Más que torres de energía o miles de kilómetros de tubería de gas, el Grupo Energía Bogotá (GEB) quiere dejar el legado de una funcional relación con las comunidades y culturas en donde opera. No se trata solo de un discurso frío de sostenibilidad. Es la clave corporativa con la que planea convertirse para 2025 en la compañía de energía (no minera) más grande de América Latina. Un reto muy ambicioso en una parte del mundo caracterizada por los vaivenes en política y estrategias de desarrollo. Le puede interesar: Una apuesta blanca en el sector avícola Ante esas realidades inocultables, la compañía quiere abordar sus proyectos con un mensaje: la buena energía no solo llega en cable o tubo, también mediante el diálogo y comprensión del entorno donde se está. * Si está suscrito haga clic en este enlace si no regístrese aquí