su ministra Corcho”, concluye.