El mismo avión privado que llevaba y traía a Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez a Centroamérica, Estados Unidos o el Caribe, para un eventual negocio o revisión de la actividad bancaria, está operando en la actualidad para llevar ayudas humanitarias y traer a Bogotá pruebas de la covid-19. Algunos dicen que los millonarios no dan puntada sin dedal. Sin embargo, en este caso se sabe que el reconocido empresario, uno de los más ricos de Colombia y América Latina, hace esto ad honorem. Es más, la idea de realizar este tipo de vuelos fue suya, lo mismo que disponer de uno de los aviones privados de la familia para este tipo de propósitos.
Los vuelos comerciales y privados están prohibidos en la actual cuarentena que se extenderá hasta el 25 de mayo. Sin embargo, los vuelos humanitarios están autorizados por la Aerocivil, con el fin de mantener comunicadas y provisionadas con medicamentos y ayudas algunas regiones apartadas del país. Junior, como se le conoce en algunos sectores empresariales del país por ser el hijo y heredero del banquero fundador del Grupo Aval, Luis Carlos Sarmiento, es amante de los aviones y un gran piloto de jet privado.
El presidente del Grupo ha realizado en la actual coyuntura cerca de 20 horas de vuelo a regiones como Arauca, Puerto Carreño, Montería y Riohacha. En los vuelos de ida lleva kits de covid-19 y algunas ayudas, luego vuelve con las pruebas listas para llevar al laboratorio. El Grupo Aval también destinó $80 mil millones para la compra de 400.000 mercados, 300.000 pruebas diagnósticas y ventiladores (US$1.2 millones para la compra de ventiladores mecánicos, diseñados por la Universidad de La Sabana y fabricados por Indumil y Challenger Bogotá).