DURANTE AÑOS, LA relación de la figura histórica de Porfirio Díaz con sus conciudadanos ha sido de amor-odio, con predominancia del último. Díaz fue el "Caudillo Indispensable" qué tiranizó al país con algunas interrupciones entre 1876 y 1911, cuando las primeras acciones de la Revolución Mexicana le hicieron exiliarse en Europa. Tras años de tener una imagen "demonizada", Porfirio está siendo objeto de un "perdón histórico" por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, según se deduce del nuevo texto oficial de historia. El "nuevo Porfirio" ya no es un dictador corrupto que elegía a dedo a magistrados, parlamentarios y gobernadores, ni el autor de célebres telegramas en que ordenaba a sus secuaces "matar en caliente" a sus opositores. Ahora Díaz es sólo el heroico coronel que venció a Maximiliano de Austria en 1867 y el presidente que consolidó la unidad del país. Para explicar la extraña rehabilitación, el historiador Enrique Krauze señala que en el fondo"el gobierno de Porfirio sigue dándose en México con pocos cambios, a través del actual Partido Revolucionario Institucional y la rehabilitación lo único que está haciendo es reconocerlo.