El 2023 ha significado retos importantes en materia económica. Todo ha radicado, en gran parte, por la latente amenaza de recesión, no solo en Colombia, sino en diferentes países en el mundo. Sin embargo, para el país hay un contexto que agrava aún más la situación: de un lado, el alto costo de vida que no se veía hace dos décadas (inflación anual marzo 13,34%); y del otro, un dólar que no logra estabilizarse y que, según los expertos, los recientes anuncios por el remezón ministerial, hace que los mercados se pueden afectar (Tasa Representativa del Mercado de este 27 de marzo: 4.552 pesos).
Teniendo claro este contexto, sectores como el de los volqueteros en Colombia aseguran que no la han tenido fácil, su mayor reto ha sido contener los efectos negativos de los costos que tienen que asumir, todo para intentar que los colombianos en general no sientan con mayor fuerza la subida de precios, como, por ejemplo el de los alimentos.
Ahora bien, ven con mayor preocupación los planes que adelanta el Gobierno Nacional, que a simple vista para el sector volquetero están bien en el discurso que puede llegar a ser positivo, pero el problema es el cómo aplicarlo.
Por una parte, desde la campaña electoral del ahora presidente Gustavo Petro, sobre el camino a la transición energética, que fue uno de los temas banderas, ahora ha sido un propósito de Gobierno, impulsar ese proceso de cambio.
Según el Gobierno, que se ha manifestado en diferentes oportunidades, este será un proceso que se llevará a cabo con gradualidad, intensificación del conocimiento y diálogo abierto con los actores involucrados.
Sin embargo, para construir ese camino, el gremio de los volqueteros asegura que apoyan el cambio, pero que no ven incentivos para poder aportar. Luis González, presidente de la Asociación Volqueteros Unidos de Antioquia y director Nacional de Federación Volquetas de Colombia, manifestó que debe existir incentivos, con el biocombustible sopesando un costo de entre 10 % y 12 % más, pero si no hay incentivos el sector está condenado a la quiebra.
“Le pedimos al Gobierno incentivar el uso de energía limpias renovables como el Biocombustible B20, necesitamos incentivos económicos, como inclusión en contratación de obra publica y privada de forma directa para reducir tercerización, que incluso ha sido uno de los temas tratados en el actual proyecto de reforma laboral (la no precarización laboral), y verificar la estructura de la ley 80 de 1993 la cual tiene vacíos que permiten los sobre costos en la obras públicas”, puntualizó González.
Como el mismo Gobierno vendió la idea del cambio en Colombia y ahora adelanta sus banderas de estado varios frentes como: el proyecto a la Reforma Laboral, Pensional, Salud, Plan de Desarrollo y Transición Energética, pues así mismo hay un engranaje con cada uno de los proyectos, en este caso la Transición Energética y la Reforma Laboral van de la mano.
González manifestó: “Si la reforma laboral se cae es por nosotros; si pasa será liquidación total del sector” y agregó: “La reforma laboral para el gremio transportador sería la liquidación total de todas las empresas en el país, porque si no tienen sistema de costo sino chatarrización no se puede garantizar un salario al conductor”.
Estas declaraciones las dio el representante gremial en la IV Conferencia Internacional de Biocombustibles que se lleva a cabo desde el 26 hasta el 28 de abril de 2023, en la que los diferentes expertos han manifestado que los biocombustibles continuarán siendo un activo importante en el cronograma planteado para llevar a cabo la transición energética del país. En esa línea, el sector se presenta como un actor destacado, dado que puede llegar a crear 49 mil empleos adicionales en los próximos 12 años, contribuyendo al crecimiento económico de Colombia.