El dólar en Colombia, nuevamente, tuvo una jornada reduccionista. En este jueves 10 de agosto, muy marcada a la baja, dejó una cotización por debajo de los 4.000 pesos, encontrando los niveles de estabilización a los que apuntan los analistas. La moneda sigue siendo sensible a ciertas presiones, como la caída en las importaciones.
En el resumen de la jornada en la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), el dólar tenía una Tasa Representativa del Mercado (TRM) fijada en 4.031,65 pesos, por la Superintendencia Financiera. No obstante, en los primeros minutos de operación, tuvo una fuerte caída; de hecho, en el mercado bursátil arrancó en 3.973 pesos, mostrando así la tendencia reduccionista.
De hecho, el precio máximo de la jornada del 10 de agosto fue de 3.975 pesos, que consiguió recién comenzaron a operar los mercados. En adelante, se vio cómo seguía cayendo el dólar, llegando a un mínimo de 3.940,50 pesos, manteniendo un promedio de 3.955,07 pesos y cerrando en 3.950,30 pesos. Quiere decir, la divisa perdió 81,35 pesos.
A pesar de la volatilidad del dólar, y la subida que se sintió en la primera semana de agosto, según Bloomberg, el peso colombiano sigue siendo la moneda más revaluada dentro de las economías emergentes, con una recuperación del 17,80 % en lo que va de 2023.
El positivo desempeño también lo ha tenido en comparación con el euro, divisa frente a la que se ha revaluado un 14,69 % en lo corrido del año. El peso colombiano solamente es comparado con el peso mexicano y el real brasileño; las únicas monedas con crecimientos significativos en Latinoamérica.
Si bien para muchos la caída del dólar puede ser muy beneficiosa, la tendencia podría revertirse en el mediano plazo. El repunte intempestivo ya se apreció a principios de agosto, en ese momento, por las cifras de desempleo en los Estados Unidos, entre otros factores; pero China empezaría a tomar un protagonismo significativo.
Según la administración de aduanas de Pekín, las importaciones de China presentaron en julio una caída, tan significativa, que no se veía desde hace tres años. El valor de las exportaciones orientales perdió un 14,5 %, si se compara con las registradas en 2022, y solamente es comparable con el frenazo visto durante la pandemia del coronavirus.
Esto puede notarse en Colombia con los reportes de la balanza comercial, presentados por el Dane, pero también, y a modo de perspectiva, con la confianza del consumidor. Según la encuesta que presentó el Centro de Investigación Económica y Social (Fedesarrollo), sigue cayendo la confianza, por las condiciones monetarias actuales, principalmente.
“En julio de 2023, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) disminuyó en 3,3 puntos porcentuales (pps) frente al mes de junio de 2023, alcanzando un balance de -17,4 % (...). La confianza del consumidor disminuyó en cuatro de las cinco ciudades analizadas. Asimismo, la confianza del consumidor disminuyó en los niveles socioeconómicos medio y alto. La disposición a comprar bienes muebles y electrodomésticos disminuyó con respecto al mes anterior, mientras que la disposición a comprar vivienda y vehículo aumentó”, destacaron desde Fedesarrollo.
Esto impactaría considerablemente el crecimiento económico. Hay que tener en cuenta que, según los expertos, la desaceleración se sentiría, en mayor medida, durante el segundo semestre de 2023. Si bien el desempeño actual es muy positivo, y ha superado algunas expectativas, el tercer trimestre del año dejaría, a nivel sectorial, un panorama mucho más adverso.
“Nuestras estimaciones a partir de las cifras más recientes de indicadores líderes oficiales apuntan a que la economía de Colombia habría exhibido un muy modesto crecimiento anual de 0,3 % en el segundo trimestre del año. Este resultado se acerca mucho al avance de 0,5 % anual adelantado por nuestro NowCast Bancolombia para este periodo y pone de manifiesto un contexto reciente mucho más desafiante para la actividad productiva que lo vivido en los primeros tres meses del año”, detalló el equipo de expertos del Grupo Bancolombia.