La sociedad ha alimentado la creencia de que la personas con mayor éxito laboral son las que solo tienen tiempo para el trabajo y que sus mayores prioridades son sus responsabilidades laborales. Sin embargo, según un estudio realizado por la revista Industrial Health, aquellas personas que muestran tendencias compulsivas frente al trabajo tienen un decrecimiento en su salud física y en el nivel de satisfacción con la vida.
En el estudio, que analizó el comportamiento de 1.967 trabajadores de diferentes sectores productivos, también se identificó que aquellas personas que no eran compulsivas, sino que estaban simplemente comprometidas con su trabajo, mostraban un mayor nivel de satisfacción con la vida general y una mayor productividad en el trabajo. Es decir, que el balance entre la vida personal y la vida laboral es el camino adecuado para ser más productivo y exitoso.
Encontrar este balance entre productividad y satisfacción con la vida personal puede ser difícil, aún más cuando la sociedad insiste en creer que el éxito se basa en escalar posiciones laborales, hasta llegar a la gerencia. De hecho, según Pedro Luis Márquez, escritor del libro Código gerencial del éxito, no todas las personas son felices siendo gerentes y no por querer ser gerentes significa que les irá bien al alcanzarlo.
Para Márquez, hay 5 pasos para triunfar como gerente y tener una vida personal satisfactoria:
- Hacer una autoevaluación: ¿Qué es lo que en realidad quiere?, ¿cuál es la visión o propósito profesional y de vida que tiene?, ¿en realidad quiere ser gerente?, ¿Qué le hace falta para sentirse completo(a)? Estas son las preguntas que hay que formularse durante la autoreflexión, que también ayudarán a identificar si realmente tiene las habilidades necesarias para ser un buen gerente.
- Trazar plan interno y respetarlo: es necesario establecer metas y aceptar que al principio es posible que haya fallos, pero lo importante es perseverar. Mida, compare y corrija el rumbo, asuma la responsabilidad de todo, persevere hasta lograrlo y viva en un estado emocional adecuado.
- El proceso externo: para ser un líder integral hay que hacer cambios, comenzando por las habilidades propias. Ser líder implica tener confianza en sí mismo, mentalidad de crecimiento, inteligencia emocional, escucha activa, trabajo en equipo y disciplina. Hay que tener en cuenta que ser gerente no solo implica luchar por los logros laborales, sino que hay que trabajar e impulsar la motivación propia y la del equipo.
- Acompañamiento personalizado: cada persona tiene unas habilidades más desarrolladas que otras. Por esto es necesario buscar herramientas personalizadas con el objetivo de ser un gran motivador, formador de equipos, líder, coach, catalizador para la innovación, gestor de crisis, transformador y mentor.
- Medición: las metas que se proponga deben ser medibles para saber cuándo es necesario aumentar el esfuerzo o cuando es posible darse un respiro.
Estos consejos van de la mano con un crecimiento personal. Los mejores líderes son aquellos que mantienen una mentalidad positiva, que saben regular sus emociones y que mantienen una comunicación efectiva.
De hecho, un estudio realizado por The Sociological Quarterly demostró que, en un ámbito de ventas, aquellas personas con una actitud y discurso positivo hacia su propio valor y capacidad tienen mayor éxito a la hora de conseguir sus metas. Adicionalmente, las palabras positivas han demostrado ser una herramienta sumamente útil a la hora de resolver conflictos y de mejorar las relaciones en diferentes ámbitos como la educación, las relaciones amorosas y las relaciones laborales.