De acuerdo con los datos del Índice de Felicidad Organizacional de Iberoamérica, solo el 42 % de los trabajadores encuestados se sienten felices con su empleo y el costo promedio de la rotación laboral fluctúa entre el 50 % y el 200 % del salario de cada persona.

Por su parte, datos recientes de la Guía Salarial Colombia de Hays mencionan que el 53 % de los empleados cambiaría de trabajo por mejores beneficios laborales, un alto porcentaje que hace la diferencia en el competido mercado laboral, siendo este un panorama en donde las compañías deben prestar más importancia.

En este sentido, el salario emocional es una forma de compensación no económica por el trabajo. La idea es incidir en el bienestar de los colaboradores, cuidando su estado anímico y salud mental. Esta forma de recompensar el esfuerzo tiene asociado otro poderoso beneficio que, sin lugar a dudas, es clave para una buena retención del talento.

Las empresas y los negocios se están transformando y esa dinámica los ha llevado a pensar en nuevas formas de trabajar y de relacionarse con empleados actuales y potenciales: “Las organizaciones van a necesitar líderes emocionalmente preparados, porque si armamos un plan de acción sin considerar las emociones y necesidades de nuestra gente, estaremos frente a un plan ineficiente. Hoy, más que nunca, necesitamos humanizar procesos y empresas”, afirma Lorena Montespier CHPO de Nawaiam, empresa de tecnología de gamificación para el área de Recursos Humanos.

El salario emocional tiene una clara relación con la productividad, ya que incrementa los índices de eficacia y eficiencia, según la Encuesta de Apreciación de Empleados de Glassdor. El 53 % de los encuestados asegura que permanecerían más tiempo en una empresa si sintieran un mayor aprecio de parte de sus líderes. Por su parte, las empresas que cuentan con programas de reconocimiento efectivos, experimentan niveles de frustración en la fuerza laboral un 28,6 % menos que aquellas que no los tienen.

El salario emocional tiene el objetivo de satisfacer las necesidades psico-socio-afectivas del colaborador, las cuales tienen un impacto natural en el bienestar emocional y repercuten directamente en su rendimiento y productividad en el tiempo.

Algunos de los beneficios son:

● Aumento de la productividad laboral.

● Incremento de los índices de eficacia y eficiencia.

● Reduce el absentismo laboral.

● Disminuye la rotación de personal y reduce los costos asociados (procesos de selección y formación).

● Mejora la imagen y reputación de la empresa.

● Favorece la salud mental y física del trabajador.

● Fomenta la motivación y el sentimiento de pertenencia.

Las características principales se refieren a los incentivos adicionales al aspecto económico que se otorgan a los colaboradores por parte de la organización a fin de hacer más agradable la jornada laboral y mejorar su calidad de vida y la percepción acerca de su relación con la empresa. Algunos ejemplos pueden ser:

● Desarrollo Profesional de Oportunidades de crecimiento dentro de la organización.

● Capacitación.

● Reconocimiento del Desempeño.

● Horario Flexible – Posibilidad de trabajar desde casa.

● Acompañamiento en las distintas etapas vitales de los colaboradores.

● Espacio de esparcimiento dentro de la empresa.

● Extensión de licencias por maternidad o paternidad.

● Permisos especiales.

Según Hays, un 81 % de las empresas en Colombia ya ofrecen algún tipo de beneficio extrasalarial, dentro de los cuales los más ofrecidos se encuentran flexibilidad horaria, trabajo en casa y los días libres por fechas especiales, como cumpleaños. Así mismo, es importante que las compañías generen un entorno donde sus empleados no solo puedan aportar, sino también en el que quieran estar.

Tanto la proyección como la implementación de esto requieren de un cambio de mentalidad por parte de las organizaciones. “Es un desafío al que todas las empresas se enfrentan: empatizar realmente con las personas, colocarlas en el centro de la escena, entendiendo que la pandemia nos ha dejado secuelas y lecciones aprendidas. Un desafío que, sin lugar a dudas, nos invita a valorar más nuestro tiempo y apreciarlo de una manera mucho más enriquecedora”, concluye Montespier.